Conecta con nosotros

México

¿Qué sucederá con los niños que no acudan a clases presenciales?

A partir del próximo lunes 30 de agosto las clases presenciales iniciarán, según ha confirmado la titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Delfina Gómez Álvarez, quien también dijo que el regreso será voluntario.

De tal modo, los padres, madres y tutores tendrán la última palabra sobre mandar o no al menor a la escuela durante esta tercera ola de contagios por COVID-19. Ante esa posibilidad queda la incógnita de qué pasará con los infantes que se queden en casa.

En el caso de quienes vayan a clases presenciales ya no tendrán que entregar la carta responsiva, y en apoyo a la economía de las familias, los menores podrán asistir sin uniformes así como reutilizar libros y cuadernos de años anteriores.

Para quienes se queden en su hogar, las clases a distancia que se implementaron desde hace más de un año seguirán vigentes a través del programa Aprende en Casa, cuyos canales y horarios varían según el nivel escolar.

México

Gentrificación en CDMX: crecimiento urbano que desplaza a sus habitantes

Colonias como la Roma, Condesa, Juárez y San Rafael se han convertido en epicentro de protestas vecinales por el aumento desmedido en las rentas, el despojo inmobiliario y la pérdida de identidad barrial. El fenómeno detrás de estas inconformidades es la gentrificación, un proceso urbano que, aunque para algunos simboliza renovación, para otros representa expulsión, desigualdad y ruptura social.

La gentrificación ocurre cuando barrios de clase trabajadora reciben fuertes inversiones económicas y una oleada de nuevos habitantes con mayor poder adquisitivo. Este cambio trae consigo mejoras en infraestructura y servicios, pero también incrementos abruptos en el precio de rentas y propiedades, desplazamiento de residentes originales y una transformación profunda en la cultura e identidad del barrio.

En la Ciudad de México, el fenómeno se ha intensificado con la llegada de nómadas digitales y extranjeros atraídos por el bajo costo de vida, quienes elevan la demanda de vivienda en zonas céntricas. Esto ha generado una turistificación desmedida, en la que muchas viviendas se destinan a rentas de corta estancia (como Airbnb), reduciendo la oferta para los habitantes locales.

A ello se suma la presión de desarrolladores inmobiliarios para que inquilinos tradicionales abandonen sus viviendas, con el fin de remodelarlas o demolerlas y construir nuevos complejos de lujo. Tiendas de abarrotes y fondas han sido reemplazadas por cafeterías de cadena y boutiques, alterando la vida comunitaria.

Además, la desigualdad urbana se agudiza: quienes no pueden pagar los nuevos precios se ven obligados a mudarse a zonas más lejanas, con mayores tiempos de traslado y menor acceso a servicios básicos.

En respuesta, colectivos ciudadanos y legisladores han exigido medidas que regulen el mercado inmobiliario, protejan a los arrendatarios y prioricen un desarrollo urbano equitativo. La gentrificación, advierten, debe atenderse antes de que transforme por completo el rostro y el alma de la capital.

Continuar Leyendo
Publicidad
Publicidad
Publicidad

Más visto