En entrevista con Reporte Índigo, Lizette Farah, madre de la pequeña Paulette Gebara, quien murió hace dos años asfixiada “accidentalmente” en su propia cama, según la versión oficial, expone las razones de la demanda que interpuso contra Enrique Peña Nieto, ex gobernador del Estado de México y candidato del PRI a la Presidencia.
Dicha demanda también es contra el Gobierno del Estado de México, la Procuraduría General de Justicia del Estado de México, el exprocurador Alberto Bazbaz, el actual procurador Alfredo Castillo y la psicóloga Sandra Yadeum Angulo. Todos la acusaron de la muerte de su hija sin pruebas.
En marzo de 2009, Lizette no sólo enterró el cuerpo de su hija de cuatro años, sino también su propia vida.
Y como si la muerte de Paulette no fuera suficiente, ella es linchada día tras día desde hace dos años.
Es víctima de acoso físico. En la calle, la insultan, le escupen. En reuniones sociales, hay quienes se levantan de la mesa ante su presencia. Nadie le da trabajo. Y a través de Twitter y Facebook, se hacen bromas crueles a sus costillas.
Incluso, hace unas semanas, alguien dijo en Twitter que intentó matarla con veneno para ratas.
Lizette Farah no vive. A dos años de la muerte de Paulette, la justicia del Estado de México le niega el acceso al expediente sobre las causas y circunstancias del fallecimiento, por eso piensa que no fue un accidente, como señala la versión oficial.
Tampoco tiene acceso a la justicia para reparar el daño moral que le causaron las instituciones del Estado de México y quienes las encabezaban.
Hace seis meses, Lizette Farah y sus abogados entablaron una demanda civil por daño moral contra Peña Nieto, tres personas más y dos instituciones. Pero el Poder Judicial del Estado de México les cuida las espaldas.
Violando la ley, las autoridades se niegan a aceptar la demanda e iniciar el proceso.
Sin embargo, el 7 de febrero pasado, el Tribunal Superior de Justicia ordenó al Poder Judicial de la entidad aceptar la demanda contra el candidato del PRI a la Presidencia de la República.
Cuando el escándalo de la pequeña Paulette parecía ser un caso cerrado, surgen nuevos episodios.
Ésta es la historia que Reporte Indigo presenta en exclusiva.
Asunto sin resolver
El 22 de marzo de 2009, la opinión pública fue sacudida por una conmovedora historia.
Paulette Gebara Farah, de apenas cuatro años y con problemas de movilidad y lenguaje, desapareció de su cama.
La noche del 21 de marzo, su madre la acostó en su habitación. Vivían en un lujoso condominio en Interlomas, en el municipio de Huixquilucan, Estado de México.
Al otro día, parecía que se la había tragado la tierra.
El padre de Paulette, Mauricio Gebara, tenía buenas relaciones con el entonces gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto.
Su familia logró que, desde el más alto nivel, se tomara el control de la investigación. El procurador del Estado de México, Alberto Bazbaz, y el subprocurador Alfredo Castillo, fueron enviados por Peña Nieto para asumir el mando de las pesquisas.
A los pocos días, Bazbaz y Castillo tenían una única sospechosa: Lizette Farah, la mamá de Paulette, a quien acusaron de haberla desaparecido. Incluso le fabricaron un perfil sicológico propio de una criminal y lo dieron a conocer a la opinión pública.
En conferencia de prensa ante medios nacionales e internacionales, los funcionarios de la PGJEM y la sicóloga Sandra Yadeum Angulo acusaron a LIzette de ser una madre “fría”, “audaz”, “muy distante de la parte afectiva” y “calculadora”, capaz de cometer un homicidio.
Aun sin concluir la indagatoria, revelaron datos de la investigación para dañar públicamente a la madre de Paulette.
Sin embargo, había más indicios contra el esposo de Lizette. Es lo que se desprende de las declaraciones que hicieron las nanas que cuidaban a la pequeña, quienes dijeron que en la mañana de su desaparición, Mauricio Gebara le dijo a una de ellas que Paulette estaba con una doctora y que luego regresaría.
Pero como la familia Gebara contaba con relaciones empresariales y políticas con el entonces gobernador del Estado de México Enrique Peña Nieto, las líneas de investigación contra Mauricio fueron desechadas. La única sospechosa era Lizette, quien estaba a punto de separarse de su esposo antes de la desaparición de su hija.
Hasta se difundieron fotografías de Lizette en las que supuestamente aparecía desnuda. El periodista Carlos Loret de Mola las dio a conocer con el argumento de que habían sido encontradas por la PGJEM en la computadora personal de la sospechosa.
Las imágenes que circularon por la Red eran de otra persona, pero el daño ya estaba hecho.
De pronto, la historia dio un giro
Nueve días después de que se reportó la desaparición de Paulette, la pequeña fue encontrada muerta en la piecera de su cama.
Esto, luego de que elementos de la PGJEM se quedaran en el departamento y tras un inexplicable apagón en todo el edificio que dejó fuera de servicio el circuito de video de seguridad interna.
Las imágenes del hallazgo del cuerpo no fueron protegidas por la PGJEM, tal como lo establece la ley.
Bazbaz y Castillo afirmaron que se trató de un homicidio, que la niña había sido asfixiada. Y reiteraron que la principal sospechosa era su madre.
“Yo no tengo duda de que se trata de la investigación de un delito de homicidio porque su presencia en ese lugar fue evidentemente provocada. Es una investigación de homicidio”, afirmó Bazbaz en una cita que es parte de la demanda civil presentada por Lizette Farah.
Lizette luchó por su inocencia y hoy está en libertad. Está convencida de que si no se hubiera defendido, estaría en la cárcel acusada de un crimen que no cometió. Pero también está convencida de que si la PGJEM no se hubiera dedicado a culparla, hoy se sabría qué fue lo que pasó.
Ante la imposibilidad de culparla –porque no había pruebas en su contra– y ante la imposibilidad de investigar al padre de Paulette por sus relaciones políticas y sociales, el Gobierno del Estado de México decretó que había sido un accidente.
Las autoridades dijeron que la niña había estado en el mismo lugar durante nueve días a pesar de que la policía había buscado en la habitación usando perros entrenados.
El Gobierno del Estado de México dio un súbito carpetazo al caso. Pero la resolución fue tan inesperada y confusa, que en la opinión pública quedó grabado el rostro de un culpable: Lizette Farah.
Escogió versión que le convino
Alejandro Varela, abogado de Lizette Farah, señala que de acuerdo a la escasa información que tienen del expediente de la PGJEM, del conjunto de dictámenes y peritajes, sólo se tomaron en cuenta aquellos que apoyaban la teoría del accidente, y se desecharon los demás.
En realidad, dice, no se tiene claridad de qué fue lo que realmente ocurrió.
Lizette Farah explica que ella ha seguido exigiendo a la PGJEM acceso total al expediente, no sólo al que se refiere a su no culpabilidad. Han pasado dos años, y su petición no ha sido atendida.
Reporte Índigo tuvo acceso al testimonio de policías ministeriales de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal que en un curso reciente tuvieron acceso a diapositivas nunca antes vistas del cadáver de Paulette, cuyo caso fue motivo de estudio.
De acuerdo a los análisis periciales, la menor no murió en posición de lado, como afirmó la Procuraduría General de Justicia del Estado de México. Según esta dependencia, la niña rodó accidentalmente en su cama y se quedó de lado, atorada en un espacio de poco más de 15 centímetros entre la piecera de la cama y el colchón. Y, supuestamente, nadie se percató de ello.
De acuerdo a las diapositivas y a la lividez cadavérica, se dice que la niña murió boca abajo. Eso es lo que indica la sangre acumulada en la parte frontal del cuerpo.
Esta versión derrumba la versión de la PGJEM porque, si la niña estaba boca abajo, era imposible que se quedara atorada.
Según los análisis hechos para el estudio, si la menor hubiera fallecido de lado, la sangre, que por la gravedad se acumula en las partes del cuerpo que quedan en declive, habría quedado en el costado, no en el centro del pecho y el estómago, como aparece en las diapositivas, según los agentes ministeriales.
De acuerdo a los peritos, la lividez de un cadáver queda fija 12 horas después del deceso.
“Si hoy se le da acceso a todo el expediente, no hay confiabilidad de que están agregados todos los peritajes, todas las resoluciones en distintas materias. No es posible confiar, porque agregaron lo que les convenía que entrara en el expediente según su propia versión de cómo ocurrieron las cosas”, señala el abogado de Lizette Farah.
Lizette afirma que no cree que Paulette haya muerto accidentalmente. “Mi hija no estaba en la cama”, asegura.
La demanda contra EPN
El 7 de septiembre de 2011, unos días antes de que terminara el mandato de Peña Nieto, Lizette Farah interpuso una demanda en su contra.
Lo demandó “en lo personal y como gobernador del Estado de México” por daño moral contra ella y su hija mayor Lizette. También demandó en la misma calidad a Bazbaz, al actual procurador Alfredo Castillo y a la sicóloga Sandra Yaudem Angulo.
“(…) la declaración judicial en el sentido de que los codemandados han incurrido en conductas ilícitas generadoras de un daño moral en perjuicio de la suscrita (Lizette Farah) y de mi menor hija Lizette Gebara Farah…”.
Como consecuencia de las declaraciones de Bazbaz y Castillo, “se indujo a la opinión pública a crear un sentimiento de odio, de repudio, de animadversión hacia mi persona, al habérseme apuntado como sospechosa del homicidio de mi hija, ante lo cual amplios sectores de la sociedad se manifestaron en mi contra, e incluso esto provocó que la crítica colectiva me juzgara injustamente colocándome como la peor de las criminales…
“(…) lesionando de esta forma mi reputación, mi honor, mi crédito y mi prestigio, mis sentimientos, mi vida privada, mi tranquilidad, mi paz interior y obviamente la consideración que de mí tienen o tenían los demás, afectando así a mi menor hija Lizette por la imagen que de su madre se creó, lo que constituye un daño moral irreversible para ambas”.
En la demanda exige que se limpie públicamente su nombre, que se le pague una indemnización por daños y perjuicios, así como una indemnización por daño moral.
Por seguridad de los demandantes, Reporte Indigo se reserva la información del monto económico exigido.
En la demanda, que tiene cientos de fojas, se presentan pruebas de cómo la opinión expresada por las personas e instituciones del Gobierno del Estado de México provocaron el desprecio público contra Lizette Farah, y cómo esto repercutió en su hija.
“Lo que le hicieron a Lizette fue cerrarle todas las puertas familiares, de amistades, laborales, y los responsables son todos los codemandados”, señala Varela.
Con respecto al “daño moral” causado a la hermana de Paulette, Lizette Gebara, el abogado señala que a raíz de las actuaciones y señalamientos de los demandados, la niña no sólo perdió a su familia, sino que tuvo que dejar su escuela porque sus compañeros la molestaban diciéndole que su madre era la culpable de la muerte de su hermana.
Conceden amparo
El 7 de febrero pasado, el juez tercero de Distrito en Materia de Amparo y Juicios Civiles Federales en el Estado de México, Mario Oscar Lugo Ramírez, concedió el amparo a Lizette Farah.
Ordenó que el Sexto Juzgado admitiera la demanda por daño moral contra todos los codemandados, incluyendo a Enrique Peña Nieto.
Determinó que ni el juez sexto ni el de la Primera Sala podían exonerar al exgobernador mexiquense antes de iniciar el juicio de daño moral, sino, en todo caso, en la sentencia de dicho juicio.
La resolución deja en claro que Peña Nieto tiene la capacidad de presentarse a juicio, y en su momento deberá determinarse su responsabilidad en el daño moral del que se le acusa.
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