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Tras cierre de clínicas, ‘reviven’ el IMSS-Bienestar

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Aunque el 18 de junio el delegado, Francisco Martínez, aseguró que en Coahuila habían cerrado 9 clínicas del programa el IMSS-Bienestar, ayer el presidente de México Andrés Manuel López Obrador aseguró que ese sistema de atención no desaparecerá.

En el hospital rural del municipio de Ocosingo, el Primer Mandatario fue recibido con protestas por parte de integrantes de la CNTE, quienes están en contra de la recién abrogada reforma educativa. Los inconformes también le exigieron que cumpliera sus promesas en materia de salud.

Durante un recorrido por unidades del Seguro Social en las zonas rurales de Chiapas, López Obrador aseguró que la atención del programa el IMSS-Bienestar no va a desaparecer, contrario a lo que venía ocurriendo con el cierre de por lo menos 300 clínicas en el país.

Además, el Presidente advirtió que no permitirá simulaciones en la nueva política para mejorar el sistema de Salud como ocurría en el pasado régimen, pues, dijo, pintaban las clínicas cuando los visitaba el presidente en turno.

López Obrador explicó que su gobierno trabajará cuatro ejes para fortalecer el sistema de Salud.

Primero, terminar con el desabasto de medicamentos y materiales de curación, que en todas las unidades médicas y centros de salud exista personal médico, donde especialistas que trabajen en comunidades de difícil acceso obtengan mejores salarios. Además, se les dará mantenimiento.

El Mandatario refrendó su compromiso por regularizar a todos los trabajadores del sector.

En Coahuila fueron cerradas 9 clínicas porque el IMSS-Bienestar ya no recibiría recursos que Prospera proporcionaba al ramo 12 del Presupuesto de Egresos de la Federación, de esas sólo una se encontraba en Saltillo.

México

Senado aprueba Ley General de Aguas en medio de acalorado debate y críticas de oposición

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El Senado mexicano aprobó este jueves, con 85 votos a favor y 36 en contra, el proyecto de decreto que expide la Ley General de Aguas y reforma diversas disposiciones de la Ley de Aguas Nacionales, en un contexto de creciente presión sobre los recursos hídricos del país por sequías, conflictos por concesiones, crecimiento urbano y alta demanda del sector agrícola.
La minuta fue remitida al Senado por la Cámara de Diputados, que la aprobó tras 24 horas de acaloradas discusiones. La iniciativa deriva de una propuesta de la presidenta Claudia Sheinbaum para regular el derecho humano al acceso, disposición y saneamiento del agua, así como priorizar su consumo humano y doméstico ante autorizaciones, permisos, concesiones y asignaciones del recurso.
El senador Óscar Cantón Zetina, de Morena, aseguró que el centro de este proyecto es la persona y no los grandes acaparadores de agua, pues se crea un trinomio virtuoso entre tierra, agua y gente. Afirmó que la legislación es la mayor aliada de los productores y campesinos de México, ya que elimina la visión mercantilista del agua y la regresa a su dueño legítimo, que es el pueblo de México.
La senadora del PAN, Verónica Rodríguez, señaló que esta reforma convierte el agua en un instrumento de manipulación política y electoral. Apuntó que le da al gobierno federal la posibilidad de decidir de manera discrecional quién mantiene su concesión, quién la pierde, a quién le reducen volúmenes de agua y a quién sí le permiten operar, lo que demuestra que es peligroso para la democracia, el campo, la seguridad alimentaria y las familias.
Carolina Viggiano, del PRI, advirtió que el proyecto no contó con estudios económicos ni presupuestales, no cuenta con análisis de impacto financiero y tampoco se asegura inversión para la infraestructura, operación ni vigilancia de los sistemas de agua. Además, señaló que no se consultó a los pueblos originarios.
Luis Donaldo Colosio, de Movimiento Ciudadano, indicó que los cambios abren la puerta a más control gubernamental sin contrapesos reales, a más trámites y a más incertidumbres para el campo mexicano. Afirmó que se concentran atribuciones en la Comisión Nacional del Agua sin reglas claras, crece el riesgo de arbitrariedad, corrupción, favoritismos y castigo político, además de que se crea incertidumbre en la asignación de derechos y volúmenes, lo que desincentiva la inversión, la tecnificación y frena proyectos.
La nueva Ley General de Aguas establece que las concesiones para el uso del vital líquido no podrán ser intercambiadas entre particulares, con la obligatoriedad de que sea la Conagua la que las distribuya de nuevo.
La discusión y aprobación en las Cámaras de Diputados y Senadores ocurre en un contexto donde el sector agrícola consume cerca del 75 por ciento del agua disponible para consumo en el país.

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