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Resto del mundo

Uber ofrece empleo a sus conductores en PepsiCo: Estas son las condiciones

La siguiente preocupación de la pandemia es cada vez más tangible. La pérdida de empleos comienza a mermar en las actividades económicas y, como grandes empresas como Uber y PepsiCo lo han entendido, esto afectará de manera irreparable la cadena de valor.

De esta manera, no resulta extraño que diversas compañías estén eón búsqueda de iniciativas que permitan a sus empleados mantener ingresos en medios de la contingencia, aún cuando estos no provengan de su fuente habitual de trabajo.

Según estimaciones de la Organización Internacional del Trabajo, la tasa de desempleo seguirá a la alza durante 2020 en nuestro país, aún cuando las autoridades mexicanas en la materia aseguran que crecerán las plazas de empleo formal en México.

De manera puntual, el organismo indica que al cierre de 2020 habrá 2.1 millones de personas sin empleos y que en 2021 habría 2.4 millones. Por su parte, el peor escenario indica que la cifra crecería hasta 2.9 millones a finales del próximo año.

Las estimaciones estarían en línea con lo indicado por Fitch Ratings, firma que considerando la contracción de la economía mundial espera que el mundo alcance niveles de desocupación máximos e históricos, con perdidas que se calculan hasta en 15 por ciento de la fuerza laboral en comparación con lo registrado durante el cuarto trimestre de 2019.

El escenario no es preocupante sólo para los empleados. Las grandes empresas están conscientes que sin empleos no habrá recursos que activen el consumo. La cadena está en riesgo.

No obstante, y a pasar de tener en mente esta afectación, muchas compañías se han visto en la necesidad de recortar sus plantillas laborales en porcentajes de dos cifras para garantizar la liquidez de sus negocios en función de un recorte importante de los gastos de operación.

Tan sólo el día de ayer, Airbnb informó el despido del 25 por ciento de sus colaboradores, es decir casi mil 900 empleados.

De manera paralela, otras empresas han buscado formas para acomodar, cuando menos de manera temporal, a sus empleados en otras empresas totalmente alejadas de sus unidades de negocio.

Alsea, por ejemplo, luego de reubicar a colaboradores de otras franquicias en las unidades de Domino’s Pizza, firma que ha tenido un rendimiento a la alza derivado de la alta demanda de sus servicios de entrega en medio del confinamiento, indicó que firmó diversos acuerdos con marcas de cadenas minoristas y farmacias para que estas absorbieran de manera temporal a algunos empleados de la empresa.

Sobre esta misma línea, camina la más reciente iniciativa de Uber y PepsiCo, firmas que de manera conjunta lanzaron una bolsa de trabajo para dar empleo temporal a los conductores y repartidores de la app de movilidad que ahora han visto minimizados sus ingresos.

De esta manera, se ha habilitado una opción dentro de la app de Uber para los colaboradores desde donde se puede acceder a una oferta de cerca de mil 100 empleos temporales, medida que busca cubrir, de cierta manera, la reducción promedio del 80 por ciento que han registrado en sus viajes. La idea es dar otras oportunidades de ingreso a los más de 250 mil socios.

Así, se trata de puestos laborales en PepsiCo que se pueden combinar con su labor como conductores o repartidores de Uber.

Una vez que los interesados ingresen al portal de trabajo desde la app de socios, serán canalizados a la información de PepsiCo y dependiendo la entidad así como las aptitudes se mostrarán las vacantes que le pueden ser asignadas a cada colaborador que pueden ser en el área de ventas o de operaciones.

Ante la crisis de desempleo que crece a la par de la urgencia por reactivar la cadena de valor, este tipo de asociaciones podrían marcar el comienzo de una nueva modalidad en el terreno laboral, que si bien podría ser temporal por ahora, en el futuro podría ser la norma ante las estimaciones de una recuperación económica lenta.

Fuente: Merca 2.0

Resto del mundo

Cofece multa a Walmart por prácticas monopólicas: la batalla legal apenas comienza

La Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) asestó un golpe histórico al multar a Walmart de México con 93.4 millones de pesos tras concluir una investigación que se extendió por más de cuatro años. La razón: prácticas monopólicas relativas, particularmente en el trato con sus distribuidores.

Según el dictamen de la Cofece, Walmart aprovechó su posición dominante en el mercado para imponer condiciones desfavorables a los proveedores, afectando la competencia en el sector. Aunque no se han revelado todos los detalles de las “contribuciones” impuestas a los distribuidores, el veredicto destaca cómo estas prácticas distorsionan el acceso al mercado y perjudican a competidores más pequeños.

En respuesta, Walmart no tardó en reaccionar. La empresa anunció que impugnará la decisión y enfatizó su compromiso con el cumplimiento de las leyes mexicanas. En su comunicación oficial, destacó que la sanción carece de fundamento y que está basada en interpretaciones erróneas. Este movimiento era predecible: para una empresa de este tamaño, 93 millones de pesos no solo representan una cifra considerable, sino también una amenaza a su reputación.

Por otro lado, la Cofece también se juega mucho. Este caso es una muestra clara de su intención de reforzar la vigilancia sobre los gigantes corporativos. Sin embargo, una batalla legal prolongada podría poner a prueba su capacidad de defender sus resoluciones en tribunales.

Más allá de la multa, el caso de Walmart pone el reflector sobre una problemática común en el comercio minorista: el desbalance de poder entre grandes cadenas y pequeños distribuidores. Si bien el desenlace de este litigio aún está por definirse, el mensaje es claro: los días de actuar sin consecuencias podrían estar contados. La industria y los consumidores estarán atentos a cada movimiento en esta batalla judicial.

 

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