Hoy en la conferencia de prensa mañanera Andrés Manuel López Obrador, candidato a la Presidencia de la República por la coalición Movimiento Progresista declaró que en su gobierno insistirá en la necesidad de aplicar una política de austeridad republicana. Todos sabemos que ha crecido mucho el gasto corriente. Es decir, el dinero del presupuesto que se destina a mantener al gobierno.
Estamos ante una realidad, hay un gobierno faraónico, un gobierno que absorbe mucho dinero del presupuesto, que es dinero de todo el pueblo. Y el cambio verdadero significa liberar fondos, ahorrar, para que se puedan impulsar actividades productivas, crear empleos, atender el bienestar de la gente.
En ningún momento, en ningún tiempo se justifica el que el gobierno absorba tanto dinero, menos en épocas de crisis, como la que se está padeciendo. Por eso es fundamental la austeridad republicana, no es nada más un asunto administrativo, es una cuestión de principios.
Siempre hemos sostenido que no puede haber un gobierno rico con pueblo pobre. Repito, en ninguna circunstancia, menos aún en una situación de estancamiento económico, de falta de trabajo y de empobrecimiento, los servidores públicos pueden disponer del presupuesto para obtener altos salarios, prestaciones y prebendas.
Por el contrario, esos recursos deben canalizarse a promover el desarrollo y a la atención de las necesidades apremiantes de la gente. De manera específica, proponemos la aplicación de una política de austeridad de Estado para reducir, en beneficio de la sociedad, el costo del gobierno.
En una primera etapa, y de acuerdo con los análisis que hemos realizado, del presupuesto actual, podrían ahorrarse 300 mil millones de pesos, sin afectar, en lo más mínimo, las funciones sustantivas del gobierno. Esta cantidad se obtendría con la reducción a la mitad de los salarios de los altos funcionarios públicos y con la eliminación o reducción de todos gastos superfluos del gobierno.
Cabe decir que actualmente, del total presupuesto público, la partida de sueldos es de 864 mil millones de pesos, el 25 por ciento del presupuesto público, y de este monto, de la partida de sueldos por 864 mil millones, el 2.9 por ciento de los empleados con sueldos de 1 millón hasta 3 millones 300 mil pesos anuales, absorben el 22 por ciento; lo voy a explicar: El presupuesto son 3 billones 700 mil millones de pesos, y alrededor de 900 mil millones son sueldos y salarios, es la nómina del gobierno.
Es lo que consume la nómina del gobierno, los 900 mil millones de pesos. De esos 900 mil millones de pesos, el 2.9 por ciento de todos los trabajadores del gobierno, se lleva de la nómina el 22 por ciento; es decir, 190 mil millones de pesos, solo para el 2.9 por ciento de todos los trabajadores del gobierno.
En consecuencia, de aplicarse la medida de reducir el 50 por ciento los sueldos de los altos funcionarios públicos, sólo en este rubro se ahorrarían 95 mil millones de pesos. Estamos hablando de la tercera parte de la meta a alcanzar por la eliminación de gasto público innecesario.
Conviene aclarar que los altos funcionarios en México ganan el doble de lo que reciben los altos funcionarios públicos en Brasil. Por ejemplo, esta es una investigación que hizo el periódico El Universal, porque no me gusta plagiar y tengo que dar la fuente, un ministro de la Suprema Corte en México gana alrededor de 40 mil dólares mensuales y en Brasil 13 mil dólares mensuales; esto es más del doble, el triple. Un senador en México 13 mil dólares, en Brasil 7 mil 500 dólares; un secretario de Estado en México gana 12 mil dólares, en Brasil 5 mil 600 dólares; un diputado en México 10 mil dólares, en Brasil7 mil 500 dólares, sin considerar otras prestaciones, estoy hablando nada más de sueldos.
De modo que la aplicación de la política de austeridad republicana significará un cambio verdadero.
Es conveniente aclarar que este plan de austeridad no incluye al 97 por ciento de los trabajadores al servicio del gobierno, para ser exactos no incluye al 97.1 por ciento de los trabajadores al servicio del gobierno. Estamos hablando nada más de la élite, del 2.9 por ciento, de los altos funcionarios públicos, que ganan de 1 millón hasta 3 millones 300 mil pesos al año.
Hago el compromiso de que voy a ganar, predicando con el ejemplo, menos de la mitad de lo que actualmente percibe Felipe Calderón, él está recibiendo alrededor de 3 millones al año, yo voy a tener un sueldo de 100 mil pesos mensuales.
Se eliminarán todos los gastos superfluos e improductivos de los altos funcionarios públicos. Esto es, se va a terminar con toda la parafernalia del poder, no habrá atención médica privada para altos funcionarios públicos ni cajas de ahorros, como sucede actualmente. No se van a usar, repito, aviones, helicópteros privados, no va a haber turismo político al extranjero. Vamos a ahorrar.
Todo lo que se obtenga con este plan de austeridad, los 300 mil millones de pesos, que vamos a ahorrar, se destinarán a la creación de fuentes de trabajo y al bienestar del pueblo de México.
Este es el plan de austeridad. Esto nos va a permitir tener fondos para el desarrollo. Por eso sostengo que no hace falta aumentar impuestos ni crear impuestos nuevos, porque si hay una buena orientación del presupuesto público, un manejo adecuado del presupuesto, si evitamos la corrupción y si el dinero del presupuesto se distribuye con justicia, va a permitir mejorar las condiciones de vida y de trabajo del pueblo de México. Vamos de esta manera a sacar al país del estancamiento económico y de la crisis que afecta.
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