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¿Sabes por qué celebramos el Día de Reyes?

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Este 6 de enero se festeja en México y otros países el Día de Los Reyes Magos, es una tradición de origen católica que funciona como adoración del Niño Jesús.

Entre las primeras referencias que se conocen sobre los Reyes Magos hay una que aparece en el Evangelio de San Mateo, mención que eran unos “magos”, que iban a conocer al rey de los judíos acabado de nacer, no dice sus nombres, ni que eran reyes.

Después cuenta la historia que fueron Melchor, Gaspar y Baltazar los llamados tres Reyes Magos que provenían en Oriente para rendir honores y llevar regalos al recién nacido guiados por una estrella hacía Belén.

Lo Reyes Magos llevaron al Niño Jesús tres regalos: oro, incienso y mirra, el día que se encontraron es denominado como “Epifanía”, que significa “manifestación”, que la iglesia católica celebra el 6 de enero.

Para los predicadores de esta religión la forma ovalada de la rosca tiene como significado el amor de dios sin principio ni un fin, la frutas que se colocan sobre el pan manifiestan la gracia traída por Jesucristo, mientras que varias personas también señalan que son la referencia del: amor, paz y felicidad.

El objetivo de colocar una figura del Niño Dios en interior de la rosca es para representar la vez que José y María escondieron a Jesús de Herodes, anteriormente solo se utilizaba uno, pero en ocasiones se colocan dos o más.

Otro de los cambios que han llevado a cabo los mexicanos es que a quien le sale el Niño Dios en algún pedazo de rosca se convierte en madrina y deberá llevar a la iglesia para que reciba la bendición del padre y festejar el 2 de febrero, Día de la Candelaria llevando tamales y alguna bebida.

Deportes

Joshua impone jerarquía y detiene a Jake Paul en una pelea que dividió al boxeo

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Anthony Joshua dejó en claro la diferencia entre un excampeón mundial y una celebridad convertida en boxeador. El británico venció por nocaut técnico a Jake Paul en el sexto asalto de un combate de peso completo celebrado la noche del viernes en Miami, una pelea que desde su anuncio generó polémica por el contraste de experiencia, tamaño y trayectoria entre ambos contendientes.
El enfrentamiento, pactado a ocho rounds profesionales, despertó críticas por los riesgos que implicaba para Paul, quien llegó con marca de 12 triunfos y una derrota frente a Joshua, dos veces campeón del mundo y con récord de 28 victorias y cuatro caídas. Sin embargo, contra la mayoría de los pronósticos, el estadounidense resistió más de lo esperado y logró extender la contienda hasta bien entrada la segunda mitad.
Desde el inicio, Paul optó por el movimiento constante y el amarre, una estrategia evidente para consumir tiempo y evitar los golpes de poder del británico. Joshua, por momentos impreciso y visiblemente frustrado, tardó en encontrar su distancia, aunque poco a poco fue imponiendo su físico y su alcance.
En el quinto episodio llegaron los primeros momentos realmente críticos para Paul. Joshua conectó combinaciones más limpias, provocó dos caídas y estuvo cerca de finalizar el combate, aunque su rival logró sobrevivir con esfuerzo y algo de teatralidad, incluso recurriendo a gestos provocadores hacia el británico.
El desenlace llegó en el sexto round. Joshua salió decidido, conectó una derecha contundente que envió a Paul a la lona y, tras reincorporarse en evidente mal estado, el estadounidense recibió un uppercut y una nueva derecha al mentón que obligaron al réferi a detener la pelea. Paul terminó con el labio inferior partido, pero consciente y sonriente, reconociendo el cierre inevitable.
Más allá del resultado, el combate dejó sensaciones encontradas. Para Joshua, la victoria confirmó su superioridad sin que el análisis técnico vaya mucho más allá. Para Paul, haber llegado al sexto asalto frente a un peso completo de élite fue visto por algunos como una muestra de valentía y por otros como una peligrosa puesta en escena.
El debate sobre este tipo de cruces seguirá abierto, pero en el ring no hubo discusión. La experiencia y el poder de Anthony Joshua marcaron el final.

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