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Todo sobre «Dahmer» la nueva serie de Netflix

La historia está basada en hechos reales y ya está disponible en el catálogo de la plataforma

Espectáculos 21/09/2022 18:09 Mariel López Durán Actualizada 18:09

Netflix sorprende con uno de los estrenos más esperados de este año, se trata de la miniserie “Dahmer”, un thriller que cuenta la historia de uno de los asesinos seriales más aterradores de la historia de Estados Unidos, Jeffrey Dahmer, también conocido como “El carnicero de Milwaukee”.

La historia está contada desde la perspectiva de las víctimas de Dahmer, además que marca el regreso de Ryan Murphy, la mente detrás de otras series que han impresionado a los usuarios como “Ratched”, “American Crime Story”, “American Horror Story” y “Pose”.

“Damer” ya se encuentra disponible en el catálogo de Netflix y aquí te contamos todo lo que debes de saber sobre este macabro proyecto.

Basada en hecho reales
Entre los años de 1978 y 1991, Jeffrey Dahmer acabó con la vida de diecisiete hombres, entre ellos varios niños. Lo más impactante del caso, además de los brutales asesinatos, son los perturbadores detalles ya que el sujeto solía conservar algunas partes de los cuerpos para después comerlas, bebía su sangre y hasta cometía actos sexuales con los cadáveres de sus víctimas.

Dahmer cometió su primer crimen a los 18 años, luego de recoger en la autopista a Steven Mark Hicks, quien se dirigía a un concierto en Ohio. Tras realizarle varias insinuaciones sexuales sin éxito, estranguló a Hicks hasta la muerte, para después desmembrarlo y ocultar la evidencia. De este acto salió muy  bien librado.

Ese mismo año, 1978, Jeffrey intentó repetir su experiencia con un niño de 13 años, por fortuna éste logró escapar y tras ser señalado, pasó 10 meses en prisión. Durante nueve años logró controlar sus deseos, pero volvió a matar y esta vez ya no se detuvo, hasta que fue descubierto por la policía.

Una de sus víctimas, Tracy Edwards, logró salir con vida del departamento de Dahmer, lugar donde se cometían todos los asesinatos, Mas tarde la policía regresó al lugar y encontraron fotografías de las víctimas, restos humanos y siete cráneos.  En 1992 y tras un extenso juicio, el llamado “monstruo” fue condenado a cadena perpetua, pero sólo cumplió dos años de su sentencia, pues fue atacado por su compañero de celda, quien le arrebató la vida.

Reparto de lujo
La historia está protagonizada por Evan Peters, uno de los actores favoritos, no sólo de Murphy, también del público, gracias a sus participaciones en cintas como “X-Men”, “Deadpool 2” o “American Animals”, además ya ha interpretado a otros personajes realmente oscuros en diferentes series.

Para poder adentrarse en la piel de Dahmer, Evan confesó que vio varias entrevistas y material de archivo. También tuvo acceso a archivos policiales y grabaciones donde, de viva voz, Jeffrey confesaba sus asesinatos.

En la miniserie también participan el ganador del Emmy, Richard Jenkins;  Molly Ringwald, nominada al Globo de oro; Penelope Ann Miller y la ganadora del Emmy, Niecy Nash.

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Foto: Netflix

Hace una dura crítica social y al sistema
La serie también toca otros temas realmente fuertes, como las desigualdades entre el asesino y sus víctimas y la falta de profesionalismo de la policía en eses entonces. Dahmer era un hombre blanco en un barrio pobre, además las características que buscaba en un hombre eran muy específicas: todas sus víctimas eran homosexuales y la mayoría pertenecían a minorías étnicas. Como resultado, las desapariciones nunca preocuparon realmente a las autoridades.

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Fuente: eluniversal.com.mx 

Opinión

Emilia Pérez: Una Mirada Cuestionada sobre México Por: Sigrid Moctezuma

En un mundo donde el cine es tanto un arte como una poderosa herramienta de representación cultural, las películas que abordan la identidad de un país llevan consigo una gran responsabilidad. Tal es el caso de Emilia Pérez, una cinta que, aunque prometía ser un relato innovador, ha generado un torrente de críticas por su visión estereotipada y su superficialidad al retratar la cultura nacional.

Descrita por sus creadores como un “narco-musical”, Emilia Pérez sorprendió al ganar cuatro Globos de Oro, lo que dejó en evidencia una desconexión entre las audiencias internacionales y la percepción mexicana. Mientras en el extranjero se celebra como un experimento cinematográfico audaz, aquí ha sido criticada por perpetuar clichés culturales que parecen sacados de una postal turística, ignorando las complejidades del México actual. Aunque su mezcla de comedia, drama y música despertó curiosidad inicial, para muchos terminó siendo un recordatorio de cómo los estereotipos siguen dominando la narrativa global.

Uno de los puntos de mayor desagrado ha sido la manera en que la película aborda temas sensibles como la identidad de género y la narcocultura. Si bien es positivo que estas cuestiones tengan espacio en la narrativa cinematográfica, en Emilia Pérez se sienten tratadas con una ligereza que no honra su trascendencia. Los personajes, en lugar de reflejar matices reales, se convierten en caricaturas que difícilmente conectan con el público.

Las críticas no solo vienen de los espectadores, sino también de sectores especializados en cine y cultura. Se ha señalado que la película parece diseñada para un público extranjero que consume el «México pintoresco», mientras ignora las voces y experiencias auténticas que definen al país. Lo que representa una oportunidad desperdiciada para proyectar un discurso que sea fiel a nuestra riqueza cultural y social.

Este fenómeno no es nuevo en el cine. Muchas producciones internacionales han intentado capturar supuestamente nuestra esencia, pero terminan cayendo en la trampa: el mariachi omnipresente, las cantinas llenas de tequila y la violencia gratuita. Emilia Pérez, desafortunadamente, parece sumar su nombre a esta lista.

No obstante, este tipo de reacciones también abre un espacio importante para la reflexión. La discusión que surge de estas películas pone sobre la mesa la necesidad de que seamos nosotros quienes contemos nuestras propias historias, desde múltiples perspectivas. Es imperativo que el relato cinematográfico internacional comience a escuchar más atentamente las voces locales y trabajen en colaboración para evitar simplificaciones que diluyan nuestra esencia.

En un mundo donde las plataformas digitales hacen que el cine viaje más rápido que nunca, la responsabilidad de representar adecuadamente a un país se vuelve aún más crucial. La recepción de Emilia Pérez debería servir como un recordatorio de que no somos un concepto único y fácil de definir, sino una amalgama compleja de historias, tradiciones y modernidades.

Quizá, en el futuro, podamos ver más producciones que tomen este desafío en serio, dejando de lado las visiones simplistas. Porque México, con todas sus luces y sombras, merece ser contado con verdad y profundidad.

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