Este lunes comienza en Francia el juicio de Valérie Bacot, un caso que ha conmovido a la opinión pública francesa y que ha provocado la aparición de un movimiento de solidaridad que pide que no se añada más dolor a la vida de esta mujer.
En 2016 Bacot mató a su marido, Daniel Polette, de un disparo con el arma que él usaba para amenazarla a ella y a sus hijos. Escondió su cadáver enterrándolo en el bosque y denunció su desaparición hasta que meses después el cuerpo fue encontrado por la Policía. Ahora la mujer se enfrenta a la petición de cadena perpetua.
Los dos hijos mayores de Bacot, de 16 y 17 años, y el novio de su hija, también de 16 años, fueron condenados en 2020 a una pena de prisión condicional de seis meses por ayudar a ocultar el cadáver y encubrir el delito.
24 años de maltrato continuado
Sola y aislada, se fue a vivir con su agresor y poco después se casaron. Un matrimonio que duró 18 años y que la mujer calificó como un auténtico infierno. Durante todo ese tiempo siguió sufriendo violaciones, palizas, amenazas y fue obligada a prostituirse. Además, tuvo otros tres hijos con Polette.
Su caso ha dividido tanto a la opinión pública francesa como a la clase política, entre quienes creen que la ahora acusada es culpable de un crimen y quienes la consideran víctima, postura mayoritaria. Asimismo, el caso ha vuelto a reabrir el debate sobre la violencia machista en el país galo.
Casi 600.000 personas han firmado ya una petición en la plataforma change.org que solicita la libertad para Valérie Bacot o bien el indulto por parte del Gobierno francés. Se acusa a las instituciones de haber fallado puesto que nadie protegió a esta mujer durante toda una vida de abusos.