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Revista

Un maratón, 5 kilos menos| Ashton Kutcher

La carrera tiene como fin recaudar fondos y generar conciencia sobre su organización Thorn, que ayuda a desarrollar tecnología para defender a los niños del abuso sexual.

«El cambio más grande físicamente ha sido la transferencia de masa muscular de la parte superior del cuerpo a la inferior. He perdido alrededor de 12 libras», dijo Kutcher, de 44 años, en una entrevista a ET.

Cabe recordar que el protagonista de Amigos Con Derechos padeció vasculitis, un trastorno autoinmune que lo dejó sin la capacidad de ver, oír o caminar.

«Como hace dos años, tuve esta extraña y superrara forma de vasculitis que me dejó sin visión, noqueó mi audición y todo mi equilibrio», aseguró.

No obstante, el histrión aseguró que su esposa Mila Kunis ha sido «un gran apoyo».

Rodearme de un sistema de apoyo hace que las cosas difíciles sean mucho más fáciles. Mi motivador diario son mis hijos y mi familia», sostuvo.

Ashton Kutcher participará en la maratón que tiene como fin recaudar fondos y generar conciencia sobre su organización Thorn, la cual ayuda a desarrollar tecnología para defender a los niños del abuso sexual.

«El maratón en sí mismo es una gran oportunidad para el trabajo que hemos estado haciendo durante más de una década con Thorn.

«Una oportunidad para mostrarles a las personas que han estado trabajando tan duro para hacer realidad nuestra visión, que estoy con ellos y dispuesto a llegar hasta el último kilómetro», continuó.

Fuente: El diario

México

Gentrificación en CDMX: crecimiento urbano que desplaza a sus habitantes

Colonias como la Roma, Condesa, Juárez y San Rafael se han convertido en epicentro de protestas vecinales por el aumento desmedido en las rentas, el despojo inmobiliario y la pérdida de identidad barrial. El fenómeno detrás de estas inconformidades es la gentrificación, un proceso urbano que, aunque para algunos simboliza renovación, para otros representa expulsión, desigualdad y ruptura social.

La gentrificación ocurre cuando barrios de clase trabajadora reciben fuertes inversiones económicas y una oleada de nuevos habitantes con mayor poder adquisitivo. Este cambio trae consigo mejoras en infraestructura y servicios, pero también incrementos abruptos en el precio de rentas y propiedades, desplazamiento de residentes originales y una transformación profunda en la cultura e identidad del barrio.

En la Ciudad de México, el fenómeno se ha intensificado con la llegada de nómadas digitales y extranjeros atraídos por el bajo costo de vida, quienes elevan la demanda de vivienda en zonas céntricas. Esto ha generado una turistificación desmedida, en la que muchas viviendas se destinan a rentas de corta estancia (como Airbnb), reduciendo la oferta para los habitantes locales.

A ello se suma la presión de desarrolladores inmobiliarios para que inquilinos tradicionales abandonen sus viviendas, con el fin de remodelarlas o demolerlas y construir nuevos complejos de lujo. Tiendas de abarrotes y fondas han sido reemplazadas por cafeterías de cadena y boutiques, alterando la vida comunitaria.

Además, la desigualdad urbana se agudiza: quienes no pueden pagar los nuevos precios se ven obligados a mudarse a zonas más lejanas, con mayores tiempos de traslado y menor acceso a servicios básicos.

En respuesta, colectivos ciudadanos y legisladores han exigido medidas que regulen el mercado inmobiliario, protejan a los arrendatarios y prioricen un desarrollo urbano equitativo. La gentrificación, advierten, debe atenderse antes de que transforme por completo el rostro y el alma de la capital.

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