Conecta con nosotros

Salud y Bienestar

Pide OMS cancelar las celebraciones de Navidad y Año Nuevo por avance de Ómicron

El director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, pidió a los países redoblar esfuerzos para poner fin a la pandemia y también pidió cancelar las celebraciones de Año Nuevo porque es mejor “celebrar tarde que celebrar ahora y lamentarse después”.

“El 2022 debe ser el año en el que acabemos con la pandemia”, dijo el director de la OMS.

“Un evento cancelado es mejor que una vida cancelada. Es mejor cancelar ahora y celebrar más tarde, que celebrar ahora y estar de luto más tarde […]. Esto es muy serio y estamos muy preocupados por ómicron”, afirmó.

El máximo dirigente del organismo sanitario internacional de Naciones Unidas instó a los gobiernos ejercer máxima precaución en las próximas semanas y evitar eventos con presencia de mucha gente y que se podrían convertir en superpropagadores del virus.

Si bien se mostró comprensivo con el hartazgo de los ciudadanos, insistió en que la forma más rápida de “volver a la normalidad” es “tomar las decisiones difíciles que hay que tomar”.

“No cabe duda de que el aumento de la mezcla social durante el periodo de vacaciones en muchos países provocará un aumento de los casos, la saturación de los sistemas sanitarios y más muertes”, pronosticó Tedros.

La epidemióloga que lidera la respuesta de la OMS al coronavirus, María Van Kerkhove, siguió el ejemplo anunciando que su familia “ha tomado la difícil decisión de posponer su viaje de Navidad a Estados Unidos”, su país de origen.

En ese sentido, desde la OMS se sostiene que la variante Ómicron es ahora la cepa de coronavirus dominante en Estados Unidos, mientras la se pide más esfuerzos para garantizar el fin de la pandemia el año próximo.

La nueva variante, de rápida propagación, llevó a algunos países a tomar nuevamente duras medidas de restricción.

Revista

La grasa abdominal profunda: el enemigo silencioso que envejece tu cuerpo y tu mente

Oculta bajo la piel y rodeando órganos vitales como el corazón, el hígado y los riñones, la grasa visceral representa una de las amenazas más serias para la salud metabólica y cerebral, incluso en personas delgadas. Más que un problema estético, esta grasa activa procesos inflamatorios que pueden desencadenar enfermedades como la diabetes tipo 2, el hígado graso, problemas cardiovasculares y, a largo plazo, deterioro cognitivo.

De acuerdo con el Dr. Andrew Freeman, especialista en prevención cardiovascular, la grasa visceral es un marcador de múltiples riesgos de salud, aun en quienes aparentan estar en forma. El fenómeno conocido como “skinny fat” —personas con peso normal pero con alta proporción de grasa interna— evidencia que la salud no siempre se refleja en el espejo.

El impacto va más allá del metabolismo. La neuróloga preventiva Kellyann Niotis advierte que este tipo de grasa libera compuestos inflamatorios que aceleran la atrofia cerebral y favorecen la aparición de placas beta-amiloides y ovillos de tau, señales asociadas con la enfermedad de Alzheimer, incluso desde los 40 o 50 años.

¿Cómo saber si la grasa visceral está fuera de control? La medida de la cintura es un primer indicio: más de 88.9 cm en mujeres y 101.6 cm en hombres eleva el riesgo, según los CDC. La masa muscular también importa: quienes tienen más grasa que músculo tienden a acumular esta grasa profunda. Estudios como la DEXA o básculas con medición de grasa corporal pueden ayudar a evaluar estos indicadores.

La buena noticia: es reversible. Freeman insiste en un enfoque integral con ejercicio cardiovascular diario (como caminatas rápidas de al menos 30 minutos) y entrenamiento de fuerza con resistencia. Ejercicios como desplantes, sentadillas, lagartijas y peso muerto movilizan grandes grupos musculares, aceleran el metabolismo y estimulan hormonas que mejoran la composición corporal.

Una alimentación basada en plantas, como la dieta mediterránea, también es clave. Rica en frutas, vegetales, granos enteros, aceite de oliva y pescado, esta dieta ha demostrado reducir la grasa abdominal y el riesgo de muerte por enfermedades crónicas, especialmente en mujeres.

El ayuno intermitente —comer solo durante una ventana de seis horas al día— puede ser un complemento efectivo, aunque no es apto para todos. La combinación de alimentación natural, entrenamiento funcional y periodos de ayuno puede “hacer magia” en la reducción de grasa visceral, señala Freeman.

En resumen, mantener el músculo, eliminar alimentos ultraprocesados, moverse cada día y reorganizar los horarios de comida no solo combate la grasa abdominal profunda, sino que extiende la salud física y mental hacia el futuro. Porque el verdadero “elixir de la juventud” no se compra: se construye con hábitos.

Continuar Leyendo
Publicidad
Publicidad
Publicidad

Más visto