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Pakistán supo de incursión que acabó con Bin Laden, según Seymour Hersh

Según el periodista Seymour Hersh, Osama bin Laden había estado en manos de la Inteligencia Interservicios de Pakistán desde 2006 en el complejo de Abbottabad donde resultó muerto y Estados Unidos no actuó solo en la operación, como afirmó Obama.

El alto mando militar y del espionaje de Pakistán siempre supo de los planes estadounidenses para lanzar la incursión que liquidó a Osama bin Laden el 2 de mayo de 2011 en la población de Abbottabad, reveló el periodista Seymour Hersh.

Asimismo aseguró que la historia de la Casa Blanca que asegura que el líder de Al Qaeda (La Base) y autor intelectual de los atentados de 2001 en Estados Unidos murió en el ataque sorpresivo contra su escondite realizado por comandos del Pentágono, sin informar al país asiático, «podría haber sido escrita por Lewis Carroll».

Hersh publicó la información en el London Review of Books y dijo a CNN que el reportaje «tiene que ser enfrentado por este gobierno muy seriamente».

Entre otros puntos, destaca que Bin Laden había estado en manos de la Inteligencia Interservicios (ISI) de Pakistán desde 2006 en el complejo de Abbottabad donde resultó muerto, a escasa distancia de una de las principales academias militares, y que fue un exfuncionario de espionaje pakistaní quien se acercó a la estación de la CIA en Islamabad para reportar su paradero y cobrar los 25 millones de dólares de recompensa ofrecidos por EU.

El informante y su familia fueron sacados de Pakistán posteriormente y reubicados en el área de Washington, donde ahora se desempeña como consultor de la CIA, afirmó.

El gobierno estadounidense, en cambio, dijo que descubrió el lugar donde el extremista saudí se ocultaba al dar seguimiento a su correo, que transmitía a la red las instrucciones que recibía en Abbottabad.

Hersh explica, citando fuentes estadounidenses, que Estados Unidos planeó el asalto con los dos principales mandos pakistaníes, el general Ashfak Pervez Kayani, jefe del Estado Mayor del ejército, y el general Ahmed Shuya Pasha, titular de la ISI, por lo que considera «la mentira más descarada» que ambos ignoraran la misión.

De hecho, detalla que la administración Obama acordó inicialmente declarar que Bin Laden murió en un ataque con avión teledirigido(drone) y puntualiza, contrario a lo dicho por los comandos SEAL de la Marina que intervinieron, que no se le dio un entierro en el mar conforme a las prácticas islámicas.

Sus restos «fueron arrojados a una bolsa para cadáveres y, durante el vuelo en helicóptero de regreso a Yalalabad (la base en Afganistán de donde salieron los efectivos), algunas partes del cuerpo fueron lanzadas a las montañas del Hindu Kush».

Hersh justificó el uso de fuentes sin identificar para su reportaje, al exponer que verificó y revisó la mayor parte de sus datos, aportados por elementos que se mantienen en activo.

El veterano periodista, también colaborador de The New Yorker, ganó el 1970 el premio Pulitzer por el trabajo que reveló la masacre de civiles vietnamitas por tropas estadounidenses en My Lai, Vietnam.

CASA BLANCA DESESTIMA VERSIÓN

Josh Earnest, Secretario de Prensa de la Casa Blanca, dijo este lunes que hay muy poco cierto en la historia de Hersh.

«Puedo decirte que la Casa Blanca no es la única que señala que la historia está plagada de inexactitudes y falsedades», señaló durante su conferencia diaria.

Según The Huffington Post, Earnest destacó que incluso Mike Morell, exdirigente de la CIA, dijo que «cada enunciado… estaba equivocado», mientras que el especialista en seguridad nacional de CNN Peter Bergen consideró que «lo que es cierto en la historia no es nuevo y lo que es nuevo en la historia no es cierto».

Fuente: El Financiero

Resto del mundo

Cofece multa a Walmart por prácticas monopólicas: la batalla legal apenas comienza

La Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) asestó un golpe histórico al multar a Walmart de México con 93.4 millones de pesos tras concluir una investigación que se extendió por más de cuatro años. La razón: prácticas monopólicas relativas, particularmente en el trato con sus distribuidores.

Según el dictamen de la Cofece, Walmart aprovechó su posición dominante en el mercado para imponer condiciones desfavorables a los proveedores, afectando la competencia en el sector. Aunque no se han revelado todos los detalles de las “contribuciones” impuestas a los distribuidores, el veredicto destaca cómo estas prácticas distorsionan el acceso al mercado y perjudican a competidores más pequeños.

En respuesta, Walmart no tardó en reaccionar. La empresa anunció que impugnará la decisión y enfatizó su compromiso con el cumplimiento de las leyes mexicanas. En su comunicación oficial, destacó que la sanción carece de fundamento y que está basada en interpretaciones erróneas. Este movimiento era predecible: para una empresa de este tamaño, 93 millones de pesos no solo representan una cifra considerable, sino también una amenaza a su reputación.

Por otro lado, la Cofece también se juega mucho. Este caso es una muestra clara de su intención de reforzar la vigilancia sobre los gigantes corporativos. Sin embargo, una batalla legal prolongada podría poner a prueba su capacidad de defender sus resoluciones en tribunales.

Más allá de la multa, el caso de Walmart pone el reflector sobre una problemática común en el comercio minorista: el desbalance de poder entre grandes cadenas y pequeños distribuidores. Si bien el desenlace de este litigio aún está por definirse, el mensaje es claro: los días de actuar sin consecuencias podrían estar contados. La industria y los consumidores estarán atentos a cada movimiento en esta batalla judicial.

 

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