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SAT logrará la recaudación fiscal para próximo año.

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Ciudad de México.— El Servicio de Administración Tributaria (SAT) logrará la recaudación fiscal prevista para el próximo año gracias a una mayor fiscalización de contribuyentes y a un trabajo del nuevo jefe de esta autoridad enfocado en grandes contribuyentes, dijo Héctor Amaya, vicepresidente general del Instituto Mexicano de Contadores Públicos (IMCP).

«Definitivamente seguimos pensando que 2023 será de buena recaudación pese a que será complicado para la economía nacional e internacional», afirmó en conferencia de prensa en el contexto de la 99 Asamblea Convención Nacional del Instituto.

De acuerdo con el Paquete Económico 2023, se espera que en dicho ejercicio fiscal se obtengan 4 billones 620 mil millones de pesos por ingresos tributarios, un incremento real de 9.9 por ciento en comparación con el monto estimado para este año.

Explicó que la estimación de que esta meta de recaudación se logre está basada en que el SAT cuenta con herramientas tecnológicas que le permiten fiscalizar a los contribuyentes.

«Todos los medios que hoy tiene, la factura electrónica, todas las declaraciones informativas, todo aquello que en el momento inmediato en que estás realizando (una operación), le da información a la autoridad fiscal y la pone en contexto de poder fiscaliza de manera muy efectiva sin tanto costo», dijo.

Asimismo, con el nombramiento de Antonio Martínez Dangino como jefe del SAT se espera que trabaje particularmente en esta área debido a que fue titular de la Administración General de Grandes Contribuyentes, aseveró.

«Viene precisamente de esa área y consideramos que va a trabajar mucho en ella», comentó.

Adicionalmente, consideró, el SAT seguirá contactando a los contribuyentes cuando detecte discrepancias en el pago de impuestos con el objetivo de lograr más fiscalización.

México

Senado aprueba Ley General de Aguas en medio de acalorado debate y críticas de oposición

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El Senado mexicano aprobó este jueves, con 85 votos a favor y 36 en contra, el proyecto de decreto que expide la Ley General de Aguas y reforma diversas disposiciones de la Ley de Aguas Nacionales, en un contexto de creciente presión sobre los recursos hídricos del país por sequías, conflictos por concesiones, crecimiento urbano y alta demanda del sector agrícola.
La minuta fue remitida al Senado por la Cámara de Diputados, que la aprobó tras 24 horas de acaloradas discusiones. La iniciativa deriva de una propuesta de la presidenta Claudia Sheinbaum para regular el derecho humano al acceso, disposición y saneamiento del agua, así como priorizar su consumo humano y doméstico ante autorizaciones, permisos, concesiones y asignaciones del recurso.
El senador Óscar Cantón Zetina, de Morena, aseguró que el centro de este proyecto es la persona y no los grandes acaparadores de agua, pues se crea un trinomio virtuoso entre tierra, agua y gente. Afirmó que la legislación es la mayor aliada de los productores y campesinos de México, ya que elimina la visión mercantilista del agua y la regresa a su dueño legítimo, que es el pueblo de México.
La senadora del PAN, Verónica Rodríguez, señaló que esta reforma convierte el agua en un instrumento de manipulación política y electoral. Apuntó que le da al gobierno federal la posibilidad de decidir de manera discrecional quién mantiene su concesión, quién la pierde, a quién le reducen volúmenes de agua y a quién sí le permiten operar, lo que demuestra que es peligroso para la democracia, el campo, la seguridad alimentaria y las familias.
Carolina Viggiano, del PRI, advirtió que el proyecto no contó con estudios económicos ni presupuestales, no cuenta con análisis de impacto financiero y tampoco se asegura inversión para la infraestructura, operación ni vigilancia de los sistemas de agua. Además, señaló que no se consultó a los pueblos originarios.
Luis Donaldo Colosio, de Movimiento Ciudadano, indicó que los cambios abren la puerta a más control gubernamental sin contrapesos reales, a más trámites y a más incertidumbres para el campo mexicano. Afirmó que se concentran atribuciones en la Comisión Nacional del Agua sin reglas claras, crece el riesgo de arbitrariedad, corrupción, favoritismos y castigo político, además de que se crea incertidumbre en la asignación de derechos y volúmenes, lo que desincentiva la inversión, la tecnificación y frena proyectos.
La nueva Ley General de Aguas establece que las concesiones para el uso del vital líquido no podrán ser intercambiadas entre particulares, con la obligatoriedad de que sea la Conagua la que las distribuya de nuevo.
La discusión y aprobación en las Cámaras de Diputados y Senadores ocurre en un contexto donde el sector agrícola consume cerca del 75 por ciento del agua disponible para consumo en el país.

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