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Policiaca

Publicaba en Facebook que amaba a sus hijos… pero los asesinó

Tres hermanos aparecen de espaldas y agarrados de las manos, el menor lleva jalando una pelota de plástico grande. El pie de foto dice: “Lo mejor de mi vida”, acompañado de emoticones con corazones en los ojos.

Esto lo escribió Luis Alfredo C. O. el 5 de septiembre de 2018 en su cuenta de Facebook, 15 meses antes de presuntamente asesinar este sábado a sus tres hijos de tres, siete y ocho años de edad, en la colonia 11 de Julio, en Mineral de la Reforma, Hidalgo.

El 16 de julio del mismo año, el joven actualizó la foto de portada de su red social, en una fotografía se observa a dos niños sonriendo.

De acuerdo con los primeros reportes, el joven de 26 años de edad es el responsable de asesinar a los tres niños, quienes presentaban golpes y lesiones en diversas partes del cuerpo.

Asimismo, el parte policiaco refiere que el padre del presunto culpable fue quien alertó a las autoridades, luego de que recibió una llamada telefónica de Luis Alfredo, quien confesó el crimen.

La Secretaría de Seguridad Pública de Hidalgo (SSPH) desplegó un operativo para localizar a Luis Alfredo C. O., pero hasta el momento no se encuentra prófugo.

Casos como este triple homicidio cometidos por padres o familiares en contra de menores de 15 años no es el primero que ocurre en Hidalgo en los últimos ocho años.

De 2012 a 2017, en la entidad 16 niños fueron asesinados por maltrato infantil, de los cuales en seis casos se identificó a algún familiar como el agresor. Durante este tiempo, en México se registraron mil 91 casos, y no hay estado de la República que no haya presentado al menos un incidente, así lo reveló la investigación Matar a un hijo.

De acuerdo con el trabajo periodístico, los principales agresores de estas víctimas son padres, madres y padrastros, quienes cometen 8 de cada 10 homicidios de niños y niñas entre los 0 y 14 años de edad. Asimismo, tíos, abuelos y hermanos son también perpetradores, pero en menor medida.

De enero a noviembre de 2020, la Procuraduría General de Justicia de Hidalgo (PGJH) inició 5 mil 350 carpetas de investigación por violencia familiar, de acuerdo con información del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).

Según las estadísticas, durante los primeros meses de la contingencia por la pandemia del covid-19 se incrementó la incidencia. En marzo se denunciaron 631 mil casos, en abril 576 y en junio 522, mientras que en enero fueron 406 y en febrero 435.

La tendencia en llamadas de emergencia por presuntos delitos de violencia familiar fue similar a nivel nacional. En enero del año pasado se realizaron 15 mil 851, en febrero 17 mil 801 y en marzo alcanzaron su primer punto más alto durante el primer semestre de 2020 con 20 mil 504. No obstante, en septiembre se registraron 20 mil 89 llamadas y en octubre 20 mil 589, la mayor cifra alcanzada desde 2015, de acuerdo con el informe del SESNSP.

Fuente: Animal Político

Increible

Desaparece en Disneyland y aparece días después en un bote de basura en Mexicali: el misterioso caso de Annie Encino

Una adolescente estadounidense de 16 años fue localizada con vida dentro de un contenedor de basura en Mexicali, Baja California, días después de haber desaparecido en el parque Disney California Adventure, en Anaheim. El caso ha despertado preocupación e interrogantes en ambos lados de la frontera, especialmente por el silencio mediático en México y las lagunas que aún rodean su cruce hacia territorio nacional.

Annie Kathleen Encino desapareció el pasado 20 de abril tras una discusión con su familia dentro del parque temático. Fue vista por última vez alejándose sola, lo que activó una Alerta Amber en Estados Unidos. Sin embargo, esa alerta nunca cruzó a territorio mexicano, dejando a la opinión pública del país sin conocimiento de su desaparición… hasta que la historia dio un giro tan insólito como alarmante.

Días después, una llamada anónima al 911 alertó a la policía municipal de Mexicali sobre la presencia de una menor dentro de un bote de basura. Al llegar al sitio, los oficiales encontraron a la joven en condiciones que no han sido detalladas, pero confirmaron su identidad. El consulado de Estados Unidos fue notificado de inmediato y su madre viajó a la ciudad fronteriza para identificarla y llevarla de regreso.

Hasta ahora, las autoridades mexicanas no han informado cómo fue que Annie cruzó la frontera sin documentos, sin acompañantes y sin ser detectada. Tampoco han revelado si fue víctima de trata, secuestro, abuso o si viajó voluntariamente con ayuda de terceros. La Fiscalía de Baja California mantiene abierta una investigación para esclarecer los hechos.

Lo que sí queda claro es que algo falló en los mecanismos de cooperación fronteriza. Ni la alerta internacional funcionó, ni hubo un protocolo binacional que permitiera actuar a tiempo. La aparición de una menor estadounidense en un contenedor de basura, en una ciudad donde los casos de desapariciones no son novedad, pone una vez más bajo la lupa la crisis de seguridad y el flujo irregular entre ambos países.

Mientras se esperan más detalles oficiales, el caso de Annie Encino evidencia que incluso en un entorno supuestamente seguro como Disneyland, la vulnerabilidad de los menores puede terminar en una historia digna de una serie policiaca.

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