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Piden indulto para Fujimori

Los hijos del expresidente peruano Alberto Fujimori, que purga 25 años de prisión por delitos de lesa humanidad, presentaron hoy una solicitud de indulto humanitario para su padre, que ha polarizado la opinión pública y política del país.

Keiko, Sachi, Kenji y Hiro se dirigieron primero al Ministerio de Justicia y Derechos Humanos para entregar un amplio expediente sustentado «en informes médicos» sobre el estado de salud de Fujimori, quien según ellos es un «paciente de cáncer de alto riesgo».

Keiko, quien perdió las elecciones presidenciales del año pasado ante el actual presidente, Ollanta Humala, afirmó que esperaba que esta solicitud se resuelva «con un criterio humano».

Los hermanos Fujimori fueron después a Palacio de Gobierno para entregar una carta personal a Humala, en la que le indican que ya presentaron el pedido de la gracia presidencial junto a una copia de la solicitud. «Esperamos que el presidente Humala analice el caso de nuestro padre de manera objetiva, sin apasionamiento político y analizando el caso médico», aseveró la hija del expresidente.

En los exteriores de Palacio de Gobierno, un pequeño grupo de simpatizantes acompañó a los hijos de Fujimori y solicitó la libertad de su líder lanzando arengas y con mensajes alusivos en pancartas.

La excandidata presidencial y además excongresista pidió «celeridad» en la respuesta al indulto, dijo que esperaba que el proceso dure entre uno y dos meses y que aguardarán «con mucha fe y esperanza» el resultado de su solicitud.

Momentos antes, durante una conferencia de prensa en Palacio de Gobierno, el presidente del Consejo de Ministros, Juan Jiménez, señaló que no existe un plazo fijo para resolver la solicitud de Fujimori. «Los plazos pueden ser largos o cortos, depende de la complejidad de cada caso. No hay un plazo establecido», afirmó Jiménez.

Según el jefe del Gabinete, la Comisión de Gracias Presidenciales del Ministerio será la encargada de evaluar la solicitud y de emitir un dictamen para que sea elevado al Presidente. Keiko expresó que espera «buena voluntad y magnanimidad» tras la solicitud del indulto.

«Es un pedido netamente humanitario. Seguramente tendrá otro tipo de connotaciones, esperamos que se vea como lo que es, un indulto bajo criterios médicos», resaltó. La hija de Fujimori dijo que si procede el indulto el Gobierno «tendrá la gratitud» de la familia, pero que ella y su hermano Kenji, quien es congresista, mantendrán su línea política de oposición.

Los sectores que se oponen al indulto de Alberto Fujimori aducen que su estado de salud es mejor que el de muchos reos en las cárceles peruanas y que su puesta en libertad supondrá un respaldo a la impunidad de las violaciones a los derechos humanos cometidas durante su gobierno.

El 23 de agosto pasado, Fujimori, de 74 años, fue operado por quinta vez por una lesión recurrente en la lengua, y tras sufrir complicaciones de cicatrización tuvo que ser hospitalizado.

«La salud de mi padre en los últimos años se ha venido deteriorando como es de público conocimiento. Se han adjuntado certificados de las patologías. Se le detectó un carcinoma in situ, luego infiltrante y después displasias, que son lesiones precancerígenas», dijo hoy Keiko Fujimori.

Los médicos que tratan a Fujimori en el Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas indicaron que es un paciente que tuvo un cáncer en la lengua que se encuentra controlado.

En el 2000, Fujimori renunció vía fax a la presidencia peruana desde Japón al descubrirse la telaraña de corrupción que existía en su Gobierno (1990-2000), a partir de la difusión de un vídeo donde se muestra a su entonces asesor presidencial Vladimiro Montesinos comprando a un congresista de la oposición.

Durante su estadía en Japón, Fujimori postuló al Senado de ese país en su calidad de ciudadano japonés, pero no ganó las elecciones, y en 2005 se trasladó a Chile donde fue detenido.

En 2007 Chile extraditó a Fujimori a Perú por dos delitos de lesa humanidad y cinco de corrupción, y en 2009 fue sentenciado a 25 años de prisión por el asesinato de 25 personas y dos secuestros durante su Gobierno.

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Increible

Desaparece en Disneyland y aparece días después en un bote de basura en Mexicali: el misterioso caso de Annie Encino

Una adolescente estadounidense de 16 años fue localizada con vida dentro de un contenedor de basura en Mexicali, Baja California, días después de haber desaparecido en el parque Disney California Adventure, en Anaheim. El caso ha despertado preocupación e interrogantes en ambos lados de la frontera, especialmente por el silencio mediático en México y las lagunas que aún rodean su cruce hacia territorio nacional.

Annie Kathleen Encino desapareció el pasado 20 de abril tras una discusión con su familia dentro del parque temático. Fue vista por última vez alejándose sola, lo que activó una Alerta Amber en Estados Unidos. Sin embargo, esa alerta nunca cruzó a territorio mexicano, dejando a la opinión pública del país sin conocimiento de su desaparición… hasta que la historia dio un giro tan insólito como alarmante.

Días después, una llamada anónima al 911 alertó a la policía municipal de Mexicali sobre la presencia de una menor dentro de un bote de basura. Al llegar al sitio, los oficiales encontraron a la joven en condiciones que no han sido detalladas, pero confirmaron su identidad. El consulado de Estados Unidos fue notificado de inmediato y su madre viajó a la ciudad fronteriza para identificarla y llevarla de regreso.

Hasta ahora, las autoridades mexicanas no han informado cómo fue que Annie cruzó la frontera sin documentos, sin acompañantes y sin ser detectada. Tampoco han revelado si fue víctima de trata, secuestro, abuso o si viajó voluntariamente con ayuda de terceros. La Fiscalía de Baja California mantiene abierta una investigación para esclarecer los hechos.

Lo que sí queda claro es que algo falló en los mecanismos de cooperación fronteriza. Ni la alerta internacional funcionó, ni hubo un protocolo binacional que permitiera actuar a tiempo. La aparición de una menor estadounidense en un contenedor de basura, en una ciudad donde los casos de desapariciones no son novedad, pone una vez más bajo la lupa la crisis de seguridad y el flujo irregular entre ambos países.

Mientras se esperan más detalles oficiales, el caso de Annie Encino evidencia que incluso en un entorno supuestamente seguro como Disneyland, la vulnerabilidad de los menores puede terminar en una historia digna de una serie policiaca.

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