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Ciencia y Tecnología

Trump lanza su propio smartphone: así es el nuevo “Trump T1”

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dio un paso más en su incursión en el mundo empresarial al lanzar oficialmente su propio teléfono inteligente, llamado “Trump T1”, con el que busca irrumpir en la industria de las telecomunicaciones.

El dispositivo fue revelado a través de redes sociales y ya ha sido registrado ante la Oficina de Patentes y Marcas de Estados Unidos, junto con una línea de productos relacionados que incluyen servicios móviles y accesorios exclusivos.
Diseño y características técnicas

El Trump T1 destaca por su llamativo diseño dorado con una gran letra “T” en la parte trasera, fiel al estilo ostentoso que caracteriza la marca Trump. Pero más allá de la estética, el smartphone presenta especificaciones de gama alta:

Pantalla AMOLED de 6.8 pulgadas con tasa de refresco de 120 Hz

Cámara principal de 50 megapíxeles

12 GB de RAM y 256 GB de almacenamiento interno

Sistema operativo Android 15

Sensor de huellas en pantalla y desbloqueo facial con inteligencia artificial

Batería de 5,000 mAh para autonomía de uso prolongado

Más que un teléfono: una red propia

Junto al lanzamiento del teléfono, Trump también presentó su propia compañía de telefonía móvil, llamada “Trump Mobile Network”, con la que pretende competir directamente con gigantes como AT&T y T-Mobile. Esta nueva red ofrecería cobertura nacional y buscará atraer al mercado con servicios exclusivos vinculados a la marca Trump.

Además, se anticipa la apertura de tiendas físicas especializadas en productos Trump, consolidando un ecosistema que combina tecnología, política y marca personal.

Con esta nueva jugada, Trump amplía su influencia hacia el sector tecnológico y de consumo, y abre un nuevo frente en su estrategia de posicionamiento más allá del ámbito político.

Ciencia y Tecnología

Marihuana duplica riesgo de muerte por infarto y derrame cerebral, revela estudio global con 200 millones de casos

Una nueva investigación publicada en la revista Heart advierte sobre un riesgo grave y hasta ahora subestimado: el consumo de marihuana puede duplicar las probabilidades de morir por enfermedades cardiovasculares, incluso en personas jóvenes y sin antecedentes médicos. El hallazgo surge de un metaanálisis de datos médicos que involucra a más de 200 millones de personas, la mayoría entre los 19 y 59 años, en países como Estados Unidos, Francia, Canadá, Australia, Egipto y Suecia.

Lo más preocupante es que quienes presentaron mayor riesgo eran adultos jóvenes sin factores de riesgo previos como hipertensión, tabaquismo o antecedentes familiares. “Lo que más nos llamó la atención fue que los pacientes hospitalizados por estos padecimientos eran jóvenes, sin historial de enfermedad cardiovascular ni factores de riesgo asociados”, señaló la investigadora Émilie Jouanjus, profesora asociada de farmacología en la Universidad de Toulouse, Francia.

Comparados con quienes no consumen cannabis, los usuarios tienen un 29% más de riesgo de sufrir un infarto y un 20% más de sufrir un derrame cerebral. La revisión sistemática no logró determinar el modo de consumo (fumado, vaporizado, comestible, etc.), pero con base en los patrones de uso en los países analizados, los autores concluyen que la mayoría probablemente lo consumía fumado.

Los especialistas advierten que esta forma de consumo conlleva riesgos similares al tabaco. “Cualquier método que implique inhalar cannabis implica riesgos, incluso para quienes están cerca y respiran el humo de segunda mano”, explicó la doctora Lynn Silver, profesora de epidemiología en la Universidad de California, San Francisco, y coautora de un editorial que acompaña el estudio.

Además, nuevas evidencias apuntan a que incluso los comestibles con THC pueden causar daño vascular. Una investigación publicada en mayo de 2025 reveló que los consumidores de comestibles mostraron una reducción del 56% en la función vascular, incluso más alta que en quienes fuman marihuana, con una reducción del 42%. “El THC, sin importar su forma de ingreso al organismo, tiene efectos preocupantes sobre el sistema cardiovascular”, advirtió la cardióloga investigadora Leila Mohammadi.

Uno de los elementos más inquietantes del estudio es el incremento en la potencia del cannabis disponible en el mercado legal. “Los productos actuales pueden contener hasta 99% de THC. No tienen nada que ver con la marihuana que se fumaba en los años setenta”, señaló Silver. Esta mayor potencia también está asociada con un aumento en los casos de adicción y trastornos mentales graves como psicosis o esquizofrenia. Se estima que en EE.UU., al menos 3 de cada 10 usuarios desarrollan trastorno por consumo de cannabis.

Aunque las políticas públicas han priorizado la regulación comercial y el otorgamiento de licencias a empresas, los expertos piden un viraje urgente hacia la educación sobre riesgos. “Necesitamos tratar el consumo de cannabis como tratamos el tabaco: con advertencias claras, educación médica y políticas que pongan la salud pública al centro”, afirmó Silver.

Los investigadores temen que la relación entre cannabis y enfermedad cardíaca esté subestimada. “Es probable que el vínculo sea incluso más fuerte de lo que reflejan los datos actuales”, reconoció Jouanjus.

En un contexto donde el uso de cannabis se normaliza cada vez más, especialmente en adultos mayores que lo utilizan para el dolor o el insomnio, la evidencia científica lanza una advertencia clara: el cannabis no es inocuo, y su consumo podría tener consecuencias fatales, incluso para quienes creen estar lejos de cualquier riesgo cardiovascular.

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