Oprah Winfrey se convirtió en una de las protagonistas de la ceremonia de los Globos de Oro con su reivindicativo discurso tras recibir el premio Cecil B. DeMille a los logros de toda una vida, entregado a aquellas personas que han realizado «contribuciones excepcionales al mundo del entretenimiento» y con el que la presentadora volvía a hacer historia al convertirse en la primera mujer negra en ser reconocida con este galardón.
Tal y como se esperaba, la todopoderosa celebridad se ciñó a la tónica de la velada -centrada en la iniciativa Time’s Up en apoyo a las mujeres víctimas de abusos y acoso en la meca del cine en concreto y en el lugar de trabajo en general- dando las gracias en su intervención a todas aquellas «cuyos nombres nunca se conocerán» y que han soportado años de abuso y agresiones porque, como su propia madre, «tenían niños que cuidar, facturas que pagar y sueños que intentar cumplir». La libertad de prensa, la importancia de ofrecer ejemplos de diversidad a las generaciones más jóvenes y de respaldar a quienes se atrevían a contradecir a una «cultura rota por hombres brutalmente poderosos» y caduca fueron tan solo algunos de los otros temas que abordó durante su discurso.
Ya en el monólogo inicial de la gala, Seth Meyers hacia un guiño a Oprah haciendo una broma que ha acabado por convertirse en un fenómeno viral: la posibilidad de que la también actriz se postulara algún día como candidata a la presidencia de Estados Unidos, ahora que Donald Trump ha cambiado las reglas sobre celebridades televisivas llegando a la Casa Blanca.
«En 2011 conté algunos chistes sobre nuestro actual presidente en la cena de corresponsales de la Casa Blanca, sobre cómo no estaba capacitado para serlo. Y algunos han dicho que eso fue lo que lo convenció para presentarse candidato», arrancaba el presentador de la noche tras felicitar a su compañera por el premio que recibiría más adelante. «Y si eso es cierto, solo quiero decir: Oprah, nunca serás presidenta. No tienes las cualidades necesarias. Ahora solo queda sentarse y esperar».
Lo que debía haberse quedado en una anécdota más de la ceremonia cobró fuerza como una bola de nieve en las redes sociales, donde estrellas como John Stamos, Sarah Silverman o Janelle Monáe comenzaron a utilizar el hashtag #Oprah2020, y poco después el propio compañero sentimental de Oprah, Stedman Graham -con quien mantiene una relación desde hace décadas-, entró a formar parte del debate dando esperanzas a todos sus partidarios.
«Depende de la gente. Desde luego, ella lo haría», apuntaba Graham en conversación con Los Angeles Times.
Pese a lo ilusionante que pudiera resultar para muchos ver a la combativa presentadora convertida en la primera mujer presidente de los Estados Unidos, lo cierto es que ella ya ha dejado claro en el pasado que no se trata de una posibilidad que -al menos de momento- entre en sus planes.
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