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Opinión

teclazos dominicables por Luis Ochoa Minjares

LA CARTA QUE PRENDIó
LA MECHA DE MADERA

ANIVERSARIO DE UN ACTO SUICIDA E INÚTIL

Luis Ochoa Minjares

El próximo 23 de septiembre se cumple el 50 aniversario del Asalto al Cuartel Militar de Ciudad Madera. Todavía después de cincuenta largos años de la osadía de un grupo de jóvenes, en su mayoría maestros y estudiantes normalistas, existen muchos puntos oscuros y flotan interrogantes: ¿qué impulsó a ese grupo de mozalbetes a remontarse en la sierra? ¿qué los indujo y motivó a buscar solución a problemas sociales por el camino de la violencia?

La explicación y parte de las respuestas a esas y a otras muchas interrogantes están contenidas en una dramática Carta Abierta dirigida al Presidente de la República y firmada por el profesor normalista y licenciado en derecho Guillermo Gallardo Astorga, director del Semanario «Indice», periódico de combate y agitación política, carta que dirigió desde una mazmorra de la Penitenciaría del Estado donde lo tuvo recluido el gobernador del Estado.

La incendiaria Carta dirigida al Presidente fue publicada el día 2O de Septiembre de l965 y su contenido enardeció el ánimo de la treintena de «guerrilleros» remontados en la sierra cercana a Ciudad Madera, y tres días después, el 23 del mismo mes y año determinaron entrar en acción con un acto suicida e inútil, donde murieron ocho muchachos y seis soldados.

Por su profundo contenido, por la vigencia de muchos de los hechos denunciados y en recuerdo del valiente periodista Guillermo Gallardo Astorga quien, como todos los periodistas de su estirpe murió misteriosamente asesinado, nos tomamos la libertad de transcribir el texto original del documento de referencia que es, además, una fuente para documentación de historiadores y de información para las nuevas generaciones:

«CARTA ABIERTA AL PRESIDENETE DE LA REPUBLICA:

«Soy un periodista de provincia, encarcelado en la Penitenciaría de Chihuahua por órdenes del Gobernador del Estado, Gral. Práxedes Giner Durán, por el único delito de decir la verdad en mi periódico «INDICE», sobre las arbitrariedades y errores garrafales cometidos por su administración estatal.

«En mi periódico he acusado al Gobernador Giner Durán de INEPTO, DESHONESTO, ARBITRARIO, MAJADERO y TORPE. No he hablado de memoria. El señor Gobernador de Chihuahua es:

«INEPTO, porque ha dilapidado seis millones novecientos mil pesos en la construcción del edificio de la Escuela Técnica Industrial que no ha podido poner a funcionar porque no tiene dinero para equiparla. Además, la Escuela Técnica Industrial, duplicaría en realidad las carreras ya existentes en el Instituto Tecnológico de Chihuahua. El edificio de la Escuela Industrial está abandonado, sin uso alguno ni beneficio para nadie.

«INEPTO, porque hace cuatro meses firmó un convenio con el magisterio de Chihuahua que deja al Estado sin recursos para la ejecución de obras públicas. Los maestros pedían un aumento que ascendía a 12 millones de pesos. El Gobernador Giner que en un principio se negó a conceder un sólo centavo de aumento, firmó de buenas a primeras un convenio en el cual entrega al magisterio treinta millones de pesos. Ahora alega que ni siquiera supo del contenido del documento que le dieron a firmar.

«INEPTO porque ha dejado perder la enorme inversión hecha en la construcción del primer tramo de la carretera Chihuahua-Ojinaga, para cambiar a su antojo el trazo de dicha carretera, haciendo que pase por su pueblo natal, ciudad Camargo. Se asegura que el señor Gobernador intentaría, si le fuera posible, cambiar el trazo de la carretera Juárez-México, para hacerla pasar por el rancho de su propiedad situado en las cercanías de Camargo.

«INEPTO porque ha sido incapaz de integrar, en tres años de gobierno, un verdadero equipo de colaboradores. En los primeros 30 meses de su administración realizó los siguientes cambios de funcionarios: Secretario General de Gobierno dos veces, Tesorero General, Oficial Mayor, Secretario Particular, Subtesorero, Recaudador de Rentas, Jefe de los Departamentos de Educación, Gobernación y Agricultura, jefe de la Policía Judicial, Procurador General de Justicia, Jefe de la Oficina Estatal de Profesiones. Jefe de la Junta Central de Conciliación y Arbitraje. Y por si fuera poco ha despedido a empleados secundarios sin razón alguna. En 30 meses de trabajo no ha sido capaz de integrar siquiera un equipo de colaboradores.

«INEPTO, porque lejos de evitar una crisis política en Ciudad Juárez, hizo solicitar licencia al Presidente Municipal de esa población; llamó al Presidente Municipal substituto a quien mantuvo solo unos meses y desde enero pasado hizo nombrar Presidente Municipal al Primer Regidor.

«INEPTO porque lejos de propiciar la solución del problema agrario de Chihuahua se ha aliado vergonzosamente con la casta latifundista que explota al campesino de nuestro Estado. El señor General Giner Durán actúa más bien como ganadero o latifundista que como Gobernador del Estado.

INEPTO porque ordenó la clausura de los internados para estudiantes de la Escuela de Artes y Oficios, de la Normal del Estado y de la Industrial para Señoritas. Luego trató de subsanar su error y creó un sistema de becas, que le cuestan más que el mantenimiento de los internados clausurados. Ahora los estudiantes se encuentran además, sin ningún control en las casas donde se asisten.

«INEPTO porque ha permitido que 202 maestros que terminaron su instrucción profesional en julio pasado, se encuentren actualmente sin trabajo y en actitud de protesta permanente. El lesivo convenio que firmó «sin darse cuenta» con el Magisterio del Estado, le impide ahora ocupar a los 202 maestros que durante seis años estudiaron para ocupar una plaza a la cual tienen derecho.

«INEPTO porque ha abandonado su papel de gestor de obras ante el Gobierno Federal. El señor Gobernador permanece en Chihuahua o en su rancho ganadero de Camargo durante largas temporadas. Baste decir que no fue a la ciudad de México durante los primeros nueve meses del año en curso. Ni siquiera a principios del año, cuando las Secretarías de Estado formulan sus presupuestos. En esas circunstancias nada ha pedido ni nada hará para interesar al Gobierno Federal para realizar obras en Chihuahua.

«INEPTO porque en su último informe de Gobierno trató de impresionar a la opinión pública adjudicando a su administración los méritos que sólo corresponden al gobierno Federa en la ejecución de algunas obras públicas, realizadas por dependencias del gobierno federal sin que mediara gestión alguna del gobierno del Estado.

«El Gobernador Giner Durán, es además deshonesto porque adjudicó el contrato para la construcción de la Escuela Técnica Industrial a la Compañía LEMARC, S. A, que representa su protegido el señor Francisco Muñoz. Que se pregunte a la LEMARC qué porcentaje tuvo que ceder para que se le diera el contrato de la obra mencionada.

«DESHONESTO, porque mantiene contra viento y marea a su yerno el Sr. Carlos Garza como Proveedor General del Estado. Por la Proveeduría se hacen todas las compras de materiales que el gobierno utiliza. Que se pregunte al comercio local y nacional qué porcentaje tiene que ceder a favor de Garza, en ocasiones aumentando el precio, en perjuicio del Estado, para poder pagar el porcentaje que exige el yerno del señor Gobernador.

«DESHONESTO, porque en la construcción de un palacete medieval en Camargo, está utilizando los mismos materiales que se compraron para la Escuela Técnica Industrial. Esto se puede comprobar fácilmente.

«ARBITRARIO, porque en sucesivas ocasiones ha mantenido encarcelados a los siguientes ciudadanos que han criticado sus actos de gobierno:

«Alvaro Ríos, honesto dirigente campesino; Hilario Cardona, estudiante de la Escuela Normal del Estado; Guillermo Rodríguez Ford, maestro normalista. Ahora yo estoy encarcelado en la Penitenciaría del Estado por denunciar la verdad que priva en Chihuahua.

«El señor Gobernador Giner es además majadero. Díganlo si no estas expresiones personales de Giner, vertidas en su carácter de Primera Autoridad del Estado y recogidas por algunos diarios locales:

—«Para qué quieren internado los estudiantes, si les gusta irse a dormir al campo con los campesinos».

—«Las maestras nos piden permiso con goce de sueldo a cada rato, para tener sus hijos, legítimos o ilegítimos, que de los dos les gusta tener…»

—«En el Departamento Agrario no distinguen un toro de una vaca, porque en el Departamento Agrario trabajan puros gueyes y mañosos».

—«Yo no soy político, porque todos los políticos mexicanos son puros ladrones…»

«Este anecdotario, señor Presidente, del que pueden dar fe los periodistas locales y los mismos Diarios y la opinión pública, podrían seguir hasta el cansancio, pero para muestra basta con estos botones.

«El señor gobernador es además torpe porque cerró las puertas de la ley a un grupo de jóvenes maestros y les abrió en cambio las puertas de la inconformidad. En la Sierra de Madera, se encuentran remontando un grupo de jóvenes de 25 años, románticos y soñadores, que están intentando practicar la guerra de guerrillas. El General Giner se negó a escucharlos cuando una y otra vez acudieron ante él para denunciar los crímenes y atropellos cometidos por los caciques José Ibarra y Tomás Vega P.

«El gobernador Giner con sus torpezas y falta de sentido común, los obligó a remontarse en la Sierra de Madera. Luego puso precio a sus cabezas y comisionó a dos grupos de Agentes de la Policía del Estado para que los aprehendieran y asesinaran. El grupo encabezado por el profesor Arturo Gámiz le dió una lección a los polizontes del señor Gobernador. Los sorprendió y los desarmó. Se quedaron con sus armas y los despacharon a pie y en calzoncillos a pedir auxilio.

«Las guerrillas armadas que existen en la Sierra de Madera, han sido creadas por la actitud torpe, insolente y majadera del señor Gobernador del Estado, General Giner. Este grupo de jóvenes que perdonaron la vida a quienes iban a asesinarlos, no se han levantado en armas en contra del Gobierno Federal, su gesto es una protesta contra la actuación del Gobernador del Estado General Giner. Es pues el mismo gobernador el progenitor de esta situación de intranquilidad y desasosiego que impera en nuestra Entidad desde hace tres años.

«El General Giner deshonra además su grado de General de división y el uniforme del Ejército Mexicano. Mentira que en Chihuahua se vilipendie al Ejército. Mentira que el pueblo se burle de nuestros abnegados juanes. La deshonra del Ejército es el General Giner y si existe el peligro de que el pueblo generalice extendiendo la burla de que se hace objeto al General Giner a todos los generales del Ejército, la responsabilidad es de Giner Durán y no del pueblo.

«Que se pregunte a los Generales Antonio Romero, Antonio Gómez Velasco o Tiburcio Garza Zamora, si en alguna ocasión un campesino o un maestro les faltó al respeto debido a su cargo de primeras autoridades militares o a su grado de divisionarios.

«Señor Presidente de la República:

«Estoy preso en la Penitenciaría del Estado por un acto de arbitrariedad del Gobernador Giner Durán. No pienso fugarme. Si algo me ocurre, no fue intento de fuga, sino por órdenes del Gobernador Giner Durán.

Estoy preso en la Penitenciaría del Estado. No pienso provocar ni aceptar ninguna riña con los reclusos. Si algo me ocurre, no fue en riña, sino por órdenes del gobernador Giner Durán.

Estoy preso en la Penitenciaría de Chihuahua. No estoy abatido ni pienso suicidarme. Si algo me ocurre no será suicidio, sino asesinato por órdenes de Giner Durán.

«Señor Presidente de la República:

«Si viene usted a Chihuahua, pregunte a los campesinos, a los maestros, a los hombres de negocios, al hombre de la calle, quién es el responsable de la situación que existe en Chihuahua. Todos le darán la misma respuesta, el responsable es Giner Durán.

«Curiosamente el único apoyo de que parece disfrutar el gobernador Giner Durán, proviene del sector más reaccionario de Chihuahua, de aquel que tradicionalmente ha militado en la oposición política. Piensa la oposición dar la batalla política más importante de su existencia en las elecciones constitucionales de 1968, aprovechando el clima y las circunstancias de los errores del gobernador Giner Durán.

«Ya lo hicieron una vez, señor Presidente. En 1956, la bandera de la oposición política fueron los errores cometidos por la administración del entonces gobernador Soto Maynez, depuesto por el pueblo de Chihuahua y por el gobierno federal en 1955.

«El gobernador Giner Durán está fortaleciendo con sus yerros y torpezas la actuación de la contrarrevolución. En las elecciones de Presidentes Municipales que se celebraron en julio pasado, por primera vez Acción Nacional ganó las elecciones en los Municipios de Aldama y Santa Bárbara. Si no se pone remedio ahora, dentro de tres años se perderán más municipios y estará en riesgo la misma gubernatura del Estado.

«Señor Presidente de la República:

«Recluido en una crujía de la Penitenciaría del Estado, acudo a usted para formular una sola petición, ni siquiera pido mi libertad o la destitución de
Giner Durán.

«Señor Presidente, solo le pido que investigue los hechos que denuncio en esta carta abierta. Si son ciertos, póngales remedio. Si son falsos, le pido que me consigne a las autoridades correspondientes por los delitos en que haya incurrido.

«Espero su alta decisión en la Penitenciaría de Chihuahua. A 20 de septiembre de 1965.

«Lic. Guillermo Gallardo Astorga, Director del Semanario «Indice», un periódico sin cadenas».

* * *

Años después, durante el gobierno del licenciado Oscar Flores, el periodista Guillermo Gallardo Astorga murió misteriosa, cobarde e impunemente asesinado de un bayonetazo en el cuello que le seccionó la yugular.

Durante los funerales, Jesús Manuel González Raizola, Premio Nacional de Periodismo dijo una sentida oración fúnebre en la que deslizó una frase que quedó grabada para siempre en la memoria colectiva de los chihuahuenses: «es extraño que en este funeral donde no hay una sola ofrenda, se perciba un penetrante olor a flores».

Como todos los años, se recuerdan estos hechos montando una exposición fotográfica alusiva al Aniversario del levantamiento armado donde perdieron la vida los guerrilleros Arturo Gámiz García, Emilio Gamiz García, Pablo Gómez Ramírez, Miguel Quiñones Pedroza, Oscar Sandoval Salinas, Arturo Escobel Gaytán, Salomón Gaytán Aguirre y Rafael Martínez Valdivia.

En esta exposición suelen incluirse ejemplares del Semanario «Indice, Un Periódico Sin Cadenas», en cuyas páginas se publicó esta Carta Abierta al Presidente Díaz Ordaz que influyó en la osada decisión del grupo de guerrilleros de asaltar el cuartel militar de Madera, quienes después de cinco décadas son recordados como los «Mártires de Madera».

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  • Gilberto Ordóñez Chávez
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Opinión

Los muros que lloran: las redadas y el alma chicana. Por Caleb Ordoñez Talavera

En el norte de nuestro continente, justo donde termina México y comienza Estados Unidos, hay una línea invisible que desde hace décadas divide más que territorios. Divide familias, sueños, culturas, idiomas, economías… y últimamente, divide también lo humano de lo inhumano.

Esta semana, Donald Trump —en una etapa crítica de su carrera política, con una caída notoria en las encuestas, escándalos judiciales y un sector republicano que empieza a verlo más como un riesgo que como un líder— ha regresado a una vieja y efectiva estrategia: la del miedo. El expresidente ha lanzado una ofensiva pública para prometer redadas masivas contra migrantes, deportaciones “como nunca antes vistas” y políticas de “cero tolerancia”.

La razón no es nueva ni sutil: apelar al votante blanco conservador que ve en el migrante un enemigo económico y cultural. Ese votante que, ante la inflación, la violencia armada o el desempleo, prefiere culpar al que habla español que exigirle cuentas al sistema. En medio del descontento generalizado, Trump no busca soluciones reales, busca culpables útiles. Y como en otras épocas oscuras de la historia, los migrantes —sobre todo los latinos, sobre todo los mexicanos— vuelven a ser carne de cañón.

Pero hay una realidad más profunda y más dolorosa. Quien ha vivido el cruce, legal o no, sabe que la frontera no es sólo un punto geográfico. Es una cicatriz. Las políticas migratorias —de Trump o de cualquier otro mandatario— convierten esa cicatriz en una herida abierta. Cada redada, cada niño separado de sus padres, cada deportación arbitraria, no es solo una estadística más. Es una tragedia personal. Y más allá de lo político, esto es profundamente humano.

En este escenario, cobra especial relevancia la figura del “chicano”. Este término, que nació como una forma despectiva de llamar a los estadounidenses de origen mexicano, fue resignificado con orgullo en los años 60 durante los movimientos por los derechos civiles. El chicano es el hijo de la diáspora, el nieto del bracero, el hermano del que se quedó en México. Es el mexicano que nació en Estados Unidos y que, aunque tiene papeles, no olvida de dónde vienen sus raíces ni a quién debe su historia.

Los chicanos son fundamentales para entender la cultura estadounidense moderna. Están en las universidades, en el arte, en la política, en la música, en los sindicatos. Y sin embargo, cada redada, cada discurso de odio, también los golpea. Porque no importa si tienen ciudadanía: su apellido, su acento o el color de su piel los expone. Ellos también son víctimas del racismo sistémico.

Hoy, más que nunca, México debe voltear a ver a su gente más allá del río Bravo. No como simples paisanos lejanos, sino como parte de nuestra nación extendida. Porque si algo une a los mexicanos, estén donde estén, es su espíritu de resistencia. Los migrantes no huyen por gusto, sino por necesidad. Y a cambio, han sostenido economías, levantado ciudades y mantenido viva la cultura mexicana en el extranjero.

Las remesas no son solo dinero: son prueba de amor, sacrificio y esperanza. Y ese compromiso merece algo más que silencio institucional. Merece defensa diplomática, apoyo consular real, y sobre todo, empatía nacional. Cada vez que un mexicano insulta o desprecia a un migrante —por su acento pocho, por su ropa, por sus papeles— se convierte en cómplice de la misma discriminación que dice condenar.

Las fronteras, como están planteadas hoy, no son lugares de paso. Son cárceles abiertas. Zonas donde reina la vigilancia, el miedo y la burocracia cruel. Para miles de niños, esas jaulas del ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas) son su primer recuerdo de Estados Unidos. ¿Ese es el país que dice defender los valores cristianos y la libertad?

Además, no podemos hablar de migración sin hablar del racismo. Porque este no es solo un tema migratorio, sino profundamente racial. Las políticas antiinmigrantes suelen tener rostro y acento. No se aplican con la misma fuerza para migrantes europeos o canadienses. El blanco pobre puede aspirar a mejorar; el latino pobre, a ser deportado.

Trump lo sabe, y por eso lo explota. En un año electoral donde su imagen se desmorona entre procesos judiciales, alianzas rotas y amenazas internas, necesita un enemigo claro. Y el migrante latino cumple con todos los requisitos: está lejos del poder, es fácil de estigmatizar y difícil de defender políticamente.

Pero aún hay esperanza. En cada marcha, en cada organización de ayuda, en cada abogado que ofrece servicios pro bono, en cada chicano que no olvida su origen, se enciende una luz. Y también en México. Porque un país que protege a sus hijos, donde sea que estén, es un país más digno.

No dejemos que los muros nos separen del corazón. Hoy más que nunca, México debe recordar que su gente no termina en sus fronteras. Y que el verdadero poder no está en las redadas ni en las amenazas, sino en la solidaridad. Esa que nos ha hecho sobrevivir guerras, pandemias, traiciones… y que ahora debe ayudarnos a defender lo más humano que tenemos: nuestra gente.

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