El transporte informó cuándo ocurrió y qué provocó el incidente en el tramo 6, que va de Tulum a Chetumal
El presidente Andrés Manuel López Obrador recientemente inauguró el primer tramo del Tren Maya, una de las obras emblemáticas de su gobierno; sin embargo, en diversas ocasiones ha generado polémicas como los cuestionamientos por la suspensión de operaciones a pocos días de su apertura, acusaciones de ecocidio por parte de activistas y ahora la caída de una estructura, lo cual dejó un saldo de varias personas lesionadas.
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Inicialmente, medios de comunicación locales informaron que el accidente ocurrió ayer y había dos trabajadores lesionados, quienes habían sido trasladados a un hospital por heridas de gravedad; sin embargo, ayer por la noche, el Tren Maya aclaró cómo ocurrió el colapso, qué lo provocó y cuándo pasó.
¿Qué pasó en el Tren Maya?
El Tren Maya señaló que el colapso de la estructura ocurrió la mañana del jueves 8 de febrero pasado, en la zona de construcción del tramo 6, que va del aeropuerto de Tulum al aeropuerto de Chetumal, en Quintana Roo, y en total hubo tres trabajadores lesionados.
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En su cuenta de X, antes Twitter, el transporte detalló que el incidente se generó luego de que se rompió uno de los tensores que sostenían las varillas que conformarían el muro de contención, lo que provocó que la estructura se cayera.
“El hecho se debió a que durante el armado de un muro de contención, se rompió uno de los tensores que sostenían las varillas que conformarían el muro, provocando que se cayeran”, puntualizó.
El accidente ocurrió en la zona de construcción del tramo 6. (AP Foto/Martín Zetina, Archivo)
¿Cuál es el estado de salud de los trabajadores lesionados?
Inicialmente, se indicó que el accidente dejó un saldo de dos trabajadores lesionados de gravedad, reportando que supuestamente uno de ellos se había quedado varios minutos bajo la estructura colapsada, sufriendo diversas fracturas y que el segundo se lastimó un ojo.
No obstante, el Tren Maya precisó que en total fueron tres los trabajadores lesionados y que tras el colapso de la estructura fueron trasladados a la clínica número 149 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
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Asimismo, puntualizó que los tres trabajadores fueron dados de alta, ya que no presentaron lesiones de gravedad, sin dar detalles sobre qué heridas sufrieron.
“Sobre el incidente en el Tramo 6, #TrenMaya aclara que el hecho ocurrió la mañana del 8 Feb. y fueron 3 los trabajadores involucrados, mismos que fueron trasladados al IMSS No 149 y fueron dados de alta el mismo día al no presentar lesiones de gravedad”, escribió en la red social.
El Tren Maya aclaró cómo ocurrió el incidente en el tramo 6. | Captura de pantalla Twitter
Gentrificación en CDMX: crecimiento urbano que desplaza a sus habitantes
Colonias como la Roma, Condesa, Juárez y San Rafael se han convertido en epicentro de protestas vecinales por el aumento desmedido en las rentas, el despojo inmobiliario y la pérdida de identidad barrial. El fenómeno detrás de estas inconformidades es la gentrificación, un proceso urbano que, aunque para algunos simboliza renovación, para otros representa expulsión, desigualdad y ruptura social.
La gentrificación ocurre cuando barrios de clase trabajadora reciben fuertes inversiones económicas y una oleada de nuevos habitantes con mayor poder adquisitivo. Este cambio trae consigo mejoras en infraestructura y servicios, pero también incrementos abruptos en el precio de rentas y propiedades, desplazamiento de residentes originales y una transformación profunda en la cultura e identidad del barrio.
En la Ciudad de México, el fenómeno se ha intensificado con la llegada de nómadas digitales y extranjeros atraídos por el bajo costo de vida, quienes elevan la demanda de vivienda en zonas céntricas. Esto ha generado una turistificación desmedida, en la que muchas viviendas se destinan a rentas de corta estancia (como Airbnb), reduciendo la oferta para los habitantes locales.
A ello se suma la presión de desarrolladores inmobiliarios para que inquilinos tradicionales abandonen sus viviendas, con el fin de remodelarlas o demolerlas y construir nuevos complejos de lujo. Tiendas de abarrotes y fondas han sido reemplazadas por cafeterías de cadena y boutiques, alterando la vida comunitaria.
Además, la desigualdad urbana se agudiza: quienes no pueden pagar los nuevos precios se ven obligados a mudarse a zonas más lejanas, con mayores tiempos de traslado y menor acceso a servicios básicos.
En respuesta, colectivos ciudadanos y legisladores han exigido medidas que regulen el mercado inmobiliario, protejan a los arrendatarios y prioricen un desarrollo urbano equitativo. La gentrificación, advierten, debe atenderse antes de que transforme por completo el rostro y el alma de la capital.