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Mujer se suicida mientras chateaba en Facebook

Una mujer taiwanesa se suicidó inhalando gases tóxicos mientras «chateaba» en Facebook con sus amigos, ninguno de los cuales alertó a las autoridades, dijo el martes la policía.

Claire Lin se suicidó el 18 de marzo, en su 31er cumpleaños, y los familiares que reportaron su muerte no estaban enterados de que conversaba en Facebook mientras estaba a punto de morir, dijo Hsieh Ku-ming, oficial de la policía de Taipei.

Las últimas publicaciones de Lin en Facebook la muestran conversando con nueve amigos, a quienes avisó sobre su asfixia gradual. Una foto subida al sitio de internet desde su teléfono móvil muestra una parrilla de carbón encendida. En otra se aprecia el cuarto lleno de humo.

Un amigo identificado como Chung Hsin, dijo a Lin, «ten calma, abre la ventana, apaga el carbón, por favor, te lo ruego».

Lin respondió: «El humo me sofoca. Me hace llorar. Ya deja de escribir».

Algunos de los amigos que conversaban con ella trataron de detenerla y de averiguar ellos mismos dónde estaba, pero ninguno llamó a la policía. Chung no respondió a los intentos de contactarlo para pedirle su comentario.

Las últimas palabras de Lin fueron: «Es muy tarde. Mi cuarto está lleno de humo. Acabo de subir otra foto. Aunque me estoy muriendo todavía quiero FB (Facebook). Debe ser veneno de FB. ¡Ja, ja!».

El perfil de Lin en Facebook indicaba que estaba triste porque su novio no le hacía caso y no había vuelto a casa para estar con ella en su cumpleaños. Su novio halló su cadáver a la mañana siguiente y avisó a la familia, dijo Hsieh.

Hsieh dijo que lamentaba que ninguno de sus amigos llamara a la policía para que la ayudara durante los 67 minutos que duró la conversación virtual, pero agregó que podría haber sido difícil para ellos descubrir el paradero de la mujer debido a la naturaleza de las redes de socialización por internet.

«Sería difícil encontrar a un amigo de Facebook sin su dirección o sin su teléfono», dijo Chen.

Chai Ben-rei, un sociólogo de la Universidad de Feng Chia en Taiwán, dijo que el caso era reflejo del aislamiento social en la era de la internet.

«La gente podría dudar de lo que ve en internet debido a su naturaleza virtual, y no actuar en consecuencia», dijo.

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Revive la espectacular inauguración de los juegos olímpicos de Paris 2024

Con el Sena como escenario y el espectáculo aguado por la lluvia, París 2024 repasó los hitos de la historia de Francia siguiendo a un misterioso encapuchado que portaba la llama, con momentos de protagonismo para la Revolución, la literatura, el cine y un homenaje a mujeres como Simone Veil o Simone de Beauvoir.

El espectáculo concebido por Thomas Jolly se dividió en doce segmentos que se fueron sucediendo desde la salida de la delegación de Grecia, desde el puente de Austerlitz, a la cabeza de los 85 barcos que transportaron a las 205 delegaciones olímpicas.

La inspiración de ‘La vie en rose’ primero y Lady Gaga después, con un número de cabaret, fueron la primera gran actuación musical, antes de llegar entre acrobacias a la zona de la catedral de Notre-Dame (aún cerrada por la restauración del incendio que sufrió en 2019), con un guiño a la literatura de Victor Hugo y a su popular personaje Quasimodo.

‘Los miserables’, ‘La libertad guiando al pueblo’ y ‘La Gioconda’ -que a pesar de ser el cuadro mejor custodiado del Louvre, llegó a manos de los minions de la saga ‘Despicable Me’- fueron otras obras artísticas icónicas de la cultura francesa que tuvieron sus momentos de protagonismo a medida que el desfile cruzaba la ciudad.

Fue al paso del encapuchado (de aspecto similar al protagonista de la saga de videojuegos Assassin’s Creed) con la llama por la Conciergerie, un palacio donde estuvo prisionera María Antonieta, cuando sonaron las guitarras más potentes de la noche para recordar la Revolución francesa.

La voz de Marina Viotti y el grupo metalero Gojira se encargaron de recordar la ira del pueblo con la canción revolucionaria ‘Ah, ça ira’, en uno de los momentos más vibrantes del espectáculo.

La lírica la puso después la ópera ‘Carmen’, del francés Georges Bizet, y también la mezzosoprano Axelle Saint-Cirel al cantar el himno de Francia, ‘La marsellesa’, desde el tejado del imponente Grand Palais, que ha sido restaurado para poder acoger varias de las pruebas olímpicas de París 2024.

Ese momento solemne se aprovechó para homenajear a grandes mujeres de la historia, como la escritora e icono feminista Simone de Beauvoir, la política Simone Veil (que impulsó la legalización del aborto en Francia), la cineasta Alice Guy o la pionera del deporte femenino Alice Milliat.

La moda, el cine y la francofonía

La lengua de Molière también tuvo su espacio con la actuación de la franco-maliense Aya Nakamura (la artista más escuchada actualmente en francés en todo el mundo), que interpretó dos de sus grandes éxitos acompañada por la Guardia Republicana ante el Instituto de Francia.

La moda, con un desfile de talentos emergentes -para no olvidar que París es la gran pasarela mundial y capital de la alta costura- , y un recordatorio de la invención del cine por parte de los hermanos Lumière fueron otros pasajes destacados de la noche.

Más internacional fue el capítulo dedicado a Europa al ritmo de ‘The Final Countdown’ (del grupo sueco Europe) y el mensaje de paz que lanzó desde una isleta artificial la cantante Juliette Armanet con una versión de ‘Imagine’.

Un caballero plateado que hizo todo el recorrido a galope sobre el agua -cuando los últimos atletas habían llegado ya a la parada final, el puente de Jena entre la torre Eiffel y los jardines del Trocadero- sirvió en la recta final para hacer repaso de la historia del olimpismo moderno, que también tiene raíces francesas gracias al barón Pierre de Coubertin.

Ese jinete llevó la bandera de los cinco anillos para ser izada frente a la torre Eiffel antes de que se escuchara el himno olímpico, los discursos oficiales y la declaración de apertura, que correspondió como es tradicional al jefe de Estado del país anfitrión, en este caso Emmanuel Macron.

El encapuchado con la llama llegó justo después, para entregársela al futbolista Zinedine Zidane, quien a su vez se la entregó al tenista español Rafael Nadal -desatando un pequeño momento de locura en el Trocadero- para llevarla de vuelta hacia el museo del Louvre junto a otras tres leyendas del deporte: Serena Williams, Nadia Comaneci y Carl Lewis.

Fueron finalmente los franceses Marie Jose Perec y Teddy Riner los encargados de prender el pebetero, un globo aerostático que se elevó al cielo en Tullerías, mientras en lo alto de la torre Eiffel hacía su aparición triunfal la canadiense Céline Dion, cantando el ‘Hymne à l’amour’ de Edith Piaf, con un portentoso chorro de voz pese a la grave enfermedad neurológica que padece.

https://www.youtube.com/live/S7_0QuGodtE?si=4UG224KKUr8y0R5b

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