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¿Por qué manipula Maduro constantemente a los venezolanos con la navidad?

En un país marcado por una profunda crisis política y económica, Nicolás Maduro ha tomado una decisión que ha sorprendido a muchos: adelantar las celebraciones navideñas al 1 de octubre. Mientras el mundo observa con escepticismo, Venezuela se prepara para vivir una Navidad fuera de calendario, en medio de acusaciones de fraude electoral y un reconocimiento internacional cada vez más escaso. Esta medida, que ha sido recibida con opiniones divididas, no es nueva para el mandatario, quien ha recurrido a esta estrategia en años anteriores para intentar aliviar la tensión social.

Venezuela, un país sumido en una crisis económica sin precedentes, ha sido escenario de decisiones políticas que han desconcertado tanto a sus ciudadanos como a la comunidad internacional. En este contexto, el presidente Nicolás Maduro ha decidido, una vez más, adelantar las celebraciones de Navidad, fijando su inicio para el 1 de octubre. Este anuncio, realizado en su habitual programa de televisión transmitido por el canal estatal, ha dejado a muchos preguntándose sobre las motivaciones detrás de esta inusual medida.

Un anuncio inesperado en medio de la tormenta

En un discurso televisado, Maduro expresó su entusiasmo por decretar el adelanto de las fiestas navideñas, argumentando que «ya huele a Navidad». Según sus palabras, esta decisión se toma en «agradecimiento» al pueblo venezolano, en un intento por traer un poco de «paz, felicidad y seguridad» a una nación que enfrenta desafíos enormes.

Sin embargo, la noticia llega en un momento particularmente delicado para Venezuela. Las recientes elecciones, que reeligieron a Maduro como presidente de la República Bolivariana de Venezuela, han estado plagadas de acusaciones de fraude y han generado una creciente desconfianza tanto dentro como fuera del país. La crisis institucional se ha profundizado aún más con la reciente orden de arresto contra Edmundo González Urrutia, un prominente candidato opositor. En medio de este clima de incertidumbre, el adelanto de la Navidad parece ser una táctica para desviar la atención de los problemas más acuciantes que enfrenta su gobierno.

La Navidad como estrategia política

Desde que asumió la presidencia, ha recurrido en varias ocasiones a este tipo de anuncios, que van más allá de lo festivo y se adentran en el terreno de lo político. Uno de los precedentes más recientes ocurrió en 2020, en plena pandemia de COVID-19, cuando el presidente venezolano también decretó un adelanto de las celebraciones navideñas, aunque en esa ocasión la fecha elegida fue el 15 de octubre.

Para muchos, se ha transformado en unaherramienta política utilizada para calmar los ánimos y ofrecer un respiro en medio de la asfixiante realidad económica del país. Las festividades suelen estar acompañadas de la entrega de paquetes de víveres y otras ayudas, lo que refuerza la dependencia de la población hacia el gobierno que busca mejorar la imagen del mandatario.

Reacciones encontradas

Como era de esperarse, la noticia del adelanto de la Navidad ha generado reacciones mixtas. Por un lado, están aquellos que ven en este gesto una oportunidad para escapar, al menos temporalmente, de las dificultades cotidianas que enfrentan los venezolanos. Para muchos, la llegada anticipada de la Navidad significa la posibilidad de acceder a alimentos y productos básicos que, de otro modo, serían difíciles de conseguir.

Por otro lado, los detractores de Maduro no han tardado en criticar la medida, calificándola de populista y acusando al presidente de utilizar la Navidad como un medio para distraer a la población de los problemas reales que enfrenta el país. Entre estos problemas se encuentran la hiperinflación, el desabastecimiento de productos básicos, el colapso de los servicios públicos y la continua migración de venezolanos.

Un país dividido

Mientras algunos se aferran a la esperanza de que las festividades puedan traer un poco de alegría en medio de la adversidad, otros ven en esta maniobra un intento desesperado por mantener el control en un país que se tambalea al borde del abismo. La falta de reconocimiento internacional a su reciente reelección ha añadido una capa de complejidad y el futuro político del país parece cada vez más incierto.

El adelanto de la Navidad, aunque pueda parecer un asunto trivial para quienes no conocen el contexto venezolano, tiene profundas implicaciones para la sociedad. En un entorno donde la supervivencia diaria es un desafío, la decisión de Maduro de adelantar las festividades puede ser vista como un intento por reforzar su base de apoyo, especialmente entre los sectores más vulnerables de la población.

Resto del mundo

Muere Alberto Fujimori, expresidente de Perú

lberto Fujimori, expresidente de Perú, murió a los 86 años este jueves 11 de septiembre, luego de una lucha contra el cáncer que duró años.

La familia del exmandatario condenado y señalado de abusos contra los Derechos Humanos fue quien informó la muerte a través de las redes sociales de su hija, Keiko Fujimori.

“Después de una larga batalla contra el cáncer, nuestro padre, Alberto Fujimori acaba de partir al encuentro del Señor. Pedimos a quienes lo apreciaron nos acompañen con una oración por el eterno descanso de su alma”, externó Keiko Fujimori, excandidata a la Presidencia de Perú.

Minutos antes, el abogado de Fujimori, Elio Riera, se adelantó a la familia y escribió su propia despedida al exmandatario en la red social X.”Señor presidente, gracias por todo. Descanse en paz. Su legado perdurará en la historia”, expresó Riera, que lo representaba en un nuevo juicio oral por la matanza de Pativilca perpetrada en 1992.

Su amistad para mí será eterna. Recordaré siempre sus palabras: logramos el objetivo. Hasta pronto mi gran amigo”, agregó el letrado.

Alberto Fujimori quería buscar nuevamente la Presidencia de Perú en 2026 a pesar de su condición de salud.

¿Quién fue Alberto Fujimori?

Nacido el 26 de junio de 1938 en Lima, Perú, Alberto Fujimori fue presidente de dicho país entre 1990 y el 2000.

El primer hijo de japoneses en llegar a ser jefe de Estado de otro país en el mundo por voluntad popular fue elegido tres veces como presidente de Perú desde 1990 a 2000. Fujimori pasó sus últimos meses de vida en libertad al beneficiarse de un indulto humanitario que permitió su excarcelaciónen diciembre de 2023 tras pasar 15 años en prisión con cargos por asesinato.

Durante sus mandatos —el último de ellos de menos de un año— aplicó duras medida de ajuste económico, pero mantuvo altos niveles de popularidad. Sin embargo, en el año 2000, tras fuertes cuestionamientos internacionales por abusos a los derechos humanos, huyó a Japón y renunció por fax.

Después, el exmandatario fue condenado a 25 años de prisión, en 2009, con cargos por asesinato que lo señalaban como responsable de la creación y financiación en su gobierno de un escuadrón militar clandestino que mató al menos a 25 personas —entre universitarios y vecinos de un barrio de la capital, incluido un niño— a quienes consideraron exguerrilleros de Sendero Luminoso.

Su ascenso rápido al poder ocurrió en medio de la ruina económica en la que se encontraba Perú en julio de 1990, al término de los cinco años de gobierno de su antecesor Alan García. En agosto de ese añola inflación mensual llegó a 397 por cientoy el país soportaba una década de sangriento conflicto armado interno entre las fuerzas de seguridad y los grupos terroristas Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru

“Enfrentó al terrorismo, controló la hiperinflación y hasta el momento se sigue su línea económica para bien o para mal”, dijo a The Associated Press Yusuke Murakami, profesor de ciencia política en la Universidad de Kyoto y experto en Fujimori.

Decepcionados de los partidos políticos que no acabaron con el caos que se vivía, los peruanos eligieron como presidente en 1990 al ingeniero agrónomo Fujimori, quien entonces era un desconocido profesor de matemáticas en la Universidad Nacional Agraria de La Molina. Venció en segunda vuelta al premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa.

Le decían “el Chino” por sus ojos rasgados y su tez morena, que lo acercaban a la mayoritaria población de Perú: los mestizos e indígenas.

Fujimori, quien cumplió 86 años el pasado 28 de julio, abandonó en diciembre pasado la cárcel de Lima en la que cumplía una condena de 25 años por delitos de lesa humanidad, luego de que el Tribunal Constitucional (TC) restituyera el indulto humanitario que le otorgó en 2017 el entonces gobernante Pedro Pablo Kuczynski (2016-2018).

Esa decisión fue adoptada en desafío a las órdenes de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH).

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