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Salma Hayek: «Harvey Weinstein fue por años mi monstruo»

En una carta abierta Salma Hayek dice que su rechazo a las propuestas sexuales de Harvey Weinstein, la llevó a vivir una pesadilla durante la realización de Frida, su cinta biográfica de 2002 sobre la pintora mexicana Frida Kahlo.

Salma luchó para poder trabajar con Harvey y para que él fuera quien produjera su proyecto soñado, Frida, la película que finalmente le serviría para obtener una nominación al Oscar como mejor actriz.

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SE CONVIRTIÓ EN UN TORMENTO.
La actriz habló de los inconvenientes con Weinstein durante la filmación de Frida.

«Me dejaría terminar la película si aceptaba hacer una escena de sexo con otra mujer», escribió Salma, para quien el problema no era filmar la escena «porque estaría desnuda con otra mujer. Era porque estaría desnuda con ella para Harvey Weinstein, pero entonces no les podía decir».

The New York Times publicó hoy miércoles la carta de Salma Hayek, quien escribe que por años Harvey Weinstein fue “mi monstruo”.

Salma Hayek confesó en una columna de opinión en que fue también víctima del acoso sexual del conocido productor de Hollywood, quien llegó a presionarla para que tuviera sexo oral con él, para que se dieran una ducha juntos e incluso la amenazó de muerte.

Foto: AP
La actriz había guardado silencio hasta ahora sobre las acciones y proposiciones que Harvey Weinstein le hizo y se remontan hasta hace más de 15 años.

Cuando explotó el escándalo contra el productor, la mexicana prefirió mantener su historia lejos de la luz pública, aunque terminó por arrepentirse y afrontar su “cobardía” para finalmente relatar un trauma que creía haber dejado atrás.

“Estaba tratando de ahorrarme el desafío de explicar muchas cosas a mis seres queridos: por qué, cuando mencioné de forma informal que había sido acosada por Harvey, como muchas otras, había excluido un par de detalles”.

Reconoce que tuvo que “lavarse el cerebro” a sí misma para pensar que había superado lo que Weisntein le hizo pasar.

«ERA UN CINÉFILO APASIONADO, TOMADOR DE RIESGOS, UN MECENAS DEL TALENTO EN EL CINE, UN PADRE AMOROSO Y UN MONSTRUO. DURANTE AÑOS, ÉL FUE MI MONSTRUO», ESCRIBE SALMA HAYEK.

En el mensaje, la actriz señala que a los 14 años recibió el apoyo de Weinstein para trabajar en Hollywood, pero que nunca sospechó que tendría que negarse ante varias propuestas sexuales del productor.

«Era mi turno de decir que no. No abrirle la puerta a todas horas de la noche, hotel tras hotel, donde aparecería inesperadamente, no a tomar una ducha con él, no a dejar que me viera bañándome, no a dejar que me diera un masaje y con cada negativa vino la ira maquiavélica de Harvey».

Salma dijo que no, aunque las demandas del productor, según las cuenta la actriz, no acabaron ahí.

“(Le dije) No a dejarle que me hiciera sexo oral”, manifestó la actriz, que también se negó a desnudarse con otra mujer para él.

“No, no, no, no, no…”, continuó ella.

Cada vez que ella le rechazaba, él se ponía furioso, cuenta Hayek: “Creo que no había nada que él odiara más que la palabra ‘no’”.

Asimismo, lo acusa de haberla amenazado de muerte.

«De sus tácticas de persuasión pasó de hablarme con dulzura a ataques de furia, y dijo estas aterradoras palabras: ‘Te mataré, no pienses que no puedo'», escribe la actriz.

Salma Hayek deja esta reflexión:

«Hasta que haya igualdad en nuestra industria, con hombres y mujeres que tengan el mismo valor en todos los aspectos, nuestra comunidad continuará siendo un terreno fértil para los depredadores.

«Estoy agradecida por todos los que están escuchando nuestras experiencias. Espero que al sumar mi voz al coro de aquellos que finalmente están hablando aclare por qué es tan difícil, y por qué tantos de nosotros hemos esperado tanto tiempo».

«LOS HOMBRES ACOSABAN SEXUALMENTE PORQUE PODÍAN. LAS MUJERES ESTÁN HABLANDO HOY PORQUE, EN ESTA NUEVA ERA, FINALMENTE PODEMOS».

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La grasa abdominal profunda: el enemigo silencioso que envejece tu cuerpo y tu mente

Oculta bajo la piel y rodeando órganos vitales como el corazón, el hígado y los riñones, la grasa visceral representa una de las amenazas más serias para la salud metabólica y cerebral, incluso en personas delgadas. Más que un problema estético, esta grasa activa procesos inflamatorios que pueden desencadenar enfermedades como la diabetes tipo 2, el hígado graso, problemas cardiovasculares y, a largo plazo, deterioro cognitivo.

De acuerdo con el Dr. Andrew Freeman, especialista en prevención cardiovascular, la grasa visceral es un marcador de múltiples riesgos de salud, aun en quienes aparentan estar en forma. El fenómeno conocido como “skinny fat” —personas con peso normal pero con alta proporción de grasa interna— evidencia que la salud no siempre se refleja en el espejo.

El impacto va más allá del metabolismo. La neuróloga preventiva Kellyann Niotis advierte que este tipo de grasa libera compuestos inflamatorios que aceleran la atrofia cerebral y favorecen la aparición de placas beta-amiloides y ovillos de tau, señales asociadas con la enfermedad de Alzheimer, incluso desde los 40 o 50 años.

¿Cómo saber si la grasa visceral está fuera de control? La medida de la cintura es un primer indicio: más de 88.9 cm en mujeres y 101.6 cm en hombres eleva el riesgo, según los CDC. La masa muscular también importa: quienes tienen más grasa que músculo tienden a acumular esta grasa profunda. Estudios como la DEXA o básculas con medición de grasa corporal pueden ayudar a evaluar estos indicadores.

La buena noticia: es reversible. Freeman insiste en un enfoque integral con ejercicio cardiovascular diario (como caminatas rápidas de al menos 30 minutos) y entrenamiento de fuerza con resistencia. Ejercicios como desplantes, sentadillas, lagartijas y peso muerto movilizan grandes grupos musculares, aceleran el metabolismo y estimulan hormonas que mejoran la composición corporal.

Una alimentación basada en plantas, como la dieta mediterránea, también es clave. Rica en frutas, vegetales, granos enteros, aceite de oliva y pescado, esta dieta ha demostrado reducir la grasa abdominal y el riesgo de muerte por enfermedades crónicas, especialmente en mujeres.

El ayuno intermitente —comer solo durante una ventana de seis horas al día— puede ser un complemento efectivo, aunque no es apto para todos. La combinación de alimentación natural, entrenamiento funcional y periodos de ayuno puede “hacer magia” en la reducción de grasa visceral, señala Freeman.

En resumen, mantener el músculo, eliminar alimentos ultraprocesados, moverse cada día y reorganizar los horarios de comida no solo combate la grasa abdominal profunda, sino que extiende la salud física y mental hacia el futuro. Porque el verdadero “elixir de la juventud” no se compra: se construye con hábitos.

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