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Un colchón y 70 pesos originó una riña en el penal de Apodaca que dejó 56 heridos

Un enfrentamiento entre cinco bandas criminales dentro del penal de Apodaca, Nuevo Léon, dejó al menos 56 reos lesionados, añadiendo un episodio de violencia a la crisis penitenciaria de México.

En conferencia de prensa, el secretario de Seguridad del estado, Aldo Fasci Zuazua señaló que durante las horas de trabajo, dos presos iniciaron una pelea por 70 pesos, esto provocó una disputa entre dos grupos de extorsionadores. Más tarde, una de las células agredidas entró al dormitorio de uno de los líderes e incendió el colchón. Las autoridades atendieron oportunamente el sendo enfrentamiento, en el que habrían participado al menos cinco bandas.

Un boletín emitido por las autoridades la tarde del viernes detallaba que la gresca comenzó a las 14:00 horas. Asimismo se informó que la Fiscalía General de Justicia investigaría los hechos suscitados al interior del Centro de Readaptación Social Número 1 de Apodaca.

“La Fiscalía hace de conocimiento de la comunidad que en relación con los hechos ocurridos en el Centro de Readaptación Social Número 1 de Apodaca, hemos iniciado las investigaciones preliminares para esclarecer las causas y consecuencias de los mismos, y con ello, las responsabilidades de carácter penal que correspondan”, se indicó en el comunicado.

Pese a que no hay heridos de gravedad —sólo ocho reos requirieron hospitalización y 29 se encuentran en valoración— el sistema carcelario de Apodaca fue declarado en alerta.

El titular de la SSP indicó que después del choque, se encontraron diferentes tipos de celulares y droga que los reos guardaban en latas de jugo.

Alrededor de la 08:00 horas de este sábado, familiares de los reos que esperaban en el acceso al Cereso reportaron un incendio. Sobre esto, las autoridades no confirmaron ni descartaron los hechos.

De acuerdo con el diario local El Norte, varios de los visitantes manifestaron su inconformidad porque no los habían dejado pasar a la visita sabatina, la cual normalmente inicia a las 9:00 horas.

El amotinamiento ha coincidido con lo que dijo el gobernador de Nuevo León, Samuel García, este viernes sobre tener el control de los penales en la entidad.

El pasado mes de diciembre, fueron halladas diversas mantas en las avenidas Gonzalitos, Serán y Julio A. Roca y Lázaro Cárdenas de Monterrey, así como en la Morones Prieto, Camino a Santa Rosa y Cartagena de Apodaca, en las que se denunciaba corrupción al interior del penal de Apodaca.

“Apoco no te das cuenta que las lacras que tienes de Orlando Quintero Alvares alias “Alvares” “Castulo” y Eduardo Guerrero Duran alias “Guerrero” se la pasan festejando con mujeres, comprandose carros nuevos al contado con el dinero que obtienen de extorsiones y cobros de cuotas que se hacen dentro del Penal de Apodaca” (sic), se podía leer en la manta.

Asimismo, se invitó al gobernador a actuar en contra de los funcionarios señalados, pues la manta asegura que la situación seguirá así “mientras usted Sr. Gobernador Samuel García lo permita”. La manta fue firmada por “Tu pueblo N.L.” y cuestionó las promesas de campaña del actual mandatario del estado.

Opinión

Emilia Pérez: Una Mirada Cuestionada sobre México Por: Sigrid Moctezuma

En un mundo donde el cine es tanto un arte como una poderosa herramienta de representación cultural, las películas que abordan la identidad de un país llevan consigo una gran responsabilidad. Tal es el caso de Emilia Pérez, una cinta que, aunque prometía ser un relato innovador, ha generado un torrente de críticas por su visión estereotipada y su superficialidad al retratar la cultura nacional.

Descrita por sus creadores como un “narco-musical”, Emilia Pérez sorprendió al ganar cuatro Globos de Oro, lo que dejó en evidencia una desconexión entre las audiencias internacionales y la percepción mexicana. Mientras en el extranjero se celebra como un experimento cinematográfico audaz, aquí ha sido criticada por perpetuar clichés culturales que parecen sacados de una postal turística, ignorando las complejidades del México actual. Aunque su mezcla de comedia, drama y música despertó curiosidad inicial, para muchos terminó siendo un recordatorio de cómo los estereotipos siguen dominando la narrativa global.

Uno de los puntos de mayor desagrado ha sido la manera en que la película aborda temas sensibles como la identidad de género y la narcocultura. Si bien es positivo que estas cuestiones tengan espacio en la narrativa cinematográfica, en Emilia Pérez se sienten tratadas con una ligereza que no honra su trascendencia. Los personajes, en lugar de reflejar matices reales, se convierten en caricaturas que difícilmente conectan con el público.

Las críticas no solo vienen de los espectadores, sino también de sectores especializados en cine y cultura. Se ha señalado que la película parece diseñada para un público extranjero que consume el «México pintoresco», mientras ignora las voces y experiencias auténticas que definen al país. Lo que representa una oportunidad desperdiciada para proyectar un discurso que sea fiel a nuestra riqueza cultural y social.

Este fenómeno no es nuevo en el cine. Muchas producciones internacionales han intentado capturar supuestamente nuestra esencia, pero terminan cayendo en la trampa: el mariachi omnipresente, las cantinas llenas de tequila y la violencia gratuita. Emilia Pérez, desafortunadamente, parece sumar su nombre a esta lista.

No obstante, este tipo de reacciones también abre un espacio importante para la reflexión. La discusión que surge de estas películas pone sobre la mesa la necesidad de que seamos nosotros quienes contemos nuestras propias historias, desde múltiples perspectivas. Es imperativo que el relato cinematográfico internacional comience a escuchar más atentamente las voces locales y trabajen en colaboración para evitar simplificaciones que diluyan nuestra esencia.

En un mundo donde las plataformas digitales hacen que el cine viaje más rápido que nunca, la responsabilidad de representar adecuadamente a un país se vuelve aún más crucial. La recepción de Emilia Pérez debería servir como un recordatorio de que no somos un concepto único y fácil de definir, sino una amalgama compleja de historias, tradiciones y modernidades.

Quizá, en el futuro, podamos ver más producciones que tomen este desafío en serio, dejando de lado las visiones simplistas. Porque México, con todas sus luces y sombras, merece ser contado con verdad y profundidad.

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