Das vueltas y más vueltas en la cama pero el sueño no llega. Cierras los ojos, cuentas ovejitas, miras televisión y nada: los problemas del día no te dejan dormir en paz. Te levantas a medianoche con un irresistible impulso de atacar la nevera. O te despiertas mucho antes del amanecer y no puedes volver a conciliar el sueño. Si tienes alguno de estos síntomas, formas parte de un grandisimo numero de personas que pasa noches en vela y días entre bostezos. }
¿Qué puedes hacer para dormir mejor? te presentamos algunos tips que seguramente te ayudaran:
Mantén un horario regular para dormir: nuestros ciclos de dormir y estar despiertos se rigen por lo que se llama el “reloj circadiano” del cerebro, que funciona mejor en la medida en que el sistema de sueño esté equilibrado. Acostarse y levantarse a la misma hora, aún durante los fines de semana, le permitirá a tu cuerpo estar sincronizado con esta pauta.
Evita la cafeína: es muy sencillo, la cafeína te mantiene despierto. Recuerda que los productos con cafeína –como el café, el té, las colas gaseosas y el chocolate- permanecen en el cuerpo un promedio de entre 3 y 5 horas, pero pueden afectar a algunas personas hasta 12 horas más tarde. Por lo tanto, nada de cafeína como mínimo 6 horas antes de ir a dormir.
Evita la nicotina: fumar antes de ir a la cama hace más difícil dormirse, porque la nicotina también es un estimulante. El cigarrillo, además, provoca otros problemas relacionados con el sueño, como pesadillas y angustia por la separación temporal de la nicotina. Una razón más para que dejes de fumar.
Bebe alcohol con moderación: por su efecto sedativo, el alcohol puede ayudar inicialmente a dormir, pero también puede causar interrupciones posteriores del sueño por pesadillas, sudor o dolor de cabeza. Se recomienda no consumirlo a la noche.
No comas o bebas demasiado antes de ir a la cama: no te acuestes con hambre, pero evita las comidas pesadas. Comer en exceso puede hacer tu sueño menos confortable, los picantes a veces provocan acidez estomacal y mucho líquido tal vez te haga despertar en medio de la noche para ir al baño. También hay alimentos que ayudan a dormir mejor, como la leche tibia, el atún, las bananas, los huevos, el aguacate, las almendras, los espárragos, los melocotones, etc.
Haz ejercicios físicos, pero a la hora adecuada: el ejercicio regular contribuye a un buen estado físico y a dormir placenteramente, pero no hay que hacerlo inmediatamente antes de ir a la cama, sino por lo menos tres horas antes. La temperatura del cuerpo aumenta durante el ejercicio y su descenso demora unas seis horas; por eso se recomienda hacerlo a la mañana o al atardecer.
Relájate antes de dormir:usar rituales relajantes antes de ir a la cama te ayudará a liberarte del estrés y los problemas del día para que te resulte más fácil quedarte dormido. Prueba con un baño caliente, leer o escuchar música, meditación, aroma-terapia… Y si no puedes dormirte jamás mires el reloj, porque sólo conseguirás sentirte más ansioso.
Mantén tu habitación silenciosa, oscura y confortable: asegúrate de que no esté demasiado fría o calurosa, que el colchón sea cómodo y firme y que no haya ruido u otras distracciones. ¿Tu perro duerme contigo? Tal vez eso contribuya a despertarte y la idea es que el ambiente estimule tu sueño. Hay personas que sufren interrupciones del dormir por un mínimo sonido o luz.
Utiliza tu cama sólo para dormir y tener relaciones sexuales: esto fortalece la asociación psicológica entre la cama y el sueño. No mires televisión, ni comas, ni mantengas discusiones sobre temas emocionales en la habitación, porque serán distracciones que ayudarán al insomnio.
Limita el tiempo de dormir: si tienes dificultades con el sueño, ve a la cama sólo cuando estés cansado. Si no logras dormirte en 15 minutos, levántate e intenta una actividad relajante hasta que sientas sueño nuevamente. Si algo te preocupa mucho, apúntalo en una libreta para resolverlo al día siguiente. Evita la siesta o redúcela a no más de 20 minutos.
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