En el largo camino a la creación de las ciudades sostenibles, los vehículos eléctricos están tomando una posición cada vez más importante, no obstante, hay que tener en cuenta que alcanzar el sueño de la cero contaminación es cada vez más difícil y que, entre más avanza la tecnología, por irónico que parezca, la meta parece más lejana.
Cada vez son más los países alrededor del mundo que se suman al objetivo de lograr la disminución de emisiones mediante la reducción del uso de vehículos de motor cuyo funcionamiento depende de la quema de combustibles fósiles; diversos países y ciudades, sobre todo en Europa, cuentan desde hace muchos años con sistemas de transporte eléctrico y actualmente se encuentran trabajando para darle un adiós definitivo a los vehículos de gasolina y diesel y dar lugar sólo a los híbridos y eléctricos.
Y es que en meses recientes, la Comisión Europea puso en marcha la norma Euro 7 mediante la cual, en ese continente se pretende poner fin a la venta de autos de combustión en el año 2035, a fin de lograr que, en el futuro, la forma de trasladarse sea totalmente “verde”. La hoja de ruta marcada por la Comisión Europea representa un proyecto sumamente ambicioso que, de lograrse, representaría un paso histórico en el mundo.
Si bien la publicación de dicha norma tuvo lugar apenas el pasado mes de julio, los gobiernos se encuentran trabajando para establecer reglas claras que deberán cumplir los fabricantes y usuarios de vehículos, con la meta de conseguir la neutralidad de la huella de carbono para el año 2050. Por ejemplo, en España, el gobierno ya propuso prohibir la venta y circulación de los vehículos que funcionan con gasolina, diésel y hasta los híbridos, para 2040.
No obstante, hay que considerar que, para que un vehículo se diga totalmente sostenible, no sólo es preciso evitar la generación de emisiones, pues durante su fabricación también se genera una huella contaminante, lo mismo que cuando cumple su vida útil y sus piezas son desechadas.
En este caso, entra en juego el papel de la tecnología, pues aun cuando ha avanzado tanto como para darnos la oportunidad de optar por vehículos eléctricos que dejan atrás la quema de combustibles para operar a partir de baterías, el tema se ha colocado en el interés de diferentes organizaciones y ambientalistas, pues la acumulación de las baterías a gran escala, representaría también un fuerte impacto para el planeta.
Generar un buen proceso de reciclaje para las baterías es entonces uno de los principales retos en esta nueva era de vehículos eléctricos, pues, aunque su circulación es todavía muy reducida, si todos los países transitan hacia este nuevo modelo, habrá un importante riesgo para el planeta.
De modo que el camino no es sólo lograr la meta de reducción de emisiones, sino alcanzar sistemas de transporte y movilidad verdaderamente sustentables o cuyo impacto ambiental sea significativamente menor.
Si bien, el fin de los autos de combustión puede estar cerca, es preciso comenzar a plantear soluciones para los posibles conflictos que podrían generarse en el paso hacía el uso de otras tecnologías en los medios y sistemas de movilidad.
Fuente: publimetro.com.mx