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Policiaca

“No estamos jugando”. Chapitos golpean a rebeldes de COVID-19

Narcotraficantes impusieron un toque de queda en varias zonas de Sinaloa.

El pasado 12 de abril se dio a conocer un par de grabaciones, donde se observa a un grupo de sicarios golpear a las personas que violaban la cuarentena con un palo de madera, siguen vigentes.

En Sinaloa, los grupos criminales tuvieron un rol protagónico en la crisis generada por el coronavirus, lo confirmó el estudio Observaciones sobre Violaciones a Derechos Humanos cometidas durante la Contingencia Sanitaria por COVID-19.

El informe señala que el Cártel de Sinaloa promovió el encierro en las casas y el distanciamiento social a partir de prácticas violentas en la ciudad de Culiacán. “Se les informa que después de las 10 de la noche tienen que estar adentro de su casa por el coronavirus, si no agarran el rollo lo vamos a tablear a la verga. Son ordenes de arriba de los Chapitos. Hey, no estamos jugando, no es juego”, dice un hombre presuntamente miembro de la célula delictiva liderada por los hijos deJoaquín “El Chapo” Guzmán.

La grabación fue una de varias que se difundieron en redes sociales sobre “justicieros”, que a nombre de Los Chapitos incitaron, bajo sus propios métodos, a que las personas se quedaran en su casa. De acuerdo con el gobierno mexicano, estas medidas tuvieron lugar del 12 al 18 de abril en la capital de Sinaloa, mientras que en el municipio de Los Mochis se registraron del 19 al 25 de abril.

Increible

Desaparece en Disneyland y aparece días después en un bote de basura en Mexicali: el misterioso caso de Annie Encino

Una adolescente estadounidense de 16 años fue localizada con vida dentro de un contenedor de basura en Mexicali, Baja California, días después de haber desaparecido en el parque Disney California Adventure, en Anaheim. El caso ha despertado preocupación e interrogantes en ambos lados de la frontera, especialmente por el silencio mediático en México y las lagunas que aún rodean su cruce hacia territorio nacional.

Annie Kathleen Encino desapareció el pasado 20 de abril tras una discusión con su familia dentro del parque temático. Fue vista por última vez alejándose sola, lo que activó una Alerta Amber en Estados Unidos. Sin embargo, esa alerta nunca cruzó a territorio mexicano, dejando a la opinión pública del país sin conocimiento de su desaparición… hasta que la historia dio un giro tan insólito como alarmante.

Días después, una llamada anónima al 911 alertó a la policía municipal de Mexicali sobre la presencia de una menor dentro de un bote de basura. Al llegar al sitio, los oficiales encontraron a la joven en condiciones que no han sido detalladas, pero confirmaron su identidad. El consulado de Estados Unidos fue notificado de inmediato y su madre viajó a la ciudad fronteriza para identificarla y llevarla de regreso.

Hasta ahora, las autoridades mexicanas no han informado cómo fue que Annie cruzó la frontera sin documentos, sin acompañantes y sin ser detectada. Tampoco han revelado si fue víctima de trata, secuestro, abuso o si viajó voluntariamente con ayuda de terceros. La Fiscalía de Baja California mantiene abierta una investigación para esclarecer los hechos.

Lo que sí queda claro es que algo falló en los mecanismos de cooperación fronteriza. Ni la alerta internacional funcionó, ni hubo un protocolo binacional que permitiera actuar a tiempo. La aparición de una menor estadounidense en un contenedor de basura, en una ciudad donde los casos de desapariciones no son novedad, pone una vez más bajo la lupa la crisis de seguridad y el flujo irregular entre ambos países.

Mientras se esperan más detalles oficiales, el caso de Annie Encino evidencia que incluso en un entorno supuestamente seguro como Disneyland, la vulnerabilidad de los menores puede terminar en una historia digna de una serie policiaca.

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