José Evaristo Ventura es habitante de la comunidad de Cusarare, municipio de Bocoyna. Luego de un terrible accidente que sufrió, perdió las dos piernas y con ello la posibilidad de caminar. Tiene cuatro hijos, se dedica a las actividades del campo, vive con su esposa, mientras que sus hijos que juntos procrearon emprendieron vida aparte.
A sus 66 años, don Evaristo no decae en su ánimo de seguir trabajando, dice que a pesar del accidente que tuvo, no pierde las esperanzas de continuar ayudando a su familia, porque él es quien aporta económicamente lo necesario para salir adelante.
La imposibilidad de caminar no es un obstáculo para este hombre. Con la ayuda de su esposa, nietos e hijos ha podido integrarse al trabajo. Dice que afortunadamente hoy tiene una fuente de empleo como agricultor, y gracias a las atenciones médicas que recibe en la Unidad Básica de Rehabilitación de Creel, su estado de salud es bueno.
Acompañado de su nieto Noé, don Evaristo acudió a la comunidad de Batosarachi donde solicitó una silla de ruedas al DIF Estatal de Chihuahua y de manera inmediata le fue proporcionada. Por su condición física, la silla que recibió es especial, con adaptaciones que le permiten un desplazamiento más seguro y cómodo.
En la actualidad la cobertura de servicios de rehabilitación tiene presencia en todo el estado. Los pacientes que requieren aparatos funcionales, terapia física, servicios de rehabilitación y atención médica, acuden a una de las 80 Unidades Básicas de Rehabilitación que opera el DIF Estatal en las distintas comunidades de la entidad.