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Salud y Bienestar

¿Qué hacer ante una picadura de alacrán?

La persona que sufrió la picadura de alacrán dede acudir de inmediato a valoración médica especializada y evitar el uso de remedios caseros como aplicar ajo en la zona o consumir alcohol, leche o huevo, recomendó el especialista Salvador Malfavón Prado.

Durante la temporada de calor aumentan las picaduras de alacrán, que afecta con mayor frecuencia a los grupos vulnerables como niños y adultos mayores.

El experto precisó que existen factores de riesgo como los ambientales, zonas de construcción rurales y en donde se ubiquen cosas viejas, por lo que se deben extremar precauciones, ya que a mayor cantidad de veneno en una persona de menor peso, así como el número de picaduras, aumentan las complicaciones en la salud.

“El veneno del alacrán tiene sustancias proteicas llamadas escorpaminas, algunas neurotóxicas, entre otras, que afectan el sistema nervioso central y otras cardiotóxicas, que pueden producir falla cardiaca o edema agudo pulmonar”, señaló Malfavón Prado.

Algunos de los síntomas que puede llegar a presentar un niño ante la picadura dealacrán son el llanto enérgico o grito de forma súbita, ardor y adormecimiento en la zona de la picadura y angustia.

Además de salivación, sensación de un cuerpo extraño en la garganta, movimientos de los ojos hasta crisis convulsivas y problemas cardiovasculares graves.

“El tratamiento más importante es el suero antialacrán en diferentes dosis, de acuerdo a la clasificación de la gravedad, pero es indispensable que ante esta situación no se apliquen remedios caseros», enfatizó el experto.

En ese sentido, recomendó acudir inmediatamente al servicio médico para que un especialista valore la picadura y administre los medicamentos adecuados.

Fuente: Azteca Noticias

Revista

La grasa abdominal profunda: el enemigo silencioso que envejece tu cuerpo y tu mente

Oculta bajo la piel y rodeando órganos vitales como el corazón, el hígado y los riñones, la grasa visceral representa una de las amenazas más serias para la salud metabólica y cerebral, incluso en personas delgadas. Más que un problema estético, esta grasa activa procesos inflamatorios que pueden desencadenar enfermedades como la diabetes tipo 2, el hígado graso, problemas cardiovasculares y, a largo plazo, deterioro cognitivo.

De acuerdo con el Dr. Andrew Freeman, especialista en prevención cardiovascular, la grasa visceral es un marcador de múltiples riesgos de salud, aun en quienes aparentan estar en forma. El fenómeno conocido como “skinny fat” —personas con peso normal pero con alta proporción de grasa interna— evidencia que la salud no siempre se refleja en el espejo.

El impacto va más allá del metabolismo. La neuróloga preventiva Kellyann Niotis advierte que este tipo de grasa libera compuestos inflamatorios que aceleran la atrofia cerebral y favorecen la aparición de placas beta-amiloides y ovillos de tau, señales asociadas con la enfermedad de Alzheimer, incluso desde los 40 o 50 años.

¿Cómo saber si la grasa visceral está fuera de control? La medida de la cintura es un primer indicio: más de 88.9 cm en mujeres y 101.6 cm en hombres eleva el riesgo, según los CDC. La masa muscular también importa: quienes tienen más grasa que músculo tienden a acumular esta grasa profunda. Estudios como la DEXA o básculas con medición de grasa corporal pueden ayudar a evaluar estos indicadores.

La buena noticia: es reversible. Freeman insiste en un enfoque integral con ejercicio cardiovascular diario (como caminatas rápidas de al menos 30 minutos) y entrenamiento de fuerza con resistencia. Ejercicios como desplantes, sentadillas, lagartijas y peso muerto movilizan grandes grupos musculares, aceleran el metabolismo y estimulan hormonas que mejoran la composición corporal.

Una alimentación basada en plantas, como la dieta mediterránea, también es clave. Rica en frutas, vegetales, granos enteros, aceite de oliva y pescado, esta dieta ha demostrado reducir la grasa abdominal y el riesgo de muerte por enfermedades crónicas, especialmente en mujeres.

El ayuno intermitente —comer solo durante una ventana de seis horas al día— puede ser un complemento efectivo, aunque no es apto para todos. La combinación de alimentación natural, entrenamiento funcional y periodos de ayuno puede “hacer magia” en la reducción de grasa visceral, señala Freeman.

En resumen, mantener el músculo, eliminar alimentos ultraprocesados, moverse cada día y reorganizar los horarios de comida no solo combate la grasa abdominal profunda, sino que extiende la salud física y mental hacia el futuro. Porque el verdadero “elixir de la juventud” no se compra: se construye con hábitos.

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