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Sigue la dinastía Beatles

CIUDAD DE MÉXICO, 4 de abril.- Lejos de morir, la leyenda de The Beatles, se enriquece a cada instante.

Ahora será James McCartney, el hijo de Paul, quien inyecte vida a la desaparecida banda inglesa, pues planea, junto con los hijos de John Lennon, George Harrison y Ringo Starr, formar un nuevo grupo que continúe la dinastía musical iniciada por sus progenitores.

Lo anterior fue declarado por primera vez por James a la página de BBC, quien de inmediato convirtió sus palabras en uno de los deseos más soñados por fanáticos del Cuarteto de Liverpool alrededor del mundo.

James McCartney, incluso, afirmó que junto a Sean
Lennon, Dhani Harrison y Zak Starkey han discutido la idea de formar The Beatles–The Next Generation (The Beatles–La nueva generación), lo que reviviría el legado de manera inmediata.

“Yo estaría disponible”, dijo el músico de 34 años, quien está comenzando una carrera de cantante y guitarrista en solitario.

“Sean parecía interesado, Dhani también.”

Agregó que Starkey parecía menos entusiasta, pero que “con un poco de suerte” el grupo podría ver la luz.

Los cuatro han seguido los pasos de sus padres y se han lanzado con más o menos éxito en carreras musicales en solitario.

Sean Lennon, quien vive en Nueva York, canta y compone,   mientras que Dhani Harrison es el líder de la banda londinense Thenewno2.

Zak Starkey es baterista como su padre Ringo Starr y ha tocado con grupos como The Who y Oasis.

Portales de noticias, páginas de música y blogs en general, se han dedicado a esparcir la noticia por la red, generando todo tipo de reacciones, pues también existen los detractores de la idea.

“No funcionaría”

Manuel Guerrero, especialista en la banda inglesa, dudó sobre la concreción del proyecto y aseguró que de suceder, la idea tendría más personas en contra que a favor.

“Si en los setenta el reencuentro no hubiera funcionado, con los hijos menos.

“Me gustaría saber cómo sonarían, sería interesante para ver qué nos ofrecen, porque cada uno tiene una idea muy clara de la música que hacen, pero nunca podrían hacer lo de sus papás; eso es algo irrepetible”, detalló el conductor de La hora de Los Beatles, que se transmite de lunes a viernes, de 8:00 a 9:00 horas, por Universal Stereo (92.1 de FM) .

Precisó que de la “nueva generación” el único que le parece interesante musicalmente es Julian Lennon y no Sean, porque tiene un toque “más sesentero, como el de su padre”.

Incluso aconsejó que todo el material fuera inédito, para intentar salvar, en lo posible, las comparaciones con sus padres.

De Zak Starkey, recordó que tal vez su renuencia a unirse responde a que no fue Ringo (su padre), sino su padrino Keith Moon, quien le enseñó a tocar la batería y a quien sustituyó a la postre en bandas como Oasis o The Who.

Lo que es un hecho, es que ninguno de los involucrados en la banda lo haría por dinero, pues ése es un bien del que evidentemente no carecen. Con ese antecedente, su reencuentro será meramente una experiencia musical, un experimento que desde ahora desata apasionadas reacciones.

“Les puedo asegurar que el encuentro sería por el puro gusto, pues todos ellos tienen la vida asegurada por varias generaciones.

“Lo mismo pasa con Ringo y con Paul, siguen en la música porque les gusta y sus hijos lo harían porque quieren destacar también”, concluyó Guerrero, quien está más que listo para los conciertos que McCartney ofrecerá en el Estadio Azteca el 8 de mayo próximo.

Mejor que The Beatles

James McCartney, que se parece mucho físicamente a su padre, dijo que “soñó con ser mejor que The Beatles. No estoy seguro de poder hacerlo. En el mejor de los casos, me encantaría ser igual que The Beatles, pero incluso eso es duro”, reportó la BBC.

El joven McCartney ofreció un concierto el martes por la noche en el famoso The Cavern Club de Liverpool, la ciudad del noroeste de Inglaterra donde la banda tocaba con regularidad en 1961.

Sus dos discos (EP’s) han sido coproducidos por su padre, quien a pesar de sus 69 años no parece querer retirarse e incluso sacó recientemente un nuevo álbum Kisses on the Bottom.

PARA SABER

The Cavern Club El lugar, ubicado en el número 10 de Mathew Street, fue el primero en abrirle las puertas a The Beatles.

Por ese sitio de culto también han pasado estrellas como Elton John, The Rolling Stones
o The Who.

The Beatles, sin duda la agrupación más influyente en la historia de la música, se desintegró en 1970 y a pesar de los rumores nunca más se volvieron
a reunir.

 

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Revive la espectacular inauguración de los juegos olímpicos de Paris 2024

Con el Sena como escenario y el espectáculo aguado por la lluvia, París 2024 repasó los hitos de la historia de Francia siguiendo a un misterioso encapuchado que portaba la llama, con momentos de protagonismo para la Revolución, la literatura, el cine y un homenaje a mujeres como Simone Veil o Simone de Beauvoir.

El espectáculo concebido por Thomas Jolly se dividió en doce segmentos que se fueron sucediendo desde la salida de la delegación de Grecia, desde el puente de Austerlitz, a la cabeza de los 85 barcos que transportaron a las 205 delegaciones olímpicas.

La inspiración de ‘La vie en rose’ primero y Lady Gaga después, con un número de cabaret, fueron la primera gran actuación musical, antes de llegar entre acrobacias a la zona de la catedral de Notre-Dame (aún cerrada por la restauración del incendio que sufrió en 2019), con un guiño a la literatura de Victor Hugo y a su popular personaje Quasimodo.

‘Los miserables’, ‘La libertad guiando al pueblo’ y ‘La Gioconda’ -que a pesar de ser el cuadro mejor custodiado del Louvre, llegó a manos de los minions de la saga ‘Despicable Me’- fueron otras obras artísticas icónicas de la cultura francesa que tuvieron sus momentos de protagonismo a medida que el desfile cruzaba la ciudad.

Fue al paso del encapuchado (de aspecto similar al protagonista de la saga de videojuegos Assassin’s Creed) con la llama por la Conciergerie, un palacio donde estuvo prisionera María Antonieta, cuando sonaron las guitarras más potentes de la noche para recordar la Revolución francesa.

La voz de Marina Viotti y el grupo metalero Gojira se encargaron de recordar la ira del pueblo con la canción revolucionaria ‘Ah, ça ira’, en uno de los momentos más vibrantes del espectáculo.

La lírica la puso después la ópera ‘Carmen’, del francés Georges Bizet, y también la mezzosoprano Axelle Saint-Cirel al cantar el himno de Francia, ‘La marsellesa’, desde el tejado del imponente Grand Palais, que ha sido restaurado para poder acoger varias de las pruebas olímpicas de París 2024.

Ese momento solemne se aprovechó para homenajear a grandes mujeres de la historia, como la escritora e icono feminista Simone de Beauvoir, la política Simone Veil (que impulsó la legalización del aborto en Francia), la cineasta Alice Guy o la pionera del deporte femenino Alice Milliat.

La moda, el cine y la francofonía

La lengua de Molière también tuvo su espacio con la actuación de la franco-maliense Aya Nakamura (la artista más escuchada actualmente en francés en todo el mundo), que interpretó dos de sus grandes éxitos acompañada por la Guardia Republicana ante el Instituto de Francia.

La moda, con un desfile de talentos emergentes -para no olvidar que París es la gran pasarela mundial y capital de la alta costura- , y un recordatorio de la invención del cine por parte de los hermanos Lumière fueron otros pasajes destacados de la noche.

Más internacional fue el capítulo dedicado a Europa al ritmo de ‘The Final Countdown’ (del grupo sueco Europe) y el mensaje de paz que lanzó desde una isleta artificial la cantante Juliette Armanet con una versión de ‘Imagine’.

Un caballero plateado que hizo todo el recorrido a galope sobre el agua -cuando los últimos atletas habían llegado ya a la parada final, el puente de Jena entre la torre Eiffel y los jardines del Trocadero- sirvió en la recta final para hacer repaso de la historia del olimpismo moderno, que también tiene raíces francesas gracias al barón Pierre de Coubertin.

Ese jinete llevó la bandera de los cinco anillos para ser izada frente a la torre Eiffel antes de que se escuchara el himno olímpico, los discursos oficiales y la declaración de apertura, que correspondió como es tradicional al jefe de Estado del país anfitrión, en este caso Emmanuel Macron.

El encapuchado con la llama llegó justo después, para entregársela al futbolista Zinedine Zidane, quien a su vez se la entregó al tenista español Rafael Nadal -desatando un pequeño momento de locura en el Trocadero- para llevarla de vuelta hacia el museo del Louvre junto a otras tres leyendas del deporte: Serena Williams, Nadia Comaneci y Carl Lewis.

Fueron finalmente los franceses Marie Jose Perec y Teddy Riner los encargados de prender el pebetero, un globo aerostático que se elevó al cielo en Tullerías, mientras en lo alto de la torre Eiffel hacía su aparición triunfal la canadiense Céline Dion, cantando el ‘Hymne à l’amour’ de Edith Piaf, con un portentoso chorro de voz pese a la grave enfermedad neurológica que padece.

https://www.youtube.com/live/S7_0QuGodtE?si=4UG224KKUr8y0R5b

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