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México

Como activista no ha valido la pena: Julián LeBarón

A poco más de una semana de que Julián Le Barón anunciara su salida del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad por considerar que se ha acercado demasiado al poder político, hoy esa organización encabezada por Javier Sicilia responde a los señalamientos del activista y asegura que no es interlocutor del gobierno, ni mucho menos sirve a los poderes políticos.

En el pronunciamiento, el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad también adelanta que continuará su camino sin renunciar al diálogo ni a la resistencia civil pese a la salida del que fuera uno de sus más visibles líderes, junto con el escritor Javier Sicilia.

Aquí el pronunciamiento íntegro del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad:

Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad seguirá su camino sin renunciar ni al diálogo ni a la resistencia

El Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad es un espacio de encuentro en el que, a casi un año de su nacimiento, hemos coincidido víctimas de la guerra contra el crimen organizado, organizaciones civiles y sociales, ciudadanía, defensores de derechos humanos, así como artistas, poetas e intelectuales. Entre todos hemos emprendido dos tipos de acciones: diálogo con todos con los movimientos sociales que se han mostrado interesados en nuestra lucha, así como con autoridades de todos los órdenes de gobierno: tanto con los responsables de la procuración de la justicia como con los representantes políticos de la nación y de las diversas expresiones ideológicas. Hemos dialogado también con los medios de comunicación, líderes de opinión, con la academia, con empresarios, con iglesias pero en ningún momento hemos renunciado a la movilización y a la resistencia civil pacífica, ni dejado de denunciar la emergencia nacional que vive México.

Caminamos desde el reconocimiento de la diversidad de este país y denunciamos ante la sociedad mexicana y ante las instituciones gubernamentales –quienes tienen la responsabilidad de garantizar la seguridad de las personas y la obligación de proteger, y respetar los derechos humanos–, los resultados equívocos de la estrategia de seguridad emprendida por las máximas autoridades de la nación.

Hemos buscado contribuir a la reconstrucción del tejido social a través de la organización y la solidaridad entre la ciudadanía; por eso trabajamos de manera constante y colectiva en acciones que buscan visibilizar el dolor de la guerra y la violencia, desde los casos individuales que han presentado las víctimas que mueven nuestro movimiento así como en los procesos colectivos que tienen su base en la comunidad, como es el caso de Cherán, Ostula y Wirikuta entre otros.

Muchos se han unido a nuestro caminar, pero no todos permanecen a nuestro lado, ya sea porque la mano siniestra del crimen y la omisión del poder que nos los han arrebatado, como es el caso de nuestros compañeros Pedro Leyva Domínguez, Trinidad de la Cruz (Don Trino) y Nepomuceno Moreno, (Don Nepo); o porque han compartido con nosotros el tiempo que les pareció pertinente y han tomado otros derroteros guiados por su conciencia u orillados por sus propias circunstancias.

En el caso del compañero Julián LeBarón –que ha se ha deslindado del nuestro movimiento– manifestamos que respetamos su decisión, pero también tenemos que decir que no compartimos su apreciación sobre el Movimiento: ni somos interlocutores del gobierno, ni mucho menos servimos a los poderes políticos. Somos una forma cívica y no violenta de resistencia a la guerra y a la violencia, una manifestación de la dignidad ciudadanía frente a la barbarie de la guerra y la estrategia militar emprendida por el presidente Calderón, y nuestra voz ha servido para visibilizar la causa de las víctimas y denunciar la incapacidad y la omisión de gobierno, así como la complicidad de autoridades frente a la criminalidad.

Por eso ante la emergencia nacional, desde nuestra diversidad y teniendo como centro a las víctimas de la violencia y del abuso del poder, seguiremos organizándonos y construyendo desde diversas acciones para contribuir para la paz con justicia y dignidad en México.

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México

Pone ‘El Mayo’ ultimátum: me repatrian o el colapso

Ismael «El Mayo» Zambada, líder de Cártel de Sinaloa, exigió al Gobierno de México que reclame a Estados Unidos su repatriación porque, de no hacerlo, la relación entre los dos países sufrirá un «colapso».

Juan Manuel Delgado González, asesor jurídico de Zambada en México, confirmó que la petición fue presentado ayer en el Consulado General de México en Nueva York un escrito al que tuvo acceso Grupo Reforma y donde Zambada exige que lo defienda el gobierno.

Debe intervenir (el gobierno) a fin de que el presente asunto no resulte en un colapso en la relación bilateral entre ambos países, puesto que no se debe de perder de vista la irregular e ilegal manera en que el suscrito fui puesto a disposición de las autoridades de los Estados Unidos de América».

En julio del 2024, Zambada fue engañado por Joaquín Guzmán López, hijo de «El Chapo» Guzmán, fue secuestrado para llevarlo a Texas donde enfrenta cargos por delincuencia organizada, homicidio, narcotráfico en gran escala y lavado de dinero, entre otros.

En la solicitud de asistencia consular, el capo señala que si no se interviene en favor de sus derechos, políticos y funcionarios mexicanos también pueden ser secuestrados y trasladados ilegalmente al país vecino.

Por lo anterior, expresa que la respuesta del Estado mexicano «no es opcional», porque tiene la obligación ineludible de defenderlo.

«Si el Gobierno de México no actúa, el suscrito seré condenado a pena de muerte sin lugar a ninguna duda y además esto constituirá un precedente peligroso que permitiría que en cualquier momento cualquier gobierno extranjero pudiera de manera impune violentar nuestro territorio y soberanía, interviniendo para la detención de cualquier persona, incluso políticos o funcionarios del Gobierno, para ser trasladados a la jurisdicción norteamericana sin que nada suceda», manifiesta.

«Exijo y demando que el Estado mexicano cumpla con su obligación ineludible de intervenir de manera inmediata, contundente y sin margen de discrecionalidad para exigir formalmente a los Estados Unidos de América garantías y seguridades absolutas, plenas, vinculantes e irrevocables de que no se me impondrá ni se ejecutará la pena de muerte en su jurisdicción. Esta exigencia no es opcional, ni puede ser interpretada como una cuestión de oportunidad política o diplomática».

El documento firmado por Zambada advierte que, de no haber una exigencia categórica y formal de sus garantías, «constituiría una traición al sistema jurídico mexicano» y al deber del Estado de garantizar la seguridad de sus ciudadanos, sin excepción alguna.

«En este contexto, en cuanto hace a mi asunto en particular, resulta una obligación del Estado Mexicano: presentar una protesta formal ante las autoridades estadounidenses, señalando la violación del Tratado (de México y Estados Unidos para prohibir los secuestros transfronterizos) y exigiendo el respeto a la soberanía mexicana y al debido proceso legal», señala.

Solicitar la repatriación inmediata de mi persona, argumentando que mi traslado fue ilegal y que cualquier proceso judicial en mi contra debe llevarse a cabo en México, conforme a las leyes nacionales y los acuerdos internacionales vigentes».

En una parte de su escrito, el líder del Cártel de Sinaloa requiere al Gobierno de México para que pida a los estadounidenses un informe detallado de las circunstancias de su secuestro y traslado, identificando quiénes permitieron su entrada a la Unión Americana y bajo qué base legal.

También, que le informen la identidad de las personas involucradas en su traslado, tanto del lado estadounidense como del lado mexicano.

La razón por la que alega que el Gobierno federal debe exigir la cancelación del proceso al que está sometido en Nueva York, es precisamente porque el procedimiento tiene como origen su secuestro y traslado ilegal a la Unión Americana.

«Esta exigencia no es una cuestión discrecional ni sujeta a consideraciones políticas o diplomáticas», dice.

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