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Revista

¡Qué triste! Paul Stanley mandó un tierno recado para su perro sin saber que ya murió

Paul Stanley mandó un tierno recado para su perro sin saber que ya murió durante La Casa de los Famosos México, y rompe el corazón de sus seguidores.

La Casa de los Famosos México ya cumplió un mes al aire y sus habitantes son totalmente ajenos a los sucesos del exterior.

Es por eso que Paul Stanley no se ha enterado de la muerte de Chester, uno de sus amados perros a quienes presumía con gran cariño en redes sociales.

Chester murió el 19 de junio, pues padecía complicaciones de salud debido a la edad; vivió junto a Paul Stanley durante 15 años y medio.

Joely Bernat tomó la decisión de “dormir” a Chester para que dejara de sufrir y lamentablemente, Paul Stanley -de 37 años de edad- ignora la muerte de su amado perro.

Chester, el perro de Paul Stanley y Joely Bernat

Chester, el perro de Paul Stanley y Joely Bernat (Instagram/@chesterypaco )

Paul Stanley dedica un menaje a Chester sin saber que murió

Durante una conversación con las cámaras de La Casa de los Famosos México, Paul Stanley le envió un mensaje a su novia Joely Bernat.

El conductor le recordó algunos pendientes a su novia y entre ellos estaba la cita con el veterinario para Chester, pues le tocaban sus vacunas.

“Antes de venir me habían llegado de la veterinaria mensajes de que a Rocky o al Chester ya le tocaban vacunas para ponérselas este mes”

Paul Stanley

Revista

La grasa abdominal profunda: el enemigo silencioso que envejece tu cuerpo y tu mente

Oculta bajo la piel y rodeando órganos vitales como el corazón, el hígado y los riñones, la grasa visceral representa una de las amenazas más serias para la salud metabólica y cerebral, incluso en personas delgadas. Más que un problema estético, esta grasa activa procesos inflamatorios que pueden desencadenar enfermedades como la diabetes tipo 2, el hígado graso, problemas cardiovasculares y, a largo plazo, deterioro cognitivo.

De acuerdo con el Dr. Andrew Freeman, especialista en prevención cardiovascular, la grasa visceral es un marcador de múltiples riesgos de salud, aun en quienes aparentan estar en forma. El fenómeno conocido como “skinny fat” —personas con peso normal pero con alta proporción de grasa interna— evidencia que la salud no siempre se refleja en el espejo.

El impacto va más allá del metabolismo. La neuróloga preventiva Kellyann Niotis advierte que este tipo de grasa libera compuestos inflamatorios que aceleran la atrofia cerebral y favorecen la aparición de placas beta-amiloides y ovillos de tau, señales asociadas con la enfermedad de Alzheimer, incluso desde los 40 o 50 años.

¿Cómo saber si la grasa visceral está fuera de control? La medida de la cintura es un primer indicio: más de 88.9 cm en mujeres y 101.6 cm en hombres eleva el riesgo, según los CDC. La masa muscular también importa: quienes tienen más grasa que músculo tienden a acumular esta grasa profunda. Estudios como la DEXA o básculas con medición de grasa corporal pueden ayudar a evaluar estos indicadores.

La buena noticia: es reversible. Freeman insiste en un enfoque integral con ejercicio cardiovascular diario (como caminatas rápidas de al menos 30 minutos) y entrenamiento de fuerza con resistencia. Ejercicios como desplantes, sentadillas, lagartijas y peso muerto movilizan grandes grupos musculares, aceleran el metabolismo y estimulan hormonas que mejoran la composición corporal.

Una alimentación basada en plantas, como la dieta mediterránea, también es clave. Rica en frutas, vegetales, granos enteros, aceite de oliva y pescado, esta dieta ha demostrado reducir la grasa abdominal y el riesgo de muerte por enfermedades crónicas, especialmente en mujeres.

El ayuno intermitente —comer solo durante una ventana de seis horas al día— puede ser un complemento efectivo, aunque no es apto para todos. La combinación de alimentación natural, entrenamiento funcional y periodos de ayuno puede “hacer magia” en la reducción de grasa visceral, señala Freeman.

En resumen, mantener el músculo, eliminar alimentos ultraprocesados, moverse cada día y reorganizar los horarios de comida no solo combate la grasa abdominal profunda, sino que extiende la salud física y mental hacia el futuro. Porque el verdadero “elixir de la juventud” no se compra: se construye con hábitos.

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