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Nombran a Federico Franco Presidente de Paraguay

El nuevo presidente de Paraguay, Federico Franco, pidió hoy a los líderes vecinos, en particular los socios del Mercosur, que «entiendan» la situación creada en su país y acepten que hará «el mayor de los esfuerzos para que ésto se normalice».

En una rueda de prensa, Franco anunció sus primeros dos nombramientos, los ministros de Interior y Exteriores, cargos que recayeron en Carmelo Caballero y José Félix Fernández Estigarribia, respectivamente.

El objetivo es, dijo, dejar claro el mensaje de que Paraguay tiene «un norte que orienta su política exterior» así como la voluntad del nuevo Gobierno de «devolver seguridad a la ciudadanía».

Franco aludió a la inminente cumbre de Mercosur en Argentina, dando a entender que no acudirá, pues -dijo- «lo más importante es quedarnos a organizar la casa» y «si es necesario irá el canciller».

«Lo más importante es mantener las relaciones con los países vecinos», observó.

Para el resto de los nombramientos en su Ejecutivo, dijo, se tomará «un poco de tiempo», hablando incluso con los ministros que siguen en funciones tras la destitución de Fernando Lugo.

Franco aseveró que le «encantaría» formar un «gabinete multicromático» con los «mejores paraguayos, sin tener en cuenta su afiliación política», por primera vez en la Historia del país.

Una solución «inmediata» al conflicto de la tierra fue la primera promesa del gobernante, que también ofreció a su antecesor «que se quede el tiempo necesario» en la residencia presidencial hasta que pueda organizar su mudanza, así como «las garantías constitucionales que le corresponden».

Varios gobiernos latinoamericanos, como los de Argentina, Ecuador, Bolivia y Venezuela, anunciaron ya que no reconocen a Franco como presidente.

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Incertidumbre congela inversiones en México: reformas judiciales y aranceles de Trump golpean la confianza

El crecimiento económico de México para 2025 podría estar en riesgo si no se generan condiciones de certidumbre para los inversionistas. Así lo advierte el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), que prevé un panorama desafiante ante los cambios políticos y económicos tanto internos como externos.

Una de las mayores preocupaciones es la propuesta de reforma al Poder Judicial impulsada por el presidente Andrés Manuel López Obrador y respaldada por la virtual presidenta electa, Claudia Sheinbaum. Aunque Sheinbaum ha dicho que buscará abrir un diálogo sobre el tema, la posibilidad de que los jueces y magistrados sean electos por voto popular ha generado inquietud entre los mercados. Para el IMEF, estas iniciativas, si no se manejan con responsabilidad y apertura, podrían minar el Estado de derecho y desalentar la inversión, justo cuando México necesita consolidar su papel como destino clave para el “nearshoring”.

Por si fuera poco, en Estados Unidos, el virtual candidato republicano Donald Trump ha intensificado su discurso proteccionista y ha sugerido que, de volver a la presidencia, impondría un arancel universal del 10?% a todos los productos importados. Esta postura ha encendido las alarmas entre empresarios mexicanos que exportan hacia ese país, el principal socio comercial de México. El IMEF considera que este tipo de medidas no solo afectarían el comercio bilateral, sino también los flujos de inversión que hoy se ven beneficiados por el T-MEC.

Además, el organismo alertó sobre una desaceleración económica en el país: la expectativa de crecimiento para 2025 se redujo de 2.1?% a 1.9?%, mientras que la inversión privada muestra signos de estancamiento. Aunque la inflación parece estar bajo control, con una tasa anual del 4.78?% en junio, la alta tasa de interés (actualmente en 11?%) podría seguir afectando el dinamismo económico.

En este contexto, el IMEF hizo un llamado al nuevo gobierno a generar señales claras de estabilidad, institucionalidad y respeto al Estado de derecho, condiciones necesarias para atraer inversiones y sostener el crecimiento. La ventana del “nearshoring” sigue abierta, pero sin confianza, México podría desaprovecharla

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