El naufragio de un petrolero iraní en el mar de China oriental derramó en la superficie cuatro capas de hidrocarburos de una extensión total equivalente a la ciudad de París, anunció Pekín, que se prepara a enviar robots submarinos para inspeccionar la carcasa.
El «Sanchi», que transportaba 136 mil toneladas de condensado, que son hidrocarburos ligeros (gas en estado líquido almacenado en contenedores a alta presión), zozobró el domingo luego de arder a flote durante una semana tras un choque con un carguero a unos 300 km al este de Shanghái.
La administración china encargada de los océanos afirmó este miércoles que estaba supervisando cuatro capas de petróleo, que abarcaban un área de casi 101 km2, casi el equivalente a la superficie de París.
Ese organismo trata de «controlar el avance de la marea negra y de evaluar su impacto ecológico en el medio ambiente marino», añadió en un comunicado.
El martes, la administración de océanos informó de una extensa marea negra de 69 km2, a la que se agregaría una contaminación «esporádica» repartida en 40 km2.
El «Sanchi» yace a 115 metros de profundidad, anunció el miércoles el ministerio de Transportes, que agregó que «se desplegarán robots submarinos para explorar las aguas de los restos».
Se desconoce la cantidad de contaminantes eventualmente presentes en el barco. El buque ardió durante una semana antes de irse a pique.
Solo se hallaron los cuerpos de tres de los 32 tripulantes que iban a bordo (30 iraníes y dos bangladesíes). Ante las pocas expectativas de hallar supervivientes, se abandonaron las búsquedas.
Barcos chinos intentan limpiar las fugas de hidrocarburos. El martes, se enviaron a la zona 13 buques con este fin.