El miedo a la muerte está presente en muchos migrantes que se lanzan hacia Estados Unidos, como el grupo de pocos miles que ahora transita por el sur de México en una caravana. El domingo, cuando el grupo descansaba en la localidad de Mapastepec, Chiapas, la fiscalía del estado informaba de una nueva muerte.
En un comunicado divulgado por la noche, la dependencia informó de la apertura de una investigación por el homicidio de un hombre cubano que presentaba heridas de arma de fuego y fue localizado sin vida en la parte trasera de una camioneta tipo pick-up.
El vehículo estaba ubicado en un tramo de terracería del municipio de Pijijiapan, unos 40 kilómetros al norte de donde descansaba la caravana, y en ella las autoridades encontraron un arma larga y un cargador, agregó la fiscalía.
Un militar que pidió el anonimato por no estar autorizado a dar declaraciones, indicó a AP que se trataba de un migrante que estaba trasladándose en ese vehículo con varios más, aunque no precisó el número.
Los migrantes que pasan por México se convierten muchas veces en víctimas de todo tipo de crímenes -robos, extorsiones, secuestros, violaciones, desapariciones e incluso la muerte- debido, entre otros motivos, a la actividad de grupos de la delincuencia organizada o a la corrupción y a los abusos por parte de algunos funcionarios.
Según datos recopilados por la Organización Mundial para las Migraciones (OIM), en los primeros nueve meses de 2021 han muerto 612 personas en trayectos migratorios en el continente, un marcado incremento respecto a las 796 muertes que se registraron en todo 2020, cuando la pandemia redujo el flujo migratorio.
La caravana esperaba el domingo a que dejara de llover para hacer una sencilla vigilia con oraciones y veladoras coincidiendo con las populares celebraciones por el Día de los Muertos en México pero el acto finalmente se anuló debido a la persistente lluvia.
El grupo que transita por México este año, salió el 23 de octubre de Tapachula, 110 kilómetros más al sur y casi en la frontera con Guatemala. Sus integrantes, la mayoría centroamericanos y, entre ellos, muchos niños, parecían dispuestos a seguir su trayecto hacia el norte a pesar que las autoridades mexicanas ofrecieron visas humanitarias a mujeres embarazadas y menores.
El Instituto Nacional de Migración explicó que quien aceptara la oferta sería trasladado a otros estados para agilizar las gestiones. Sin embargo, los migrantes desconfían y no quieren optar a las visas por miedo a ser engañados y devueltos a Tapachula.
Fuente: AP