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Ocupa Chihuahua segundo lugar nacional en secuestros

En lo que va del año, la Procuraduría General de la República (PGR) realiza 80 averiguaciones previas por secuestro al mes, cifra que supera los 30 reportes mensuales generados de 2010 a diciembre del año pasado.

Es decir, la dependencia federal comienza a investigar dos casos de plagio por día, independientemente de los que registran las procuradurías estatales.

De acuerdo con el Sistema de Información Estadística de la PGR, las entidades federativas con más incidencia son Tamaulipas, Chihuahua, Coahuila, Estado de México, Jalisco, Nayarit, Puebla, Guanajuato, Morelos, Guerrero y el Distrito Federal.

Excélsior reveló ayer que al año surgen cerca de 40 bandas dedicadas al secuestro, y tan sólo en el Distrito Federal, 20 organizaciones son de este tipo.

Según la PGR, el aumento en la cifra de las denuncias refleja que la ciudadanía ha recobrado la confianza en las autoridades. Sin embargo, la procuradora Marisela Morales señala que por cada caso investigado hay tres más que no son reportados.

México SOS, organización que preside Alejandro Martí, advierte que es incalculable la cifra negra sobre el secuestro.

PGR registra 80 plagios cada mes en todo el país

Once estados tienen mayor concentración de estas denuncias.

La Procuraduría General de la República (PGR) ha iniciado durante 2012 en promedio mensual 80 averiguaciones previas por el delito de secuestro ocurrido en varios estados del país, indican registros del Sistema Institucional de Información Estadística de la dependencia federal.

Esta cifra contrasta con años anteriores que indican que de 2010 a diciembre de 2011 se iniciaban en la Unidad Antisecuestros de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO) alrededor de 30 averiguaciones previas, independientemente de las iniciadas en las procuradurías estatales.

Para la PGR, este aumento en las denuncias por secuestro representa que la ciudadanía tiene mayor confianza en las autoridades federales para denunciar y que con ello se está abatiendo la denominada cifra negra que existe en este delito de alto impacto.

La dependencia que dirige Marisela Morales Ibáñez calcula que por cada denuncia de secuestro existen en promedio tres plagios más que no se denuncian.

En tanto la organización México SOS, que dirige Alejandro Martí, precisa que la cifra negra de secuestro en el país es inestimable, ya que existen innumerables casos de secuestro que no son denunciados a las autoridades por temor a que las policías o las autoridades puedan ser cómplices de los secuestradores.

En entrevista con Excélsior, Alejandro Martí precisó que es necesario que las personas denuncien los plagios, porque es la única posibilidad que tienen las familias de poder recuperar con vida a sus familiares.

El Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y Justicia Penal AC estimó que en 2011 hubo dos mil 979 secuestros: más de ocho plagios diarios, en promedio.

En México, según la PGR, la posibilidad de que un familiar sea rescatado con vida tras un secuestro es de 95%, excepto en aquellos casos en los que la banda de secuestradores tiene como finalidad no sólo la obtención de recursos económicos, sino cumplir con una venganza, o porque el victimario reconoce a quien lo plagió.

La dependencia precisa que en el caso de un secuestro es primordial que la familia contacte con las autoridades de manera inmediata ya que las primeras horas en las que una persona ha sido privada de su libertad son cruciales.

Rodrigo Archundia Barrientos, titular de la Unidad Antisecuestros de la SIEDO, precisa que el modo de operar de los secuestradores se ha modificado debido a que ahora las bandas de plagiarios realizan los ilícitos con base en la apariencia de un automóvil o por la ropa que viste una persona, sin importar si cuenta con recursos económicos o no, por lo que solicitan cantidades bajas para cometer un mayor número de ilícitos.

De acuerdo con el funcionario federal, la Unidad Antisecuestros de la PGR tiene 90% de efectividad y de éxito en el rescate de personas que han sido privadas ilegalmente de su libertad.

Archundia Barrientos precisa que el perfil del secuestrador mexicano tiene un bajo nivel de escolaridad, pertenece a un nivel económico bajo, además de que su vida familiar se ha desarrollado en un ambiente de agresión y violencia y en zonas en las que el índice delictivo es alto.

El funcionario precisó que debido a la detención de peligrosas bandas de secuestradores ha logrado obtener la extinción de dominio de propiedades que les fueron decomisadas a los secuestradores y cuyo dinero por la venta del inmueble fue otorgado a las personas que realizaron el pago de rescate.

“Se han ganado dos demandas de extinción de dominio en favor de víctimas de secuestro. En ambos casos, se trata de inmuebles que en su momento sirvieron a los secuestradores”, precisó el funcionario.

Decomisos

La PGR asegura que se han ganado dos demandas de extinción de dominio en favor de víctimas de secuestro:

Rodrigo Archundia, titular de la Unidad Antisecuestros de la SIEDO, explicó que desde mayo de 2011 se han efectuado declaratorias de abandono de bienes en favor del gobierno federal por un monto de 16 millones 929 mil 674 pesos.

Entre las bandas de secuestradores que fueron desmanteladas está la de la organización M-12, cuyo líder realizaba negociaciones desde un penal del Edomex.

El caso de Los Tolmex, tras el secuestro de dos víctimas se descubrió que entre los principales operadores se encontraba Jaquelín Malinali Gálvez Ruiz, La Mali, detenida junto con cinco integrantes.

Otra detención importante es la de Mario Vallarta Cisneros, fundador de la banda Los Zodiaco, liderada por Mario Vallarta Cisneros, Israel Vallarta Cisneros y su novia de nacionalidad francesa Florence Cassez, entre otros.

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Opinión

Emilia Pérez: Una Mirada Cuestionada sobre México Por: Sigrid Moctezuma

En un mundo donde el cine es tanto un arte como una poderosa herramienta de representación cultural, las películas que abordan la identidad de un país llevan consigo una gran responsabilidad. Tal es el caso de Emilia Pérez, una cinta que, aunque prometía ser un relato innovador, ha generado un torrente de críticas por su visión estereotipada y su superficialidad al retratar la cultura nacional.

Descrita por sus creadores como un “narco-musical”, Emilia Pérez sorprendió al ganar cuatro Globos de Oro, lo que dejó en evidencia una desconexión entre las audiencias internacionales y la percepción mexicana. Mientras en el extranjero se celebra como un experimento cinematográfico audaz, aquí ha sido criticada por perpetuar clichés culturales que parecen sacados de una postal turística, ignorando las complejidades del México actual. Aunque su mezcla de comedia, drama y música despertó curiosidad inicial, para muchos terminó siendo un recordatorio de cómo los estereotipos siguen dominando la narrativa global.

Uno de los puntos de mayor desagrado ha sido la manera en que la película aborda temas sensibles como la identidad de género y la narcocultura. Si bien es positivo que estas cuestiones tengan espacio en la narrativa cinematográfica, en Emilia Pérez se sienten tratadas con una ligereza que no honra su trascendencia. Los personajes, en lugar de reflejar matices reales, se convierten en caricaturas que difícilmente conectan con el público.

Las críticas no solo vienen de los espectadores, sino también de sectores especializados en cine y cultura. Se ha señalado que la película parece diseñada para un público extranjero que consume el «México pintoresco», mientras ignora las voces y experiencias auténticas que definen al país. Lo que representa una oportunidad desperdiciada para proyectar un discurso que sea fiel a nuestra riqueza cultural y social.

Este fenómeno no es nuevo en el cine. Muchas producciones internacionales han intentado capturar supuestamente nuestra esencia, pero terminan cayendo en la trampa: el mariachi omnipresente, las cantinas llenas de tequila y la violencia gratuita. Emilia Pérez, desafortunadamente, parece sumar su nombre a esta lista.

No obstante, este tipo de reacciones también abre un espacio importante para la reflexión. La discusión que surge de estas películas pone sobre la mesa la necesidad de que seamos nosotros quienes contemos nuestras propias historias, desde múltiples perspectivas. Es imperativo que el relato cinematográfico internacional comience a escuchar más atentamente las voces locales y trabajen en colaboración para evitar simplificaciones que diluyan nuestra esencia.

En un mundo donde las plataformas digitales hacen que el cine viaje más rápido que nunca, la responsabilidad de representar adecuadamente a un país se vuelve aún más crucial. La recepción de Emilia Pérez debería servir como un recordatorio de que no somos un concepto único y fácil de definir, sino una amalgama compleja de historias, tradiciones y modernidades.

Quizá, en el futuro, podamos ver más producciones que tomen este desafío en serio, dejando de lado las visiones simplistas. Porque México, con todas sus luces y sombras, merece ser contado con verdad y profundidad.

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