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México

Volador de Cuetzalan muere al caer de una altura de 20 metros

Reynaldo Edgar Espinosa Covarrubias, danzante de los voladores de Cuetzalan, falleció la mañana de este viernes luego de resbalarse accidentalmente de una altura de más de 20 metros.

De acuerdo a las fuentes consultadas, el integrante de la danza de los voladores, perteneciente a la junta auxiliar de San Andrés Tzicuilan, cayó justo al momento de ascender para realizar un ritual, ya muy cerca de llegar a lo más alto del madero, por lo que murió de forma instantánea.

Al lugar acudieron cuerpos de emergencia de este municipio, quienes trataron de brindarle auxilio, sin embargo, este se encontraba ya sin vida. El área fue acordonada

Este tipo de rituales se llevan a cabo únicamente durante el fin de semana, sin embargo y debido a la presencia de una empresa dedicada la promoción turística, se habría autorizado llevar a cabo un evento este viernes, en el que participaban algunos de quienes se dedican a dicha tradición, entre ellos, el muralista identificado como Reynaldo Edgar Espinosa Covarrubias 48 años, con domicilio en Andrés Tzicuilan.

Es importante señalar que dicha muerte se registra en medio de los festejos por el galardón, que recientemente fue recibido por este municipio al ser reconocido como de las villas más bonitas del mundo, mismo que iniciaría este viernes 10 de diciembre, motivo por el que autoridades municipales, encabezadas por Gerson Calixto Dattoli, decidieron su cancelación.

En tanto, fue el resto de los danzantes, quienes fueron llevados ante el Ministerio público de esta población, a fin de rendir la declaración correspondiente a este hecho, ya que ello podría evidenciar, el escaso control que existe por parte de las agrupación y autoridades municipales, respecto a quienes participan y que deben contar con la debida preparación física y mental para poder ascender a una altura de esta magnitud.

México

Ariadna Camacho “La número 1”: Justicia con rostro humano para todo México

En tiempos donde México necesita confianza y esperanza en sus instituciones, platicamos de frente con Ariadna Camacho, quien aspira a convertirse en magistrada del Tribunal de Disciplina Judicial. Una mujer de trabajo, sencilla en el trato, pero firme en su vocación de servicio. Con años de experiencia en el derecho y en organismos nacionales e internacionales, Ariadna no viene a improvisar: viene a servir.

—¿Qué representa para ti buscar ser Magistrada en esta etapa de tu vida profesional?

“Es un sueño que abraza una enorme responsabilidad. Llegar al Tribunal sería la oportunidad de poner todo lo aprendido para lograr una justicia más transparente, más limpia, más cercana a la gente. La rendición de cuentas no debe ser una frase bonita, debe ser una realidad”.

—¿Qué aprendizajes de tu trayectoria te acompañan hoy?

“Me llevo en la maleta la sensibilidad que da el servicio público y la visión internacional de las mejores prácticas. Pero sobre todo, la empatía. Nunca olvidar que detrás de cada trámite, hay una persona que confía en nosotros”.

—¿Cuál consideras el principal reto del Poder Judicial?

“Recuperar la confianza de la gente. Que sepan que aquí sí hay justicia, que no todo está perdido. Para eso, hay que actuar con transparencia, ser claros, ser humanos y trabajar con todo el corazón”.

—¿Cómo acercar más la justicia a la ciudadanía?

“Hay que hablar su idioma, es el de todos, el que tú y yo consumimos diariamente. Simplificar los procesos, ser más accesibles. Hay que escuchar, acompañar, tender la mano, no solo emitir sentencias”.

—La corrupción sigue siendo un cáncer en el sistema. ¿Qué propones para combatirla?

“Cero, cero tolerancia. Blindar el sistema desde adentro, proteger a quien denuncia, y educar nuevas generaciones que entiendan que ser servidor público es un honor, no un beneficio personal”.

—¿Qué buenas prácticas internacionales deberían replicarse en México?

“La justicia restaurativa: que no solo se castigue, sino que se repare el daño. Y abrir de par en par los mecanismos de rendición de cuentas. Más derechos humanos, más transparencia”.

—¿Qué le dirías a los jóvenes que sueñan con integrarse al sistema de justicia?

“Que estudien, que trabajen duro, pero sobre todo, que nunca olviden que la justicia es para las personas. No es para el escritorio, no es para las estadísticas. Es para cambiar vidas”.

—Por último, Ariadna, ¿cuál es tu compromiso?

“Ser una magistrada que honre la confianza de México. Trabajar con integridad, con pasión y siempre con la frente en alto. Mi compromiso es con la justicia y con la gente, siempre con la gente”.

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