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¿Qué es la canícula y cómo la padeceremos?

La canícula es un fenómeno climático que se presenta en México y en varios países y dura 40 días aproximadamente. Este año inicia el próximo domingo 12 de julio, lo que se consideran como los días más calientes del año, y concluirá el 20 de agosto.

La canícula se caracteriza por ser un periodo de aumento de la temperatura de hasta 37 grados celsius, debido a un calentamiento excesivo del aire, cielos despejados y disminución de lluvias, de acuerdo con información de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).

La recomendación de las autoridades de salud ante este fenómeno es prepararse, pues es importante destacar que se une a las difíciles condiciones derivadas de la pandemia del COVID-19.

Se presenta en algunas regiones del país, y los estados que sufren mayor afectación por la canícula son Campeche, Colima, Chiapas, Guerrero, Hidalgo, Michoacán, Morelos, Nuevo León, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, San Luis Potosí, Tabasco, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz y Yucatán.

En la zona centro del país y Ciudad de México únicamente se perciben los efectos de lo que sucede en los estados colindantes, pero no hay afectaciones directas, mientras que el norte del país es menormente afectado.

¿Por qué canícula?

La palabra canícula deriva de la palabra “canes”, que significa “perros”, y su alusión al fenómeno de calor abrasivo tiene una base astronómica, ya que se refiere a la constelación del Can Mayor (Canícula) y su estrella Sirio “La Abrasadora”, cuya primera aparición en el horizonte coincidía con el fenómeno de calor excesivo.

Existen recomendaciones para prevenir posibles efectos negativos de la canícula a la salud:

-Lavarse las manos antes de comer y después de ir al baño.

-Consumir pescados y mariscos bien cocidos o fritos.

-Lavar con agua y jabón o desinfectar con cloro o plata coloidal las frutas y verduras que se consumen crudas.

-Ingerir abundantes líquidos y asegurarse de que el agua sea desinfectada.

-Consumir los alimentos inmediatamente después de su preparación para evitar su descomposición o conservarlos en refrigeración.

-Evitar la exposición al sol, en especial, durante las horas de mayor radiación, es decir, entre las 11:00 horas am y 15:00 horas.

-Elegir las primeras horas del día para llevar a cabo actividades al aire libre, como deportivas o de tipo cívico en las escuelas.

-Vestir ropa ligera de colores claros y utilizar sombreros o sombrillas para protegerse del sol.

Fuente: El Financiero

Opinión

Emilia Pérez: Una Mirada Cuestionada sobre México Por: Sigrid Moctezuma

En un mundo donde el cine es tanto un arte como una poderosa herramienta de representación cultural, las películas que abordan la identidad de un país llevan consigo una gran responsabilidad. Tal es el caso de Emilia Pérez, una cinta que, aunque prometía ser un relato innovador, ha generado un torrente de críticas por su visión estereotipada y su superficialidad al retratar la cultura nacional.

Descrita por sus creadores como un “narco-musical”, Emilia Pérez sorprendió al ganar cuatro Globos de Oro, lo que dejó en evidencia una desconexión entre las audiencias internacionales y la percepción mexicana. Mientras en el extranjero se celebra como un experimento cinematográfico audaz, aquí ha sido criticada por perpetuar clichés culturales que parecen sacados de una postal turística, ignorando las complejidades del México actual. Aunque su mezcla de comedia, drama y música despertó curiosidad inicial, para muchos terminó siendo un recordatorio de cómo los estereotipos siguen dominando la narrativa global.

Uno de los puntos de mayor desagrado ha sido la manera en que la película aborda temas sensibles como la identidad de género y la narcocultura. Si bien es positivo que estas cuestiones tengan espacio en la narrativa cinematográfica, en Emilia Pérez se sienten tratadas con una ligereza que no honra su trascendencia. Los personajes, en lugar de reflejar matices reales, se convierten en caricaturas que difícilmente conectan con el público.

Las críticas no solo vienen de los espectadores, sino también de sectores especializados en cine y cultura. Se ha señalado que la película parece diseñada para un público extranjero que consume el «México pintoresco», mientras ignora las voces y experiencias auténticas que definen al país. Lo que representa una oportunidad desperdiciada para proyectar un discurso que sea fiel a nuestra riqueza cultural y social.

Este fenómeno no es nuevo en el cine. Muchas producciones internacionales han intentado capturar supuestamente nuestra esencia, pero terminan cayendo en la trampa: el mariachi omnipresente, las cantinas llenas de tequila y la violencia gratuita. Emilia Pérez, desafortunadamente, parece sumar su nombre a esta lista.

No obstante, este tipo de reacciones también abre un espacio importante para la reflexión. La discusión que surge de estas películas pone sobre la mesa la necesidad de que seamos nosotros quienes contemos nuestras propias historias, desde múltiples perspectivas. Es imperativo que el relato cinematográfico internacional comience a escuchar más atentamente las voces locales y trabajen en colaboración para evitar simplificaciones que diluyan nuestra esencia.

En un mundo donde las plataformas digitales hacen que el cine viaje más rápido que nunca, la responsabilidad de representar adecuadamente a un país se vuelve aún más crucial. La recepción de Emilia Pérez debería servir como un recordatorio de que no somos un concepto único y fácil de definir, sino una amalgama compleja de historias, tradiciones y modernidades.

Quizá, en el futuro, podamos ver más producciones que tomen este desafío en serio, dejando de lado las visiones simplistas. Porque México, con todas sus luces y sombras, merece ser contado con verdad y profundidad.

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