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México

Transexual se suicida; culpa a Lupita Jones

Lupita Jones se encuentra en el ojo del huracán luego de que sus declaraciones en contra de la participación de hombres transgénero en reinados de belleza llegaran a oídos de Itzel Aidana Ávila Monreal, transexual que, tras enviarle un contundente mensaje en redes sociales, decidiera quitarse la vida.

De acuerdo a medios locales, Ávila Monreal se suicidó en su domicilio horas después de haber publicado un video en su cuenta de Facebook dirigido a la ex Miss Universo, solicitándole que no juzgara la situación de las personas trans.

«Señora Lupita Jones, por favor fíjese muy bien lo que dice, fíjese muy bien lo que habla porque gracias a esos pensamientos, gracias a esas opiniones muchísimas personas se suicidan, muchísimas personas se sienten rechazadas y humilladas, muchísimas personas están sufriendo en carne viva el infierno de estar en un cuerpo que no pertenecen», dijo Itzel Aidana en parte de su mensaje.

Asimismo, recalcó que al ser una figura de talla internacional. Jones tiene poder para que sus palabras trasciendan y tengan fuerza, fomentando en algunos casos el odio, la homofobia, la transfobia y la discriminación.

Hasta el momento, Jones ha preferido mantenerse en silencio y no dar ninguna declaración al respecto.

Agencias

México

Gentrificación en CDMX: crecimiento urbano que desplaza a sus habitantes

Colonias como la Roma, Condesa, Juárez y San Rafael se han convertido en epicentro de protestas vecinales por el aumento desmedido en las rentas, el despojo inmobiliario y la pérdida de identidad barrial. El fenómeno detrás de estas inconformidades es la gentrificación, un proceso urbano que, aunque para algunos simboliza renovación, para otros representa expulsión, desigualdad y ruptura social.

La gentrificación ocurre cuando barrios de clase trabajadora reciben fuertes inversiones económicas y una oleada de nuevos habitantes con mayor poder adquisitivo. Este cambio trae consigo mejoras en infraestructura y servicios, pero también incrementos abruptos en el precio de rentas y propiedades, desplazamiento de residentes originales y una transformación profunda en la cultura e identidad del barrio.

En la Ciudad de México, el fenómeno se ha intensificado con la llegada de nómadas digitales y extranjeros atraídos por el bajo costo de vida, quienes elevan la demanda de vivienda en zonas céntricas. Esto ha generado una turistificación desmedida, en la que muchas viviendas se destinan a rentas de corta estancia (como Airbnb), reduciendo la oferta para los habitantes locales.

A ello se suma la presión de desarrolladores inmobiliarios para que inquilinos tradicionales abandonen sus viviendas, con el fin de remodelarlas o demolerlas y construir nuevos complejos de lujo. Tiendas de abarrotes y fondas han sido reemplazadas por cafeterías de cadena y boutiques, alterando la vida comunitaria.

Además, la desigualdad urbana se agudiza: quienes no pueden pagar los nuevos precios se ven obligados a mudarse a zonas más lejanas, con mayores tiempos de traslado y menor acceso a servicios básicos.

En respuesta, colectivos ciudadanos y legisladores han exigido medidas que regulen el mercado inmobiliario, protejan a los arrendatarios y prioricen un desarrollo urbano equitativo. La gentrificación, advierten, debe atenderse antes de que transforme por completo el rostro y el alma de la capital.

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