Una mañana que parecía tranquila se tornó caótica cuando un hombre armado abrió fuego en el casino y resort Grand Sierra en Reno, Nevada, dejando múltiples personas heridas y sembrando el pánico entre los huéspedes.
Según autoridades locales, el sospechoso fue visto deambulando en el estacionamiento del resort por alrededor de 45 minutos antes de iniciar el tiroteo. Inicialmente su arma se atascó, pero tras liberarla, reanudó los disparos.
El Departamento de Policía de Reno informó que el tiroteo ocurrió alrededor de las 7:25 a.m. del lunes y que el atacante fue finalmente ubicado, desencadenando un enfrentamiento con la policía. El tirador resultó herido y fue trasladado a un hospital. La motivación del ataque sigue sin esclarecerse, y hasta ahora, no se ha establecido conexión entre el agresor y las víctimas.
La información sobre el número de heridos y fallecidos ha sido confusa. Aunque el jefe sanitario del distrito norte de Nevada, Dr. Chad Kingsley, mencionó que dos personas murieron y tres fueron hospitalizadas, y otra fuente policial reportó al menos dos fallecidos y dos heridos, la Policía de Reno desmintió ambas cifras sin proporcionar detalles, prometiendo actualizaciones en una rueda de prensa programada a las 3:00 p.m. (hora local).
El sistema de salud local Renown Regional confirmó que recibió a varias personas con heridas de bala en su departamento de emergencias.
Michael Sisco, un huésped del resort, relató que estaba a punto de salir cuando escuchó una serie de disparos que describió como “inconfundibles”. Desde la ventana vio a personas huyendo y a una víctima que, tras ser alcanzada por las balas, se arrastró hasta un automóvil cercano antes de desplomarse.
Luego del ataque, un mensaje por altavoz advirtió a los huéspedes sobre un “incidente activo” en el exterior, asegurando que era seguro permanecer dentro. Posteriormente, recibieron un mensaje de texto notificando que la situación había sido contenida.
Fotografías tomadas tras el suceso muestran patrullas, ambulancias y camiones de bomberos rodeando el casino, cuya entrada principal seguía cerrada incluso a las 10 a.m., aunque se permitía la salida de los huéspedes por otra vía. Toda el área de valet parking fue acordonada.
El concejal de Reno, Devon Reese, calificó el hecho como “otro acto sin sentido de violencia armada”, lamentando la situación: “Mi corazón está con las víctimas, sus familias y toda nuestra comunidad. Reno es fuerte, pero no es inmune a esta epidemia nacional de violencia armada”, expresó en redes sociales.
La historia sigue en desarrollo y se espera más información oficial en las próximas horas.