El director del Instituto de Nutrición Humana de la Universidad de Guadalajara (UdeG), Edgar Manuel Vázquez Garibay afirmó que en promedio la gente aumenta de tres a seis kilogramos durante las fiestas decembrinas.
En entrevista con Notimex, indicó que la mayoría de las personas «suben de peso, sobre todo en este famoso puente Guadalupe-Reyes, en este periodo que inicia el 12 de diciembre y termina con la rosca del Día de Reyes».
Estimó que la gente llega a consumir entre 50 y 100 por ciento de su aporte energético adicional a su dieta habitual «y si sucede esto y no aumentan su actividad física, la posibilidad de incremento de peso puede fluctuar entre tres y seis kilogramos por esta excesiva ingestión de alimentos fuera de sus casas o en reuniones».
Destacó que cuando terminan las fiestas decembrinas, personas que están sanas y jóvenes «tendrán a lo mucho un incremento excesivo de peso en un tiempo relativamente corto y puede ser que repercuta en algunos indicadores como la constitución de glucosa, pero en la mayoría de los casos no sucede».
Añadió que gente de mayor edad, que tiene problemas de insulina, hipertensión arterial «o carga alteraciones en grasas, tiene mayor riesgo de descompensarse desde el punto de vista metabólico».
«Personas con enfermedades crónicas, ya sea diabetes, hipertensión arterial, alteraciones con los lípidos, sí podrían someterse a un riesgo adicional por exceso de este tipo de alimentos».
Agregó que puede incrementar la ingesta de alimentos de manera compulsiva, «la gente que vive sola, con disfunciones o afectadas por situaciones económicas, pérdidas de empleo, ingresos económicos menores de los que esperan, «en una época de gran consumismo, de expectativas, de compras de regalos y con estrés».
Manifestó que este es un periodo de riesgo entre combinación de exceso de ingesta de alimentos de manera convulsiva y periodos de ansiedad o de estrés que suceden en estos tiempos.
«Hay personas con ciertas alteraciones de conductas alimentarias que pueden verse exacerbadas en estas fiestas decembrinas», dijo.
Expuso que la gente acostumbra asistir a las posadas, donde se consumen bebidas azucaradas, dulces, galletas, golosinas, chocolates, postres, bebidas alcohólicas, «todo esto es un consumo que se efectúa en exceso a lo que normalmente se acostumbra».
Refirió que en la cena de Navidad «es tradicional pavo rellenos, bacalao, tamales, atoles, ponches, todos muy ricos en hidratos de carbono, en general es un periodo de exceso de alimentos que las personas no consumen de manera habitual en el resto del año».
Recomendó evitar el consumo excesivo de diferentes platillos, tratar de comer una o dos opciones máximo en los alimentos sobre todo en la comida y cena.
Además combinar alimentos con otros que tengan escaso contenido energético, por ejemplo con frutas, verduras, ensaladas y no excederse en las porciones, «si comen uno o más platillos que sean en porciones pequeñas».
Además de procurar que la mayoría de los platillos contengan de manera principal carne de pollo, pescado, verduras y frutas que son alimentos que contienen poca grasa, y tratar de consumir ensaladas sin aderezos «para que se sienta satisfecha y no consuma exceso de calorías».
Aconsejó evitar el consumo de embutidos, como salchichas, jamón y salchichones, porque tienen exceso de grasa, o alimentos de alta densidad energética por ejemplo las botanas, que tienen abundancia de harinas y de grasas saturadas.
Sugirió comer cinco veces al día, «sus tres tiempos de comida normales y dos intermedias que son muy importantes, pero con alimentos como yogurt, frutas o cereal integral, para llegar a las comidas y cenas con menos apetito, ya que si lo omiten pues se come con más voracidad».
«Así como consumir poco pan o preferir pan integral o alimentos con fibra, tomar agua natural y de frutas y evitar refrescos embotellados y consumir bebidas alcohólicas con moderación porque contienen alrededor de siete kilocalorías por mililitro», expuso.
Invitó a consumir cuando menos un litro y medio de agua al día, realizar mayor actividad física, por lo menos 30 minutos diarios, ya que ayuda a controlar el apetito, la ansiedad y el estrés que incrementan el consumo de alimentos.
Afirmó que personas que tienen diabetes e hipertensión arterial o enfermedades crónicas necesitan ser mucho más cautos en el consumo excesivo de sal, de azúcares, alcohol y grasas saturadas.
«Si la gente sigue estos puntos básicos no aumentará estos seis kilogramos que muchos incrementan porque hacen exactamente lo contario», estimó.
Por otra parte, la coordinadora de la Licenciatura en Nutrición y Ciencias de los Alimentos del ITESO, Ana Cecilia Zúñiga Barba, expresó que «no hay que sentirnos pecadores por comer, pero no hay que llegar a la gula».
Dijo que los platillos que se preparan para las cenas de Navidad y Año Nuevo son una «tentación culinaria que debe disfrutarse, el problema radica en que las personas suelen comer de más durante todas las vacaciones decembrinas y no sólo en la Nochebuena o el 31 de enero».
Recomendó no saltar horarios de comida, moderar el consumo de botanas, masticar de forma adecuada y realizar actividad física, «de esta forma se pueden neutralizar los excesos cometidos en los días de festejo».
«El día de Navidad puede ser un poco complicado limitarse, pero el resto de los días hay que tratar de hacer más conciencia y cuidar más lo que comemos», expuso.
Dijo que incluir vegetales en las recetas, ensaladas, carnes blancas como el pavo o pechugas de pollo, botanas saludables de frutas y verduras o quesos bajos en grasa, al igual que hacer ejercicio, «también ayudarán a evitar que el cuerpo cobre factura».
Agregó que en estas fechas, «además dormimos más de lo normal, muchos sólo comen y cenan pero hacen comidas muy fuertes, hay que procurar hacer las tres comidas en el día y tener colaciones que tengan más frutas y verduras, que quizá no se incluyen normalmente en la dieta, eso viene bastante bien».
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