El jefe de la Misión de Supervisión de la ONU en Siria, Robert Mood, informó hoy que los observadores suspendieron sus actividades debido a la intensificación de la violencia en los últimos días y el alto riesgo en ese país.
“Debido al aumento de la violencia armada en Siria en estos últimos 10 días y de los riesgos significativos a los que nos enfrentamos, la misión de los observadores suspende sus actividades”, anunció Mood en un comunicado emitido en Damasco.
Según Mood, el aumento de la violencia armada “limita nuestra capacidad para observar, verificar e informar, así como para apoyar el diálogo local”, subrayó Mood, quien agregó que “básicamente impide nuestra capacidad de llevar a cabo nuestro mandato”.
Mood denunció que “la falta de voluntad por las partes de buscar una transición pacífica y el aumento de operaciones militares está provocando bajas en ambos bandos”.
«Civiles inocentes, hombres, mujeres y niños están siendo asesinados cada día”, apuntó.
Explicó que los 300 observadores dejarán de ejercer sus funciones de investigación y verificación de hechos “hasta nueva orden” y cada día se evaluará si la misión designada por el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) puede seguir o no con su trabajo.
La misión de observadores ha sido blanco de ataques en varias ocasiones y a la que hace unos días tropas sirias impidieron el paso para verificar acontecimientos en Hama.
Los observadores llegaron a Siria luego que el pasado 12 de abril el gobierno del presidente Bashar al-Assad se comprometió a cumplir con el cese al fuego, primer punto del plan de paz propuesto por el enviado especial de la ONU, Kofi Annan.
En aquel momento la oposición siria también se comprometió a un alto al fuego.
Sin embargo, siguieron los brotes de violencia hasta que la situación estalló de nuevo tras la masacre de Houla, que dejó más de 120 muertos, la mayoría menores de 10 años, y una segunda matanza en Hama, con un saldo de casi un centenar de muertos, incluidas mujeres y niños.
De acuerdo con cifras del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, la represión y los enfrentamientos entre el Ejército y los opositores al régimen han dejado al menos tres mil 353 muertos desde el 12 de abril.
Por su parte, el ministerio sirio de Relaciones Exteriores declaró en un comunicado de la agencia oficial Sana que «comprende» la decisión del jefe de los observadores de la ONU.
Culpó a «grupos terroristas armados de haber intensificado sus operaciones criminales, tomando como blanco sobre todo a los observadores de la ONU y amenazando sus vidas».
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