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Paulina Rubio anda bien brava

CIUDAD DE MÉXICO, 17 de abril.- Paulina Rubio está cerrando un ciclo. Tras cinco años de matrimonio con el empresario español Nicolás Vallejo-Nágera su separación es inminente. Los trámites siguen su curso, pero la nueva vida de la cantante también. La mexicana, de 40 años, se encuentra en una etapa de transformación y lucha constante en la que no sólo se defenderá a sí misma, a su carrera y a su particular estilo musical, sino que ahora tiene un impulso mayor por el cual pelear: su hijo.

La Chica Dorada anda Brava!, tal como el título de su más reciente disco y su tour de conciertos, próximo a llegar a México.

“Se cerró un círculo. Estoy en un nuevo ciclo de mi vida, en el que tengo mucha fuerza y el motor es un niño de 16 meses (su hijo Andrea Nicolás), que es la luz más brillante y pura del mundo. Cuando tienes esa luz, puedes con todo.

“Vengo brava con esa lectura de ser positiva, porque creo que lo negativo hay que dejarlo de lado para convertirte en una mejor persona; estoy brava en todos los sentidos: tengo una fuerza que no podría reconocer hace un año, por ejemplo. Eso me da mucha ilusión de vivir, ganas de tener salud, de ver crecer a mi niño, disfrutar a mi madre (la actriz Susana Dosamantes) y sobre todo de seguir realizándome también como mujer y persona”, aseguró Paulina Rubio en entrevista conFunción.

La intérprete no perdió la brújula. Lloró lo necesario, sacó su dolor y ahora avanza en una dirección precisa hacia lo que quiere para sí misma. Estar con su hijo es una de sus prioridades, incluso por encima de la música.

“Claro (que lloré). La desilusión puede más que cualquier cosa y te cura más rápido, ha sido más rápido entender que estoy pasando a un mejor momento. Ahora lo más importante es poder realizarme, hacer cosas diferentes, crecer arriba del escenario, pero con ese motor que es mi niño y que lo es todo en mi vida. Me siento muy realizada como madre, tengo un niño alegre, feliz, sano y que crece como una florecita sin parar, es lo máximo”, destacó.

Ante la pregunta “¿lucharás por tu hijo?”, pues aún no se define quién tendrá la custodia legal, Paulina respondió con una sonrisa que demuestra seguridad: “No tengo ni que contestar esa pregunta. Sí, para todo.”

La música, su comunicación

La Chica Dorada, quien está en un proceso de divorcio en el que se disputan tanto los bienes materiales como la custodia de su único hijo, señaló que siempre le ha sido más fácil sacar a flote sus problemas a través de los temas que canta.

“Lo que vivo se refleja al cien por ciento en todas las canciones deBrava! (2011), en cada una de esas letras, porque yo ya lo estaba viviendo. Quizá el público no lo sabía y yo no hablo de eso, pero mis canciones sí. Si escuchan bien el disco, lo sabrán”, afirmó.

En efecto. Rubio se sincera con su segundo sencillo Me voy, que compuso y canta a dueto con el autor mexicano Espinoza Paz. En su letra expresa:

“Hay invierno en esta historia, siendo honestos no es la gloria, y es por esto que me voy / Me despido de tu vida, pero nunca arrepentida, porque yo di lo mejor / Aunque sé que por tu parte hay mentiras tan cobardes y es por eso que me voy”. El tema ahora cobra una connotación totalmente distinta.

“¡Claro! Y Espinoza y yo la escribimos en febrero del año pasado, por ejemplo. El dueto con él, la versión pop es una forma muy simple de compartir con mi público cosas que son de verdad y que le pasan a todo el mundo, ¿o no?”, enfatizó Paulina.

Acerca del padre de su hijo, prefirió no hablar: “Para esta pregunta no tengo ningún comentario”, sentenció.

De su show en el DF

La cantante se mostró transparente, amable y accesible durante la charla con este diario, como nunca antes. Reveló que parte de su experiencia vital será reflejada en su próximo concierto en la Arena Ciudad de México, el 27 de abril, pues en su show aborda el tema de los ciclos que se cierran.

“Es un nuevo concepto inspirado en los mayas, en el (año) 2012, en el principio o final de una era. A raíz de esto hago tres actos empezando con el chakra (según el hinduismo, son siete centros de energía inmensurable situados en el cuerpo humano) más salvaje, que es el rojo, el sexual, el apocalíptico y voy poco a poco llevándote por medio de mis éxitos hasta el de purificación, amor y espiritualidad.

“Hemos jugado mucho con las letras de mis canciones y tenemos un escenario que es toda una pantalla en forma de pirámide. Es muy original, algo que no se ha visto y me da la oportunidad de deleitar a misfans y estar en comunicación con ellos, saber qué quieren oír, eso esBrava! Tour”, explicó.

No existen otros planes por el momento. Ni televisión ni cine ni otros discos, sólo su gira, que iniciará en México, su país natal, pues es esta tierra a la que considera como amuleto de la buena suerte.

“México siempre tiene que ser ese punto de partida, porque uno tiene sus mañas, sus cositas y creo que se tiene que empezar de nuevo donde se inició. Mis giras siempre arrancan aquí porque para mí eso es buena suerte”, concluyó.

BRAVA! TOUR

27 de abril, Arena Ciudad de México (Av. Las Granjas 800, Col. Santa Bárbara, Azcapotzalco, DF).

Boletos: 250, 350, 550, 700, 850, 1,000 y 1,150 pesos.

28 de abril, Arena Monterrey (Av. Madero 2500 Oriente, Col. Obrera, Monterrey, NL).

Boletos: 250, 350, 500, 650, 800, 950, 1,100, 1,250 y 1,400 pesos.

3 de mayo, Hermosillo, y 5 de mayo, Jazz Fest Nueva Orleáns.

Sin miedo a la violencia

Paulina Rubio no dudó en incluir a Nuevo León en su Brava! Tour, para ofrecer un concierto el 28 de abril en la Arena Monterrey, a pesar del ambiente de inseguridad y violencia por el que atraviesa la entidad desde los últimos meses. Su razón es clara.

“Precisamente por eso creo que tengo que ir para darles mi medicina, mi antídoto, mi fuerza y alegría y estoy muy ilusionada en poder presentarme en este tipo de escenarios tan preparados. Espero todos puedan ir y presenciarlo conmigo”, exhortó.

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Revive la espectacular inauguración de los juegos olímpicos de Paris 2024

Con el Sena como escenario y el espectáculo aguado por la lluvia, París 2024 repasó los hitos de la historia de Francia siguiendo a un misterioso encapuchado que portaba la llama, con momentos de protagonismo para la Revolución, la literatura, el cine y un homenaje a mujeres como Simone Veil o Simone de Beauvoir.

El espectáculo concebido por Thomas Jolly se dividió en doce segmentos que se fueron sucediendo desde la salida de la delegación de Grecia, desde el puente de Austerlitz, a la cabeza de los 85 barcos que transportaron a las 205 delegaciones olímpicas.

La inspiración de ‘La vie en rose’ primero y Lady Gaga después, con un número de cabaret, fueron la primera gran actuación musical, antes de llegar entre acrobacias a la zona de la catedral de Notre-Dame (aún cerrada por la restauración del incendio que sufrió en 2019), con un guiño a la literatura de Victor Hugo y a su popular personaje Quasimodo.

‘Los miserables’, ‘La libertad guiando al pueblo’ y ‘La Gioconda’ -que a pesar de ser el cuadro mejor custodiado del Louvre, llegó a manos de los minions de la saga ‘Despicable Me’- fueron otras obras artísticas icónicas de la cultura francesa que tuvieron sus momentos de protagonismo a medida que el desfile cruzaba la ciudad.

Fue al paso del encapuchado (de aspecto similar al protagonista de la saga de videojuegos Assassin’s Creed) con la llama por la Conciergerie, un palacio donde estuvo prisionera María Antonieta, cuando sonaron las guitarras más potentes de la noche para recordar la Revolución francesa.

La voz de Marina Viotti y el grupo metalero Gojira se encargaron de recordar la ira del pueblo con la canción revolucionaria ‘Ah, ça ira’, en uno de los momentos más vibrantes del espectáculo.

La lírica la puso después la ópera ‘Carmen’, del francés Georges Bizet, y también la mezzosoprano Axelle Saint-Cirel al cantar el himno de Francia, ‘La marsellesa’, desde el tejado del imponente Grand Palais, que ha sido restaurado para poder acoger varias de las pruebas olímpicas de París 2024.

Ese momento solemne se aprovechó para homenajear a grandes mujeres de la historia, como la escritora e icono feminista Simone de Beauvoir, la política Simone Veil (que impulsó la legalización del aborto en Francia), la cineasta Alice Guy o la pionera del deporte femenino Alice Milliat.

La moda, el cine y la francofonía

La lengua de Molière también tuvo su espacio con la actuación de la franco-maliense Aya Nakamura (la artista más escuchada actualmente en francés en todo el mundo), que interpretó dos de sus grandes éxitos acompañada por la Guardia Republicana ante el Instituto de Francia.

La moda, con un desfile de talentos emergentes -para no olvidar que París es la gran pasarela mundial y capital de la alta costura- , y un recordatorio de la invención del cine por parte de los hermanos Lumière fueron otros pasajes destacados de la noche.

Más internacional fue el capítulo dedicado a Europa al ritmo de ‘The Final Countdown’ (del grupo sueco Europe) y el mensaje de paz que lanzó desde una isleta artificial la cantante Juliette Armanet con una versión de ‘Imagine’.

Un caballero plateado que hizo todo el recorrido a galope sobre el agua -cuando los últimos atletas habían llegado ya a la parada final, el puente de Jena entre la torre Eiffel y los jardines del Trocadero- sirvió en la recta final para hacer repaso de la historia del olimpismo moderno, que también tiene raíces francesas gracias al barón Pierre de Coubertin.

Ese jinete llevó la bandera de los cinco anillos para ser izada frente a la torre Eiffel antes de que se escuchara el himno olímpico, los discursos oficiales y la declaración de apertura, que correspondió como es tradicional al jefe de Estado del país anfitrión, en este caso Emmanuel Macron.

El encapuchado con la llama llegó justo después, para entregársela al futbolista Zinedine Zidane, quien a su vez se la entregó al tenista español Rafael Nadal -desatando un pequeño momento de locura en el Trocadero- para llevarla de vuelta hacia el museo del Louvre junto a otras tres leyendas del deporte: Serena Williams, Nadia Comaneci y Carl Lewis.

Fueron finalmente los franceses Marie Jose Perec y Teddy Riner los encargados de prender el pebetero, un globo aerostático que se elevó al cielo en Tullerías, mientras en lo alto de la torre Eiffel hacía su aparición triunfal la canadiense Céline Dion, cantando el ‘Hymne à l’amour’ de Edith Piaf, con un portentoso chorro de voz pese a la grave enfermedad neurológica que padece.

https://www.youtube.com/live/S7_0QuGodtE?si=4UG224KKUr8y0R5b

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