Policiaca

‘Soy rata’; marcan y pintan como payasos a pareja acusada de robo

Seis personas, entre ellas una mujer, acusados de robo, aparecieron en la avenida principal del municipio de Río Bravo amarrados con cinta gris y pintados del rostro como payasos.

Seis personas, entre ellas una mujer, aparecieron en la avenida principal del municipio de Río Bravo, en Tamaulipas, amarrados con cinta “teipe” gris, pintados del rostro como payasos, mientras que en la frente y el pecho les rayaron la leyenda de “soy rata”.

Los casos se registraron en la zona centro, en la calle Francisco I. Madero, misma que atraviesa toda la ciudad.

El primer caso es el de una pareja que fueron «encintados» a la base de un semáforo.

Previo a ser exhibidos, fueron grabados y en el video explicaron que su falta fue el haber robado el bolso a una mujer de la tercera edad.

“Pido mil disculpas a la señora, no andaba en mis cinco sentidos, andaba bajo las drogas, estoy muy apenado, mis respetos”, dijo un hombre que estaba pintado de la cara como payaso mientras que en la frente y pecho le pusieron “Soy Rata”.

La cómplice se identificó como Flor Magaly.

En la misma avenida también aparecieron, en fila, semidesnudos y sobre el camellón central, un total de cuatro jóvenes a los que se les acusa de asaltar camiones de transporte que salen de Río Bravo a Reynosa.

Al igual que los primeros, se les pintó de payaso, les amarraron las manos con cinta color plata y deambularon hacia el semáforo.

Dentro de una grabación que se dio a conocer en las redes sociales, uno se identificó como Jesús Daniel Alvarado Jauregui, de 19 años, mientras que otro dijo llamarse Giovanni “V”, de 17.

“Ya llevo varios robos con mi compañero en los autobuses, en esta última nos agarraron y nos perdonaron la vida y acepto que soy rata” dijo Geovanni.

Con ellos, ya van siete personas que han sido exhibidas de esta manera por ser responsables de robos domiciliarios, a negocios y asaltos en carretera.

Las acciones tomadas son achacadas al crimen organizado que opera en esa ciudad.

Se trata de un grupo perteneciente al Cártel Del Golfo y que en el mes de junio de este año estuvieron en el ojo del huracán debido a que participaron en la masacre de la ciudad de Reynosa, en la que ejecutaron a 15 personas inocentes, mientras que las autoridades abatieron a cuatro presuntos delincuentes.

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Increible

Desaparece en Disneyland y aparece días después en un bote de basura en Mexicali: el misterioso caso de Annie Encino

Una adolescente estadounidense de 16 años fue localizada con vida dentro de un contenedor de basura en Mexicali, Baja California, días después de haber desaparecido en el parque Disney California Adventure, en Anaheim. El caso ha despertado preocupación e interrogantes en ambos lados de la frontera, especialmente por el silencio mediático en México y las lagunas que aún rodean su cruce hacia territorio nacional.

Annie Kathleen Encino desapareció el pasado 20 de abril tras una discusión con su familia dentro del parque temático. Fue vista por última vez alejándose sola, lo que activó una Alerta Amber en Estados Unidos. Sin embargo, esa alerta nunca cruzó a territorio mexicano, dejando a la opinión pública del país sin conocimiento de su desaparición… hasta que la historia dio un giro tan insólito como alarmante.

Días después, una llamada anónima al 911 alertó a la policía municipal de Mexicali sobre la presencia de una menor dentro de un bote de basura. Al llegar al sitio, los oficiales encontraron a la joven en condiciones que no han sido detalladas, pero confirmaron su identidad. El consulado de Estados Unidos fue notificado de inmediato y su madre viajó a la ciudad fronteriza para identificarla y llevarla de regreso.

Hasta ahora, las autoridades mexicanas no han informado cómo fue que Annie cruzó la frontera sin documentos, sin acompañantes y sin ser detectada. Tampoco han revelado si fue víctima de trata, secuestro, abuso o si viajó voluntariamente con ayuda de terceros. La Fiscalía de Baja California mantiene abierta una investigación para esclarecer los hechos.

Lo que sí queda claro es que algo falló en los mecanismos de cooperación fronteriza. Ni la alerta internacional funcionó, ni hubo un protocolo binacional que permitiera actuar a tiempo. La aparición de una menor estadounidense en un contenedor de basura, en una ciudad donde los casos de desapariciones no son novedad, pone una vez más bajo la lupa la crisis de seguridad y el flujo irregular entre ambos países.

Mientras se esperan más detalles oficiales, el caso de Annie Encino evidencia que incluso en un entorno supuestamente seguro como Disneyland, la vulnerabilidad de los menores puede terminar en una historia digna de una serie policiaca.

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