A las 10:30 am, en la Base aérea de Santa Lucía se alistan para despegar dos helicópteros, un MI17 del Escuadrón 303 de Santa Lucía y un UH60 o Black Hawk del Escuadrón 107 de Culiacán Sinaloa.
Su misión es recorrer 186 millas náuticas del ducto de Tula, uno de los preferidos para la ordeña de combustible o huachicoleo.
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Solo 12 minutos después del despegue se visibiliza la refinería de Tula. El personal a bordo debe ir pendiente del terreno y detectar actividades sospechosas, así como observar las maniobras en tierra.
El MI17 va armado con ametralladoras Mac calibre 7.62 y el Black Hawk ametralladoras minigun, además de una cámara infrarroja flir.
Una hora y 42 minutos después el sobrevuelo llega a la refinería de Salamanca.
En algunos tramos del trayecto se aprecia la sustitución de la tubería de PEMEX.
Finalmente, el avión aterriza en el aeropuerto del bajío para cargar combustible y hacer un nuevo patrullaje de regreso a Santa Lucía.
El principal objetivo de este tipo de operaciones es disuadir a los ladrones de combustible. Los sobrevuelos se hacen a unos 100 metros del piso para que sepan de la presencia de la Sedena. En tierra es complementado este operativo de vigilancia.