«Si me fuera a casar, me encantaría hacerlo en España, hay escenarios espectaculares para hacer una gran boda», ha dicho el cantante ante su nueva visita a Madrid, al insistir en qué había de verdad en aquellos comentarios y por qué solicitó la nacionalidad en este país, en el que está legalizado el matrimonio homosexual.
Para él, su solicitud al Gobierno español fue «una cuestión de identidad», a pesar de tener muy claro que sus raíces están en Puerto Rico así como su futuro, al menos hasta que sus hijos también tengan formada esa parte de su identidad cultural, según declaró con anterioridad.
«Tuve la necesidad de ir atrás para brindarle a mis hijos la respuesta a quiénes somos y de dónde venimos», ha explicado el intérprete de «María».
Llamado realmente Enrique Martín Morales, reivindica su sangre española a través de esos dos apellidos y el Arizmendi de su abuela vasca.
«Estamos por toda la Península», ha bromeado el cantante, que añade que «cualquier excusa es buena para pasar tiempo en España».
Este año se estrenó como «coach» en la versión australiana del programa de televisión «La voz», experiencia que califica de «fascinante» y en la que se vio, dice, su innegable «instinto competitivo».
«Trabajé con jóvenes artistas que me ayudaron a volver a mis comienzos, a aquellas emociones de incertidumbre», destaca, hasta el punto de afirmar que, si le ofreciesen repetir ese papel en la versión española, que previsiblemente cambiará de jueces en su tercera edición, «lo analizaría».
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