La violencia en el futbol argentino parece no tener fin y suma ya una larga lista de 268 muertos por enfrentamientos y venganzas entre los “barrabravas” de los clubes, reportó hoy la asociación “Salvemos al futbol”.
El informe elaborado por esta reconocida asociación civil destaca que sólo durante este año han muerto 10 fanáticos, de los cuales el caso más reciente fue el de un hincha de River Plate, Miguel Angel Saucedo, fallecido el domingo pasado.
Los crímenes van desde peleas callejeras entre diferentes bandas a ataques individuales con palos, golpes, pistolas, cuchillos y piedras, y son resultado de la disputa por el control de las “barras”, es decir, las porras oficiales de cada equipo.
La larga historia de violencia en el futbol argentino está documentada desde el 2 de noviembre de 1924, cuando un seguidor de Boca Juniors mató a otro simpatizante luego de la final del campeonato sudamericano que disputaron aquí Uruguay y Argentina.
Desde entonces, el número de muertos fue en aumento sin que los clubes ni la Asociación del Futbol Argentino (AFA) tomara medidas serias para desterrar a los “barrabravas”, quienes, por el contrario, fortalecieron su papel.
Los “barrabravas” son considerados una especie de “Frankestein” del futbol argentino, ya que en principio los clubes los organizaron como una especie de grupo parapolicial para infiltrarlos en las zonas populares a fin de vigilar a los hinchas y evitar robos.
Con el tiempo, estos grupos fueron adquiriendo mayor poder porque las dirigencias les otorgaron la concesión para la venta de comida en los estadios o sus alrededores, el cuidado del estacionamiento y la venta de banderas, gorras y camisetas.
Cuando los “barras” comenzaron a presionar a los presidentes de los clubes, con amenazas de por medio, consiguieron también un margen de entradas para los partidos que vendían por su cuenta, consiguiendo así jugosas ganancias.
La cereza del pastel la obtuvieron con los viajes internacionales a los que son llevados como parte de las delegaciones oficiales de los equipos que disputan torneos en el extranjero, e incluso en los cotejos de la selección nacional en los mundiales.
En medio del renovado escándalo por el sangriento impacto de la violencia en el futbol local, el vocero de la AFA, Ernesto Cherquis Bialo, desligó a las instituciones de esta situación.
«El futbol es una víctima de la inseguridad, los integrantes de las barras no son hinchas, son delincuentes, algunos operan en salideras de bancos, otros en entraderas de casas, confunden a la gente y atormentan a los dirigentes», lamentó.
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