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Nombran a Federico Franco Presidente de Paraguay

El nuevo presidente de Paraguay, Federico Franco, pidió hoy a los líderes vecinos, en particular los socios del Mercosur, que «entiendan» la situación creada en su país y acepten que hará «el mayor de los esfuerzos para que ésto se normalice».

En una rueda de prensa, Franco anunció sus primeros dos nombramientos, los ministros de Interior y Exteriores, cargos que recayeron en Carmelo Caballero y José Félix Fernández Estigarribia, respectivamente.

El objetivo es, dijo, dejar claro el mensaje de que Paraguay tiene «un norte que orienta su política exterior» así como la voluntad del nuevo Gobierno de «devolver seguridad a la ciudadanía».

Franco aludió a la inminente cumbre de Mercosur en Argentina, dando a entender que no acudirá, pues -dijo- «lo más importante es quedarnos a organizar la casa» y «si es necesario irá el canciller».

«Lo más importante es mantener las relaciones con los países vecinos», observó.

Para el resto de los nombramientos en su Ejecutivo, dijo, se tomará «un poco de tiempo», hablando incluso con los ministros que siguen en funciones tras la destitución de Fernando Lugo.

Franco aseveró que le «encantaría» formar un «gabinete multicromático» con los «mejores paraguayos, sin tener en cuenta su afiliación política», por primera vez en la Historia del país.

Una solución «inmediata» al conflicto de la tierra fue la primera promesa del gobernante, que también ofreció a su antecesor «que se quede el tiempo necesario» en la residencia presidencial hasta que pueda organizar su mudanza, así como «las garantías constitucionales que le corresponden».

Varios gobiernos latinoamericanos, como los de Argentina, Ecuador, Bolivia y Venezuela, anunciaron ya que no reconocen a Franco como presidente.

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Increible

Desaparece en Disneyland y aparece días después en un bote de basura en Mexicali: el misterioso caso de Annie Encino

Una adolescente estadounidense de 16 años fue localizada con vida dentro de un contenedor de basura en Mexicali, Baja California, días después de haber desaparecido en el parque Disney California Adventure, en Anaheim. El caso ha despertado preocupación e interrogantes en ambos lados de la frontera, especialmente por el silencio mediático en México y las lagunas que aún rodean su cruce hacia territorio nacional.

Annie Kathleen Encino desapareció el pasado 20 de abril tras una discusión con su familia dentro del parque temático. Fue vista por última vez alejándose sola, lo que activó una Alerta Amber en Estados Unidos. Sin embargo, esa alerta nunca cruzó a territorio mexicano, dejando a la opinión pública del país sin conocimiento de su desaparición… hasta que la historia dio un giro tan insólito como alarmante.

Días después, una llamada anónima al 911 alertó a la policía municipal de Mexicali sobre la presencia de una menor dentro de un bote de basura. Al llegar al sitio, los oficiales encontraron a la joven en condiciones que no han sido detalladas, pero confirmaron su identidad. El consulado de Estados Unidos fue notificado de inmediato y su madre viajó a la ciudad fronteriza para identificarla y llevarla de regreso.

Hasta ahora, las autoridades mexicanas no han informado cómo fue que Annie cruzó la frontera sin documentos, sin acompañantes y sin ser detectada. Tampoco han revelado si fue víctima de trata, secuestro, abuso o si viajó voluntariamente con ayuda de terceros. La Fiscalía de Baja California mantiene abierta una investigación para esclarecer los hechos.

Lo que sí queda claro es que algo falló en los mecanismos de cooperación fronteriza. Ni la alerta internacional funcionó, ni hubo un protocolo binacional que permitiera actuar a tiempo. La aparición de una menor estadounidense en un contenedor de basura, en una ciudad donde los casos de desapariciones no son novedad, pone una vez más bajo la lupa la crisis de seguridad y el flujo irregular entre ambos países.

Mientras se esperan más detalles oficiales, el caso de Annie Encino evidencia que incluso en un entorno supuestamente seguro como Disneyland, la vulnerabilidad de los menores puede terminar en una historia digna de una serie policiaca.

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