El presidente de EU, Barack Obama, hizo ayer un nuevo anuncio revolucionario para caldear la campaña electoral y presionar a su adversario, el republicano Mitt Romney, a que tome partido. Rodeado de un grupo de ciudadanos considerados de clase media, el mandatario propuso al Congreso que saque adelante una de las exigencias más repetidas por el movimiento “Ocupa Wall Street”: que sea ese 2% de la población más rica —como él mismo, recordó— la que pague los excesos de la crisis financiera y económica, en vez de que el peso caiga sobre las clases bajas y medias.
“No estoy proponiendo nada radical”, aseguró Obama en una comparecencia en la Casa Blanca, “estoy proponiendo al Congreso que el 98% de la población que gana menos de 250,000 dólares al año conserve sus ventajas fiscales y eliminarlas para el 2% que supera esa cifra”.
“Ya es hora de acabar con los beneficios fiscales de quienes, como yo, pueden permitirse pagar más”.
Tumbar el modelo Bush. La propuesta de Obama es que los recortes de impuestos aprobados durante el Gobierno de su antecesor, el republicano George W. Bush, y que vencen en diciembre se prorroguen por un año, pero solamente para las familias que ganan menos de 250,000 dólares anuales, porque la “prosperidad” del país depende de una “clase media fuerte”, que incentive el consumo y cree puestos de trabajo, dijo.
“No podemos mantener a la mayoría de los estadounidenses y a nuestra economía de rehenes mientras el Congreso debate la necesidad de otro recorte de impuestos para los más ricos”, subrayó.
“Propuesta quijotesca”. El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, anticipó el “no” de su grupo en el Congreso y tachó de “quijotesca” la propuesta de Obama, ya que, aseguró, no servirá para crear empleos.
Se da así por hecho que la mayoría republicana en la Cámara de los Representantes bloqueará cualquier iniciativa que perjudique a las clases altas, por lo que la propuesta de Obama se decidirá en noviembre en las urnas y obligará a la campaña del republicana Romney a tomar una postura, sin que parezca que está en contra de las clases trabajadoras.
El vocero de Romney, Andrea Saul, respondió al planteamiento de Obama diciendo que el presidente “demuestra una vez más que no tiene ni idea de cómo poner a Estados Unidos a trabajar de nuevo y ayudar a la clase media”. Advirtió de que un aumento de impuestos a las rentas más altas daña la recuperación económica.
Ataque a Romney. Por su parte, el vocero de Obama, Jay Carney, aprovechó el anuncio de Obamapara instar a Romney, que tiene una fortuna estimada de 250 millones de dólares y ha admitido que paga una tasa impositiva menor a la del estadounidense medio, a difundir su declaración fiscal.
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