Las asistencias y faltas de los profesores se registran a mano en un libro todos los días. Cada director tiene entre sus funciones revisar ese libro de registro de los docentes.
Sin embargo, es hasta fin de mes cuando el director hace un reporte al respecto en computadora y se lo entrega al supervisor escolar, quien atiende entre 20 y 70 planteles.
De ahí, todavía pasa por dos manos más: el jefe de sector, a quien el supervisor le entrega su informe, y el director de personal, quien finalmente registra las asistencias y faltas en el sistema de gestión escolar.
Docentes que no asisten a clases reciben los descuentos hasta dos meses después de su falta. Algunos no se presentan a las aulas por participar en protestas en distintas partes del País.
Foto: Archivo / Reforma
Una vez que el supervisor tiene todas las incidencias de personal de las escuelas, elabora otro reporte, Incidencias de Personal por Escuelas, el cual hace en computadora, imprime y entrega en la dirección de secundarias, se hace el mismo procesos, y lo manda al departamento de personal de la Secretaría.
Este largo camino burocrático se realiza no sólo a mano, sino que la entrega física de los oficios correspondientes también debe hacerse en persona, pues requiere de la firma de recibido del superior jerárquico y el sello.
Los supervisores se trasladan con sus propios recursos a las escuelas y, en ocasiones, sólo pueden asistir a los planteles una vez al mes, pues ésta es sólo una de las decenas de actividades administrativas que les exige el sistema.
José Ángel Pescador, ex Secretario de Educación Pública, aseguró que desde que él fue director de primaria, en 1965, la asistencia de los maestros se registra a mano en un cuaderno.
«Todo se hacía a mano, desde la asistencia de los alumnos, los reportes a la autoridad educativa, hasta las inasistencias de los maestros.
«El registro se llevaba a mano, se hacía en cuadernos, y luego las inasistencias se vaciaban a los oficios a mano porque no había computadoras», expresó.
En la actualidad, algunos tramos del proceso se hacen en forma computarizada.
«La SEP nos pide el reporte de las incidencias del personal cada mes; tengo que reportarlo en los cinco primeros días del mes siguiente, porque los maestros que faltaron tienen un mes para presentar la justificación de la falta.
«El director tiene la obligación de solicitar por escrito al maestro la justificación de su inasistencia», explicó José Fernando Torres supervisor en Sinaloa.
Explicó que la única forma de justificar una inasistencia es con una incapacidad médica del ISSSTE, o una comisión de la Secretaría de Educación.
También, señaló, por costumbre algunos maestros pueden presentar un justificante del Sindicato.
Este largo camino burocrático abre la puerta a darles la vuelta a las faltas, aseveraron a REFORMA directores, supervisores y maestros.
«Si un director te quiere ayudar, no registra la falta», afirmó la profesora Magdalena Pulido, de la escuela Josefa Ortiz de Domínguez ubicada en Orizaba, Veracruz.
Pulido se precia de ser una de las muchas maestras que no faltan a la escuela.
«Creo que habré faltado como 10 veces en toda mi carrera, llevo 25 años de dar clases y no lo hago porque faltar un día a clases pone de cabeza no sólo al director, sino a tus alumnos que se pierden, luego les cuesta agarrar de nuevo el ritmo o se distraen porque no le entendieron al maestro que te suplió o de plano hay que repasar todo de nuevo, en fin, para mí no es una opción», expresó.
El director Javier Delgado, de la secundaria Constitución de 1917 de Puebla, contó que cuando un docente falta, busca entender las razones de dicha ausencia.
«Muchas veces nos avisan que no podrán asistir a la escuela y uno conoce al maestro: si verdaderamente sabemos que es muy trabajador, pues se la perdonamos; si no, pues sí le contamos la falta».
No todos avisan, aclaró.
«Algunos no avisan, pero uno conoce a los maestros y ya sabe».
Francisco Bravo, director de la escuela primaria Leonardo Bravo, hace dos semanas faltó a clases porque decidió unirse a la protesta nacional de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) en contra de la reforma educativa.
«Aquí está todo más controlado y tecnificado. Un día antes de la marcha (del 24 de junio) de la dirección operativa nos mandan a los directores un oficio por correo electrónico para que informemos sobre la inasistencia del personal.
«En este caso supieron el mismo día en que faltamos y el descuento tardará una quincena a lo mucho», explicó.
Dijo que desde el ciclo escolar pasado las incidencias de personal se registran por computadora.
En Coahuila, comentó el supervisor José Manuel Gutiérrez, prácticamente no se registran faltas porque al final del año los maestros tienen una prestación, el bono de 10 días de salario por puntualidad y asistencia.
En febrero de este año, dijo, comenzó a operar un nuevo sistema informático para el registro de incidencias de personal, que tiene que hacer el director del plantel; pero las asistencias de los maestros siguen registrándose a mano en la libreta.
Para Gutiérrez debería buscarse otro procedimiento para el registro de asistencias de personal en las escuelas.
«Un procedimiento que digitalice la entrada y la salida del personal, con un sistema de cómputo, pero no se ha modificado; salvo porque en febrero los directores tienen que registrar en un sistema las incidencias de personal», expresó.
Pone ‘El Mayo’ ultimátum: me repatrian o el colapso
Ismael «El Mayo» Zambada, líder de Cártel de Sinaloa, exigió al Gobierno de México que reclame a Estados Unidos su repatriación porque, de no hacerlo, la relación entre los dos países sufrirá un «colapso».
Juan Manuel Delgado González, asesor jurídico de Zambada en México, confirmó que la petición fue presentado ayer en el Consulado General de México en Nueva York un escrito al que tuvo acceso Grupo Reforma y donde Zambada exige que lo defienda el gobierno.
Debe intervenir (el gobierno) a fin de que el presente asunto no resulte en un colapso en la relación bilateral entre ambos países, puesto que no se debe de perder de vista la irregular e ilegal manera en que el suscrito fui puesto a disposición de las autoridades de los Estados Unidos de América».
En julio del 2024, Zambada fue engañado por Joaquín Guzmán López, hijo de «El Chapo» Guzmán, fue secuestrado para llevarlo a Texas donde enfrenta cargos por delincuencia organizada, homicidio, narcotráfico en gran escala y lavado de dinero, entre otros.
En la solicitud de asistencia consular, el capo señala que si no se interviene en favor de sus derechos, políticos y funcionarios mexicanos también pueden ser secuestrados y trasladados ilegalmente al país vecino.
Por lo anterior, expresa que la respuesta del Estado mexicano «no es opcional», porque tiene la obligación ineludible de defenderlo.
«Si el Gobierno de México no actúa, el suscrito seré condenado a pena de muerte sin lugar a ninguna duda y además esto constituirá un precedente peligroso que permitiría que en cualquier momento cualquier gobierno extranjero pudiera de manera impune violentar nuestro territorio y soberanía, interviniendo para la detención de cualquier persona, incluso políticos o funcionarios del Gobierno, para ser trasladados a la jurisdicción norteamericana sin que nada suceda», manifiesta.
«Exijo y demando que el Estado mexicano cumpla con su obligación ineludible de intervenir de manera inmediata, contundente y sin margen de discrecionalidad para exigir formalmente a los Estados Unidos de América garantías y seguridades absolutas, plenas, vinculantes e irrevocables de que no se me impondrá ni se ejecutará la pena de muerte en su jurisdicción. Esta exigencia no es opcional, ni puede ser interpretada como una cuestión de oportunidad política o diplomática».
El documento firmado por Zambada advierte que, de no haber una exigencia categórica y formal de sus garantías, «constituiría una traición al sistema jurídico mexicano» y al deber del Estado de garantizar la seguridad de sus ciudadanos, sin excepción alguna.
«En este contexto, en cuanto hace a mi asunto en particular, resulta una obligación del Estado Mexicano: presentar una protesta formal ante las autoridades estadounidenses, señalando la violación del Tratado (de México y Estados Unidos para prohibir los secuestros transfronterizos) y exigiendo el respeto a la soberanía mexicana y al debido proceso legal», señala.
Solicitar la repatriación inmediata de mi persona, argumentando que mi traslado fue ilegal y que cualquier proceso judicial en mi contra debe llevarse a cabo en México, conforme a las leyes nacionales y los acuerdos internacionales vigentes».
En una parte de su escrito, el líder del Cártel de Sinaloa requiere al Gobierno de México para que pida a los estadounidenses un informe detallado de las circunstancias de su secuestro y traslado, identificando quiénes permitieron su entrada a la Unión Americana y bajo qué base legal.
También, que le informen la identidad de las personas involucradas en su traslado, tanto del lado estadounidense como del lado mexicano.
La razón por la que alega que el Gobierno federal debe exigir la cancelación del proceso al que está sometido en Nueva York, es precisamente porque el procedimiento tiene como origen su secuestro y traslado ilegal a la Unión Americana.
«Esta exigencia no es una cuestión discrecional ni sujeta a consideraciones políticas o diplomáticas», dice.