Una serie de muertes inexplicables han ocurrido a lo largo del presente año en los municipios rurales de Hidalgo y Mina, al norte de Monterrey, con pacientes que presentan los mismos síntomas, antes de perecer.
Hasta ahora se han registrado cinco casos de personas, de los que únicamente una ha sobrevivido, al recibir atención en Texas, Estados Unidos. Los otros cuatro han fallecido, tres niños y un adolescente.
Los síntomas en todos ellos son: aumento de temperatura corporal, decaimiento, manchas en el cuerpo, pérdida de control motriz, ingestión abundante de agua y muerte por inflamación cerebral.
Por lo menos eso es lo que les han comunicado a sus los familiares, de acuerdo con tres entrevistados, relacionados con el hecho.
En entrevista sobre el tema, el secretario de Salud, Manuel de la O Cavazos, dijo que ya se investigan las causas de los fallecimientos, aunque señaló que hasta ahora no hay evidencias que indiquen el brote de alguna enfermedad.
Maily Elizabeth Garza Garza nació el 4 de noviembre del 2014 y murió el 10 de junio de este año, en el municipio de Hidalgo, 40 kilómetros al norte de Monterrey.
Su abuela, Elizabeth Delgado, se dice preocupada porque hay varios lugareños de la zona, a 10 kilómetros a la redonda, que han muerto por los mismos síntomas y hasta ahora ninguna autoridad les ha aclarado porqué perecieron.
En entrevista telefónica refiere que al momento en que la niña reportó los primeros síntomas y hasta su muerte, transcurrió menos de una semana.
La pequeña tuvo fiebre el 4 de junio, por lo que al día siguiente fue llevada a la clínica 45 del Instituto Mexicano del Seguro Social, en ese municipio, donde le recetaron medicamentos para la disminución de la temperatura.
Posteriormente, la niña evidenció manchas que su madre consideró “ronchitas”. Durante varios días la trató, hasta que regresó al hospital donde el médico le recetó antibiótico, pues le detectó síntomas de rubeola.
Luego, llevaron a Maily con un médico particular, quien les dijo que tenía varicela. Siguieron el tratamiento de antibióticos y para reducir la temperatura, mientras el estado anímico de la paciente variaba y demandaba agua abundante; aquello parecía deshidratación.
Para el jueves su situación empeoró y la llevaron de regreso al nosocomio, explica la abuela. La pequeña no podía sostenerse en pie. Avanzaba dando pasos descontrolados. No había mejoría. En la madrugada del sábado sus pulmones, hígado y corazón habían dejado de funcionar. La pequeña se hinchó, se amorató y por la mañana pereció. Los médicos les dijeron que fue por meningitis.
SHOCK SÉPTICO
“Los síntomas son los mismos. Pusieron shock séptico en el acta de defunción, pero nosotros queremos saber qué lo está provocando, porque uno es casualidad, pero cuatro no. Lo que queremos es que se investigue. No queremos que un niño más pase por esto”, señala Elizabeth Delgado.
Deshechos, los familiares decidieron que no se le practicara la necropsia a Maily. Ahora habrían tomado otra decisión, dice, pues no suponían que hubiera otras personas que murieran por lo mismo.
Al conocerse su muerte, aunada a otras, la mujer dice que otra familia de Hidalgo, los contactó para decirles que uno de sus miembros, de 17 años, murió por los mismos síntomas.
“Ya le pedí a su mamá el acta de defunción. Murió, también, pero este ya grande. Fue en los primeros meses de este año. Yo no sabía de él, pero ellos me llamaron para decirme. Lo que sé es que vivía en Hidalgo, que estaba enfermo de asma, pero no murió de eso, sino por los mismos síntomas de la niña”, dice.
El menor Malvin Caleb sobrevivió a la enfermedad con síntomas parecidos. El niño, originario de Mission, Texas, pasó recientemente unas vacaciones con su abuela, en Hidalgo, y compartió juegos con Maily. Cuando el pequeño enfermó, fue trasladado a casa, en Estados Unidos, pero de inmediato fue internado en un hospital, donde le detectaron síntomas similares a los que llevaron a la muerte a su prima.
Según le comunicaron a Elizabeth, el niño sobrevivió porque le conectaron una máquina que le oxigenó la sangre.
SÍNTOMAS SIMILARES
También en Hidalgo, el pasado miércoles 16 pereció Citlali Monserrat González Leos, nacida el 11 de enero del 2014. Su madre, Jessica Guadalupe, recuerda en conversación telefónica que la niña comenzó con síntomas de fiebre el martes 8 de agosto. Como en el caso de Maily, también le emergieron “ronchas” en la piel. Los síntomas hicieron suponer a los médicos de la clínica local que padecía varicela.
En los días siguientes, Citlali se quejaba de dolores en el estómago, por lo que el sábado su familia regresó con ella al nosocomio, donde le dijeron que presentaba cuadro de deshidratación. Durante los siguientes días bebió suero constantemente.
Sin embargo, su familia tuvo que llevarla a la clínica 6, de San Nicolás, en la zona metropolitana de Nuevo León, para que la atendieran, pues presentaba decaimiento generalizado y falta de coordinación en sus extremidades. Le estabilizaron la temperatura, pero pronto el termómetro volvió a marcar sobre los 40 grados.
A Citlali le practicaron estudios cerebrales. También radiografías en el tórax, que registró que tenía los órganos inflamados por dentro, explica Jessica.
Cuando su estado de salud agravó, los médicos le colocaron sondas para mantenerla con vida. El miércoles fue trasladada a la clínica 33 de especialidades, del IMSS, donde finalmente falleció.
‘‘NO SABEN QUÉ PASA’’
“Todos los síntomas que mi niña tenía, esos niños también los tuvieron. No he hablado con los papás, pero yo también quiero saber qué ocurrió. No entiendo que si ellos son doctores no saben qué pasa”, dice.
Cerca de Hidalgo, siete kilómetros más al norte, en el municipio de Mina, hay un antiguo cementerio de desechos tóxicos. Ella considera improbable que las causas del fallecimiento fueran ingestión de agua contaminada, pues todos en el municipio toman líquido directamente del grifo y nada más estos niños han arrojado los síntomas mortales parecidos.
El pasado 13 de febrero, en el municipio de Mina -48 kilómetros al norte de la capital-, murió el niño Aldo Gael Elizondo Aguilar, nacido el 18 de septiembre del 2012.
Su madre, Lizeth Aguilar, menciona que el menor enfermó un lunes y a la semana siguiente pereció. Los síntomas que mostró eran alta temperatura corporal, hinchazón generalizada, descontrol de movimientos de los pies, decaimiento, ronchas y deshidratación.
Fuente: El Mañana