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“Perdonen a mi hijo”: Madre de asesino de Texas

La mamá de Salvador Ramos, el autor de la masacre en una escuela primaria de Texas, que dejó a 19 niños y dos maestras muertas, comentó: «mi hijo no era una persona violenta», y se mostró «sorprendida» por su arrebato mortal.

Caleb Ordóñez 

El Daily Mail informó que Adriana Reyes dijo que su hijo «era reservado y no tenía muchos amigos». Además, negó que los dos tuvieran una relación explosiva.

«Mi hijo no era una persona violenta», dijo Reyes al medio británico. «Estoy sorprendido por lo que hizo.

Reza por los niños fallecidos

La mamá de Salvador Ramos dijo que reza por las familias y los niños inocentes que fallecieron luego de que su hijo les disparara.

«Rezo por esas familias», expresó. «Estoy rezando por todos esos niños inocentes, sí lo estoy. Ellos no tuvieron parte en esto».

Adriana Reyes dijo que la última vez que habló con Salvador fue el lunes, por su cumpleaños, y «tenía una tarjeta y un peluche de Snoopy para darle».

Las drogas habrían alejado a Salvador y su madre

Adriana Reyes libró una lucha contra las drogas y corrió a Salvador de su casa, obligándolo a mudarse con su abuela, a quien el joven de 18 años le disparó varias veces antes el intento de la mujer de evitar que su nieto saliera armado. Hasta ahora, la mujer sigue internada en un hospital.

Salvador sufría bullying en la escuela

El joven de 18 años fue descrito por sus excompañeros como un estudiante fracasado y solitario, a quien le hacían bullying por ser pobre y por usar delineador en los ojos.

Al referirse a él, era visto como un ‘emo’. Además, sus problemas con el habla lo convirtieron en un objetivo de burlas, según el Washington Post.

Sus compañeros de clase indicaron que Ramos soportó insultos homosexuales. Además de otras burlas por su forma de vestir.

¿Mala relación con su madre?

Pese a lo expreado por Adriana Reyes, sobre que no llevaba una relación volátil con su hijo, Rubén Flores, un vecino de ellos, detalló que Ramos tenía una «vida bastante dura» con su madre y que él había tratado de ser una figura paterna para el adolescente.

Afirmó al Post que la policía había visitado previamente su casa materna, en Hood Street, y que el joven problemático discutía a menudo con su madre antes de mudarse a la casa de su abuela hace unos meses.

El día de los hechos

Autoridades han señalado que la mañana del martes, Ramos estrelló su camioneta en una zanja cerca de la Escuela Primaria Robb en Uvalde, a donde ingresó con un rifle semiautomático, disparando contra todos los que veía indiscriminadamente, dejando una cifra mortal de 19 niños y dos maestras

Otras 17 personas resultaron heridas, antes de que el joven fuera abatido a tiros por las autoridades.

Ramos había comprado legalmente dos rifles de asalto AR-15 cuando cumplió 18 años y llevó uno de ellos a la escuela antes de abrir fuego, dijo la policía.

Increible

Desaparece en Disneyland y aparece días después en un bote de basura en Mexicali: el misterioso caso de Annie Encino

Una adolescente estadounidense de 16 años fue localizada con vida dentro de un contenedor de basura en Mexicali, Baja California, días después de haber desaparecido en el parque Disney California Adventure, en Anaheim. El caso ha despertado preocupación e interrogantes en ambos lados de la frontera, especialmente por el silencio mediático en México y las lagunas que aún rodean su cruce hacia territorio nacional.

Annie Kathleen Encino desapareció el pasado 20 de abril tras una discusión con su familia dentro del parque temático. Fue vista por última vez alejándose sola, lo que activó una Alerta Amber en Estados Unidos. Sin embargo, esa alerta nunca cruzó a territorio mexicano, dejando a la opinión pública del país sin conocimiento de su desaparición… hasta que la historia dio un giro tan insólito como alarmante.

Días después, una llamada anónima al 911 alertó a la policía municipal de Mexicali sobre la presencia de una menor dentro de un bote de basura. Al llegar al sitio, los oficiales encontraron a la joven en condiciones que no han sido detalladas, pero confirmaron su identidad. El consulado de Estados Unidos fue notificado de inmediato y su madre viajó a la ciudad fronteriza para identificarla y llevarla de regreso.

Hasta ahora, las autoridades mexicanas no han informado cómo fue que Annie cruzó la frontera sin documentos, sin acompañantes y sin ser detectada. Tampoco han revelado si fue víctima de trata, secuestro, abuso o si viajó voluntariamente con ayuda de terceros. La Fiscalía de Baja California mantiene abierta una investigación para esclarecer los hechos.

Lo que sí queda claro es que algo falló en los mecanismos de cooperación fronteriza. Ni la alerta internacional funcionó, ni hubo un protocolo binacional que permitiera actuar a tiempo. La aparición de una menor estadounidense en un contenedor de basura, en una ciudad donde los casos de desapariciones no son novedad, pone una vez más bajo la lupa la crisis de seguridad y el flujo irregular entre ambos países.

Mientras se esperan más detalles oficiales, el caso de Annie Encino evidencia que incluso en un entorno supuestamente seguro como Disneyland, la vulnerabilidad de los menores puede terminar en una historia digna de una serie policiaca.

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